segunda-feira, 4 de janeiro de 2010

Quiero Un Hijo Perfecto


Con el adelanto de la ciencia ya se ve venir la creación de hijos supuestamente perfectos. La creación de niños en serie o perfectos genéticamente me crea una interrogante que quiero compartir con ustedes.



¿Qué es la perfección? ¿Cuándo decimos que algo es perfecto? ¿Para quién?



¿Quién define esa perfección?



Cuando una persona es perfecta se siente completa en sí misma, es un ente acabado, no necesita cambiar, no necesita evolucionar...simplemente es, se limita a ser. No necesita de nada ni de nadie. Cuando tu dices que algo es perfecto es que lo ves impecable, no necesita ningún retoque, es satisfactorio 100% para su creador. Si tu como madre deseas un hijo perfecto, te puedes encontrar con un hijo que se aísla o presentará graves problemas en las relaciones sociales ¿por qué? Simplemente porque este mundo funciona con seres imperfectos, por eso amamos, por eso nos peleamos, evolucionamos, lloramos reímos...para tu hijo perfecto, estas emociones, eso que nos hace vivir es para imperfectos, no lo vive, eso no es suyo...por lo tanto este mundo imperfecto no le pertenece; no se siente identificado con la sociedad, incluso los padres.



Me contaron una historia de una niña perfecta que dominó el don de la palabra a pocos meses de nacer. Murió a los 6 años, enfermó porque no soportaba este mundo imperfecto. Su mente no tuvo barreras, fue vidente, veía y sentía todo, fue mucho para su cuerpo humano, todo ese dolor se transformó en cáncer. No era de este mundo.



DEFIENDO LA IMPERFECCIÓN

Ya hemos visto que la perfección es algo acabado que no necesita ninguna evolución. Con esto quiero decir que lo imperfecto es todo lo contrario, todo aquello que como persona nos lleva a evolucionar, a crecer, a vivir; si tu hijo se sintiera perfecto no tendría necesidad de crecer, de llenar vacíos existenciales, de compartir, de recibir. El perfecto es autosuficiente.



Soy de los que afirmo: “Dentro de la perfección está la semilla de la imperfección”, o al revés, “Dentro de la imperfección está la semilla de la perfección”.



¿Somos perfectos? Creo que sí, nuestro cuerpo es lo más perfecto que tenemos, si observas el corazón, la sangre, la piel... son perfectos ¿hay algo que pueda superar o perfeccionar un corazón sano y vigoroso? La naturaleza es perfecta.



¿Somos imperfectos? También. Nuestro mundo emocional, psicológico, mental, sentimental...no se percibe tan perfecto como la naturaleza física ¿o sí?



La naturaleza usa la sincronización para expresar su perfección. Es lo que más me gusta de la naturaleza. Empiezo a intuir que ese posible caos o confusión que se vive en el mundo (enfermedades, guerras, injusticias...) responde a un orden de perfección de la vida. Me gustaría captar y describir de una manera sencilla esta idea, pero se me escapa y no logro llegar a ella.



Un ejemplo de sincronización es:



•Cuando la víctima sintoniza con su verdugo; el profesor con su alumno; la madre con el hijo; el huevo con la gallina...si no existiera uno, no existiría lo otro. Con esto no estoy afirmando que sea inevitable una sincronización en el caso de maltrato y violaciones. Cuando se comprende esta idea de manera profunda, automáticamente, buscas, sientes, deseas aquello que realmente quieres. Comprender en todos los niveles que la imperfección forma parte de un orden, de una sincronización de la vida, te lleva aceptar a ese hijo minusválido, a comprender aspectos oscuros de la sociedad (OJO, no fomentarlas). Se comprende que cuando haces algo “bien” o “mal” estás contribuyendo a esa sincronización.

Durante un trayecto hacia el materno para un control rutinario del embarazo de mi esposa, surgió una discusión sobre los asesinos que matan niños. Dicha discusión tuvo su raíz en la aparición del cadáver de Donovan Párraga, le dije a Santy una de mis frases macabras, como forma de hacer énfasis en el mensaje, le dije: “Toda víctima tiene su verdugo”. Mi argumento es que ese niño o cualquier persona, tiene que estar muy mal emocionalmente, con deseos inconsciente de no estar en este mundo, para que ocurra algo así; le decía que la mejor manera de proteger a un niño o cualquier otra persona es proporcionarle amor y cuidados, todo su ser debe sentirse amado y feliz. Lo otro, transmitirle miedos, desconfianza o evitar que salga es un error. Encerándole o evitando que tenga vida social sumado a la desconfianza y el miedo, más la vida emocional descrita, hace un cóctel peligroso que da más posibilidades de que ocurra aquello a lo que se teme. Es posible que te suene horrorizante, perverso y nazi la sola idea de plantear que la víctima pueda ser la culpable de que le pase alguna situación humillante, pero ante este planteamiento lo que busco es ir más allá...Lo planteo de esta manera porque creo y estoy convencido de que las verdaderas causas, y también la solución, están en la víctima. Cuando se comprende esta idea de manera profunda, automáticamente, buscas, sientes, deseas aquello que realmente quieres.



Con la discusión con mi esposa replanteé la frase para no hacer culpable a la víctima, y digo: “Todo verdugo busca una víctima”. ¿QUIERES COLABORAR EN LA SINCRONIZACIÓN DEL VERDUGO? ¿Sabes como entra en este juego macabro de la vida? Siendo una víctima o convirtiendo en víctima a tu hijo, en el momento que desees morir o no quieras existir por la intensidad de tu sufrimiento, se suma las posibilidades de que algo así ocurra o de que atraigas a un verrdugo que se hará cargo de tu muerte "Cuidado con lo que deseas".



Dentro de la imperfección está la muerte (hablo de muerte natural), que para mi es lo más perfecto de la naturaleza. Nacer-morir no es lo que deseo o busco, es que acepto una ley que está dentro de ese orden cósmico o de esa sincronización. Para que la naturaleza se regenere hace falta morir (Si el grano no muere, no nace la semilla), para que la vida se perpetúe hace falta morir...morir, para el cosmos, es mutación. La vida ha de ser dinámica para poder ser, para existir. Con todo esto, lo que quiero decir es, que cuando acepto esta ley natural en lo más profundo de mí, acepto la vida. Cuando acepto la muerte me siento partícipe de tan hermoso milagro: “LA VIDA”. Al final comprendo que aquello imperfecto (la muerte), aquello que supuestamente no debe de existir, es lo que hace que la vida exista. Lo imperfecto se hace perfecto.



No sabes la cantidad de miedos y problemas emocionales que le puedes ahorrar a tu hijo si comprendes esta realidad de la vida. Se evita la desconfianza, el miedo a la muerte, el miedo a lo desconocido, el miedo a los cambios...y las consecuencias que se derivan de estos problemas.



Para continuar con el tema. Clic en los enlaces siguientes:



•Definir el bien y el mal.

•Carta a una amiga Su educación religiosa le generaban mucha ansiedad y sentimientos de culpa.

Nenhum comentário: