sábado, 20 de junho de 2009

Pessoas e trabalhos que mereçe ser lembradas

Más de 100.000 personas se acercaron ayer en Anantapur a la Fundación Vicente Ferrer para dar el primer adiós al cooperante en una jornada de intensas emociones. Desde muy temprano, el recinto recibió una avalancha de gente que fue a rendirle una conmovedora despedida que no vio su fin hasta entrada la noche. Pero el clamor popular no se limitó solo a la India. Instituciones de todo el mundo, desde gobiernos hasta oenegés, personas anónimas y, cómo no, los fieles colaboradores del proyecto impulsado por este barcelonés alzaron la voz no solo para expresar su pésame, su apoyo y su admiración. También para que su labor sea reconocida con el merecido Premio Nobel de la Paz.
Vicente Ferrer murió la madrugada de ayer a los 89 años, tres meses después de haber sufrido una embolia de la que no logró restablecerse. La noticia colmó de tristeza a los habitantes de Anantapur, que acto seguido sucumbieron al miedo. Miedo a que el cuerpo de Vicente fuera repatriado a España. Temor y preocupación que se disiparon poco después al darse a conocer los deseos del cooperante catalán de ser enterrado en la India, en Bathalapalli, a pocos kilómetros de la central de operaciones de la misión. Al lado del principal hospital que pudo construir con el dinero de la iniciativa.

CEREMONIA EN BARCELONA / En las oficinas de la fundación reinaba ayer una actividad frenética. «De los tres años que llevo trabajando aquí, hoy es el día más especial», decía, emocionada, una joven cooperante. Se avecinan días de mucho trabajo para poder responder al cariño volcado desde todos los rincones del mundo. En Barcelona, por ejemplo, decenas de personas se dirigieron ayer a la sede de la fundación para anunciar que planeaban viajar a la India para asistir al funeral, que se celebrará el lunes en Bathalapalli. Sin embargo, es imposible entrar en el país sin visado, por lo que se decidió celebrar una ceremonia en recuerdo de Ferrer en la capital catalana, en una fecha aún por determinar.

155.000 COLABORADORES / La muerte del cooperante disparó también el interés por la campaña impulsada a través de Facebook para proponer a su fundación para el premio Nobel de la Paz. A la iniciativa, que ya ha recibido el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, entre muchos otros, y que también promueve EL PERIÓDICO, ya se habían adherido anoche casi 15.000 personas. Y todo apunta a que la cifra crecerá exponencialmente en los próximos días, puesto que su proyecto en Anantapur cuenta con 155.000 colaboradores y socios, cuyas aportaciones y las de diversas instituciones dieron como resultado los 39,8 millones de euros recaudados en el 2007.
Y mientras la movilización a través de internet empezaba a coger un ritmo vertiginoso, decenas de autobuses repletos de niños vestidos con coloridos atuendos seguían llegando al lugar donde reposan los restos mortales de Ferrer. En una sencilla sala sin símbolos religiosos, adornada solo con flores, incienso de jazmín y música india, su mujer, Anna, y su hijo Moncho, acompañados de familiares y allegados, permanecían junto al cuerpo de un hombre que, desde que llegó en 1953, arrojó un poco de luz a una de las zonas más pobres de la India. Hasta tal punto que se convirtió casi en una deidad.

REUNIRSE CON EL DE ARRIBA / «El hombre que se ha encargado de nosotros y de nuestros niños durante décadas se ha ido para siempre», se lamentaba Rajiv Murthi mientras una pantalla colocada en el campus exhibía las espectaculares imágenes grabadas durante la jornada en el recinto.
«Ha llegado la hora de que se reúna con el de arriba», comentaba su hijo Moncho. El sucesor del Català de l’Any 2008 estaba cansado, pero también muy tranquilo. Y agradecido por la solidaridad (esa que tanto ejercitó su padre) recibida desde todos los confines. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, resaltó que gracias a él, «millones de personas pueden mirar al futuro con esperanza». El president de la Generalitat, José Montilla, lo definió como un «catalán universal» y como «un ejemplo de trabajo en favor de los otros», los Reyes y los Príncipes también enviaron telegramas de apoyo, así como todos los partidos políticos, algunos de los cuales se sumaron ya a la campaña que promueve la candidatura al Nobel de la Paz de un hombre que «no se ha marchado, sino que vive en cada rincón de Anantapur y en cada parte del trabajo en las aldeas» a las que prestaba su apoyo. Así de convencida se mostraba su mujer, Anna Perry, en el mensaje de agradecimiento que dejó en la web de la fundación (www.fundaciónvicenteferrer.org). «Ha llegado su momento de descansar en paz, y el nuestro, de continuar con la gran labor que él comenzó así como de difundir sus ideales de compromiso con los más desfavorecidos y la acción para remediar el sufrimiento de este mundo.