segunda-feira, 4 de janeiro de 2010

La investigación tuvo como objetivo diseñar un programa de


intervención psicológica basado en el juego prosocial dirigido a

niños de 10-12 años, administrarlo semanalmente durante un curso

escolar, y evaluar sus efectos en varias conductas sociales (asertivas,

pasivas, agresivas, antisociales y delictivas). Este estudio

forma parte de una línea de investigación desarrollada desde la década

de los 90, en la que se han diseñado y evaluado varios programas

de intervención que tienen por finalidad promover el desarrollo

de la personalidad infantil (Garaigordobil, 2003a). El trabajo

tiene como antecedentes 3 programas que estimulan la conducta

prosocial validados experimentalmente, un programa para

niños de 6 a 8 años (Garaigordobil, 1992/1994; Garaigordobil y

Echebarría, 1995; Garaigordobil, Maganto y Etxeberría, 1996),

otro para niños de 8 a 10 años (Garaigordobil, 1995, 1996, 1999a,

2003b), y el tercero para adolescentes de 12 a 14 años (Garaigordobil,

1999b, 2000, 2001, 2002, 2004). Las evaluaciones realizadas

han confirmado que estas experiencias cooperativas aumentan

las conductas sociales positivas (conductas de consideración, autocontrol,

prosociales, asertivas…), la comunicación positiva intragrupo,

la capacidad para analizar emociones, mejoran el autoconcepto

y el concepto de los demás, disminuyendo diversas conductas

sociales negativas (agresivas, antisociales, de retraimiento,

timidez…), las estrategias cognitivas agresivas como técnica de

resolución de conflictos o los prejuicios.

Con estos antecedentes, el trabajo se fundamenta sobre las conclusiones

de los estudios que han confirmado las importantes contribuciones

que el juego prosocial desempeña en la socialización

infantil. Durante el juego los niños participan de situaciones sociales

donde aprenden a cooperar y a resolver problemas sociales.

En este contexto el niño considera otros puntos de vista, hace juicios

morales, desarrolla habilidades sociales y adquiere el concepto

de amistad (Saracho, 1998). Las investigaciones sobre la contribución

del juego sociodramático confirman que los programas

de juego aplicados sistemáticamente estimulan las habilidades sociales

(Ballou 2001; Smilansky, 1968), las interacciones sociales

cooperativas (Rosen, 1974), un aumento de conductas prosociales

y una disminución de la agresión (Udwin, 1983). En la década de

los 90, el metaanálisis de Fisher (1992), que analizó 46 estudios

que midieron los efectos de programas de juego, confirmó una mejora

del desarrollo social. En la misma dirección, Baggerly (1999),

combinando distintos tipos de juego con un enfoque terapéutico,

ratificó una disminución de conductas agresivas y de retraimiento

por efecto del programa. Otra línea de investigación ha evaluado

Intervención psicológica en la conducta agresiva y antisocial con niños

Maite Garaigordobil Landazabal

Universidad del País Vasco

El estudio tuvo por objetivo diseñar un programa de juego cooperativo y evaluar sus efectos en la conducta

social. Se utilizó un diseño pretest-intervención-postest con grupo de control. La muestra incluye

86 sujetos de 10 a 11 años, 54 experimentales y 32 de control. Antes y después del programa se aplicaron

2 instrumentos de evaluación para medir conductas sociales. El programa consistió en una sesión

de intervención semanal de dos horas de duración durante un curso escolar. Las actividades del

programa estimulan la comunicación y la conducta prosocial. Los resultados de los análisis de varianza

sugieren un impacto positivo de la intervención, ya que los experimentales incrementaron significativamente

sus conductas asertivas, disminuyendo las agresivas, antisociales y delictivas. El programa

ejerció un efecto superior sobre los sujetos que tenían pocas conductas asertivas y muchas pasivas,

agresivas, antisociales y delictivas. El género no influyó en los resultados de la intervención.

Psychological intervention in aggressive and antisocial behavior with children. The objective of this

research was to design a cooperative play program, in order to assess its effects on social behaviour.

The design was pretest-intervention-posttest with control group. The sample included 86 participants

aged 10 to 11 years, 54 experimental and 32 control. Before and after administering the program, two

evaluation instruments were applied to measure social behaviours. The intervention consisted of a weekly

two-hour play session throughout the school year. The program’s activities stimulate communication,

and prosocial behaviour. Results of the analysis of variance suggest significant impact of the

intervention, since the experimental participants significantly increased their assertive behaviours,

while showing a decrease in aggressive, antisocial and delinquent behaviours. Also confirmed was a

greater effect of the intervention on participants who showed few assertive behaviours and many passive,

aggressive, antisocial and delinquent behaviours in the pretest. Gender did not affect the results

of the intervention.

Fecha recepción: 11-9-03 • Fecha aceptación: 18-2-04

Correspondencia: Maite Garaigordobil Landazabal

Facultad de Psicología

Universidad del País Vasco

20018 San Sebastián (Spain)

E-mail: ptpgalam@sc.ehu.es

Psicothema 2004. Vol. 16, nº 3, pp. 429-435 ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG

www.psicothema.com Copyright © 2004 Psicothema

los efectos de programas de juego cooperativo ratificando que fomentan

la conducta cooperativa (Blazic, 1986; Mender, Kerr y Orlick,

1982), las conductas de compartir (Orlick, 1981), más contacto

físico y verbal positivo durante el juego libre, y menos contactos

físicos negativos e interacciones verbales negativas (Grineski,

1991), más conductas de ayuda, de cooperación, más capacidad

para incorporar a otros y más cohesión grupal (Carlson,

1999). Además, los estudios que comparan los efectos de programas

de juego cooperativo y competitivo también evidencian un

aumento de las conductas cooperativas y una disminución de las

agresivas durante los juegos cooperativos (Bay-Hinitz, Peterson y

Quilitch, 1994; Finlinson, Austin y Pfister, 2000). Por otro lado,

las investigaciones que han analizado los efectos de cooperar frente

a competir constatan que la interacción cooperativa fomenta la

cohesión grupal, ayuda a reducir conflictos intergrupos, estimula

conductas prosociales, disminuye conductas sociales negativas,

incrementa la aceptación de los miembros del grupo, aumenta las

habilidades sociales, la capacidad para resolver problemas y el desarrollo

moral (Desbiens, Royer, Bertrand y Fortin, 2000; Gillies,

2000; Miller, 1998; Sherif, Harvey, White, Hood y Sherif, 1961).

Este estudio se plantea como hipótesis general que el programa

de intervención va a estimular una mejora significativa de la conducta

social en los sujetos experimentales, en concreto se plantean

cuatro hipótesis: 1) el programa potenciará un incremento de la

conducta asertiva en la interacción con otros compañeros, disminuyendo

las conductas agresivas y pasivas; 2) la intervención descenderá

las conductas antisociales y delictivas; 3) el programa será

especialmente eficaz para los experimentales que antes de la intervención

tengan problemas de socialización (pocas conductas

sociales asertivas y muchas pasivas, agresivas, antisociales, delictivas);

y 4) el género no influirá en los efectos del programa.

Método

Participantes

La muestra está constituida por 86 sujetos de 10-11 años, distribuidos

en 4 grupos pertenecientes a 2 centros escolares del País

Vasco. Del conjunto de la muestra, 2 grupos (54 sujetos) fueron

asignados aleatoriamente a la condición experimental mientras

que otros 2 grupos (32 sujetos) desempeñaron la condición de control.

34 participantes son varones y 52 mujeres, y el análisis de la

chi cuadrado no indica diferencias significativas en cuanto al género,

χ2 (1, n= 86)= 3,76, p>.05. Los sujetos pertenecen a un ámbito

socioeconómico y cultural medio-alto. El 39% de los padres

tienen un nivel de educación universitario, un 35% estudios superiores

y un 26% estudios primarios. Después de seleccionar al azar

dos centros escolares, se realizó una reunión con los directores de

los centros y los profesores de los correspondientes grupos educativos,

los cuales decidieron participar en el estudio después de la

presentación del proyecto. La decisión fue realizada con la aceptación

de los padres. No hubo rechazo a la participación ni mortandad

muestral.

Diseño y procedimiento

El estudio empleó una metodología cuasiexperimental, un diseño

de medidas repetidas pretest-intervención-postest con grupo

de control. En la fase pretest, durante las primeras semanas del

curso escolar, se administraron dos instrumentos de evaluación para

medir las variables dependientes sobre las que se hipotetizó que

el programa iba a tener un efecto. Los instrumentos aplicados a los

sujetos experimentales y control fueron administrados por los psicólogos

de los centros escolares en colaboración con estudiantes

de Psicología en prácticas, a los cuales se formó en seminarios

previos a la administración de los tests, lo que facilitó la homogeneidad

en la recogida de datos. Posteriormente, los sujetos experimentales

realizaron el programa de intervención psicológica que

consistió en la realización de una sesión de juego semanal de dos

horas de duración durante todo el curso escolar. La sesión se estructuraba

con una secuencia de 2 o 3 actividades lúdicas y sus

subsiguientes debates. Las sesiones de juego se realizaron en el

mismo espacio, un aula grande libre de obstáculos, el mismo día y

hora de la semana. La intervención fue dirigida por la profesora

habitual de cada grupo con la colaboración de un observador. Los

sujetos de control realizaron las actividades de ética y plástica del

programa del centro escolar, con lo que se evitó el efecto Hawthorne,

ya que los de control recibieron otro tipo de instrucción y

el mismo nivel de atención. En la fase postest, durante las últimas

semanas del curso escolar, se administraron los mismos instrumentos

de evaluación que en el pretest para medir el cambio en las

variables dependientes. Para la realización del estudio se constituyó

un equipo investigador compuesto por las profesoras que implementaron

el programa, así como los psicólogos escolares y los

estudiantes de Psicología que llevaron a cabo la evaluación prepost,

así como la filmación y observación de las sesiones. La formación

del equipo se realizó a través de sistemáticos seminarios

llevados a cabo quincenalmente durante todo el curso escolar. Esta

formación se operó tanto en lo referente al programa como a su

evaluación. Además, estos seminarios tuvieron por finalidad controlar

la adherencia de los experimentadores al programa, es decir,

el seguimiento estándar de las instrucciones para su administración.

La corrección de los tests fue ciega, sin conocimiento de la

condición o las hipótesis, y fue llevada a cabo por un equipo de estudiantes

de Psicología becarios, formados específicamente para

esta finalidad.

Instrumentos

Para evaluar el efecto del programa, en la fase pretest y postest

se administraron 2 instrumentos para medir las conductas asertivas,

agresivas, pasivas, antisociales y delictivas.

CABS. Escala de comportamiento asertivo para niños (Michelson

y Wood, 1982; Michelson, Sugai, Wood y Kazdin, 1983). Evalúa

mediante autoinforme el comportamiento social del niño y permite

obtener información sobre tres tipos de conducta social en la

interacción con otros niños: agresiva, pasiva y asertiva. Los ítems

consisten en situaciones y comportamientos tales como dar y recibir

cumplidos, quejas, empatía, demandas y rechazos de iniciar,

mantener y terminar conversaciones, pedir un favor, responder a

un insulto, conseguir objetos, expresar sentimientos… La escala

tiene 27 ítems cada uno con 5 respuestas que varían a lo largo de

un continuo de respuestas pasivas-asertivas-agresivas, de las cuales

el niño elige la que representa su habitual forma de responder

a esa situación. La tarea consiste en leer la situación de interacción

social debiendo seleccionar la forma de respuesta más similar a su

modo de comportarse en esa situación. Cada ítem tiene 5 posibles

respuestas, una de ellas representa la respuesta asertiva, que es

puntuada con 1 punto; otras dos implican respuestas agresivas de

distinto grado, puntuándose con 1 o 2 puntos; y las otras dos im-

430 MAITE GARAIGORDOBIL LANDAZABAL

plican respuestas pasivas de distinto grado, otorgándose 1 o 2 puntos.

Como ejemplo se presenta una situación que explora la capacidad

para expresar sentimientos negativos: «Otro niño te hace algo

que no te gusta y te enfadas. ¿Qué harías o dirías generalmente?

»: a) Ignorarlo y no decir nada a ese niño; b) Actuar como si me

sintiera herido pero no decir nada a ese niño; c) Decir: estoy enfadado.

No me gusta lo que has hecho; d) Decir: estoy furioso. Me

caes mal; y e) Gritar: ¡Eres un imbécil. Te odio! Los estudios

psicométricos han mostrado alta consistencia interna (KR20=

0,78) y fiabilidad (test-retest= 0,86), así como validez discriminante

y convergente. No se han encontrado correlaciones significativas

del CABS con inteligencia (r= -0,11) o con deseabilidad

social (r= 0,11). El análisis factorial reveló un factor homogéneo

estructural. También se confirmó la validez discriminante del

CABS (p<.01), ya que permitió discriminar niños con y sin entrenamiento

en habilidades sociales.

AD. Cuestionario de conductas antisociales-delictivas (Seisdedos,

1988/1995). Contiene 40 frases cuyos contenidos informan de

distintos tipos de comportamientos antisociales y delictivos. Se

evalúan dos aspectos de la conducta desviada, el antisocial (entrar

a un sitio prohibido, tirar basuras al suelo, hacer pintadas, romper

o tirar al suelo cosas que son de otra persona, pelearse con otros…)

y el delictivo (tomar drogas, destrozar o dañar lugares públicos,

robar, conseguir dinero amenazando a personas más débiles…).

La tarea consiste en leer las frases e informar si se han realizado

las conductas que describen las frases. En la corrección se otorga

1 punto por cada frase afirmativa, con las 20 primeras se evalúa la

conducta antisocial y con las 20 últimas la conducta delictiva. La

fiabilidad se evaluó obteniendo las puntuaciones pares e impares

en las dos escalas, calculando las correlaciones entre ambas partes

en cada escala, y corrigiendo los índices con la fórmula de Spearman-

Brown. Los coeficientes resultantes de 0,86 en ambas escalas

fueron satisfactorios. La validez criterial se basa en las puntuaciones

significativamente superiores obtenidas por 95 adolescentes

con problemas de conducta en contraste con 99 de control. Los

análisis de varianza evidenciaron diferencias significativas entre

ambos grupos en la escala de conducta antisocial, F(1,192)= 4,70,

p<.01, y de conducta delictiva, F(1,192)= 2,90, p<.01.

Intervención o tratamiento

La aplicación del programa consistió en la realización de una

sesión de juego semanal de dos horas de duración, en las que se

llevaban a cabo 2 o 3 actividades lúdicas y sus debates. Estas sesiones

se realizaban en el mismo horario semanal, en el mismo espacio

físico, un aula de psicomotricidad o gimnasio, y fueron dirigidas

por la profesora del grupo, organizándose siempre con el

mismo procedimiento. En primer lugar, con los miembros del grupo

sentados en el suelo en posición circular, se planteaban los objetivos

y las instrucciones de la actividad. En un segundo momento,

el grupo desarrollaba la acción, habitualmente en pequeños

equipos. Al finalizar la ejecución de la actividad, los miembros del

grupo se colocaban de nuevo en posición circular, los equipos exponían

sus conclusiones y se abría una fase de discusión o debate

en torno a la actividad realizada. El debate era un tiempo para la

reflexión y el diálogo (guiado por el adulto) en el que se analizaban

los resultados de la actividad llevada a cabo. La sesión concluía

con una breve fase de cierre. Las actividades del programa de

intervención (Garaigordobil, en prensa) tienen como objetivo fomentar

el desarrollo de la personalidad infantil, estimulando: la

comunicación intragrupo (exponer, escuchar, dialogar, negociar,

tomar decisiones por consenso…), las interacciones amistosas, la

conducta moral y prosocial (ayudar, cooperar, compartir, consolar…),

la expresión de emociones a través de la palabra, el dibujo

o la dramatización, la mejora del autoconcepto, el aprendizaje de

técnicas de resolución de conflictos humanos, así como la creatividad.

Los 110 juegos que contiene el programa estimulan la comunicación

y la cohesión, subyaciendo a ellos la idea de aceptarse,

cooperar y compartir, jugando e inventando juntos. Estos juegos

tienen 5 características estructurales: participación, comunicación,

cooperación, ficción-creación y diversión. Un ejemplo de

juego del programa es «cuentos morales», en el que cada equipo,

compuesto por 4 o 5 jugadores, debe inventar cooperativamente,

es decir, con la contribución de todos, un cuento que contenga alguna

enseñanza moral, un mensaje moral implícito, posteriormente

lo representan y al final se abre un debate sobre los mensajes

morales de los cuentos elaborados.

Resultados

Efectos del programa en la conducta asertiva, pasiva, agresiva,

antisocial y delictiva

El MANOVA pretest (Multivariado Pillai) realizado para el conjunto

de las variables puso de relieve que antes de la intervención no

existían diferencias significativas entre experimentales y control,

F(1, 84)= 1,06, p>.05. Sin embargo, los resultados del MANCOVA

de las diferencias pretest-postest entre ambas condiciones fueron significativos

F(1, 84)= 3,01, p<.05, y el tamaño del efecto fue grande

(η2= 0,167; r= 0,40). Estos resultados confirman que las diferencias

pretest-postest entre experimentales y control fueron significativas

(p<.05), lo que evidencia un efecto positivo del programa en la conducta

social. Para analizar el cambio en cada variable se realizaron

análisis descriptivos y de varianza que se presentan en la tabla 1.

Cambios en la conducta asertiva, agresiva y pasiva: con la finalidad

de evaluar el impacto del programa en la conducta social

se analizaron los cambios en las puntuaciones del CABS. El MANOVA

pretest realizado con el conjunto de las 3 variables medidas

no evidenció diferencias significativas entre experimentales y

control, F(1, 84)= 1,01, p>.05. Se dieron tendenciales diferencias

en la fase postest, F(1, 84)= 2,34, p<.09, y se encontraron diferencias

significativas en el MANOVA pretest-postest, F(1, 84)= 5,35,

p<.01, y en el MANCOVA pretest-postest, F(1, 84)= 4,85, p<.01,

siendo el tamaño del efecto grande (η2= 0,156; r= 0,39). Como se

puede observar en la tabla 1, los experimentales mejoraron significativamente

sus conductas asertivas (M= 2,07), respecto a los de

control (M= 0,03). En la fase pretest no había diferencias entre ambas

condiciones, F(1, 84)= 0,88, p>.05; sin embargo, los resultados

del ANOVA pretest-postest fueron significativos, F(1, 84)=

4,14, p<.05. Asimismo, los experimentales disminuyeron significativamente

sus conductas agresivas en sus interacciones con

compañeros (M= -1,80), mientras que los de control experimentaron

un incremento de éstas (M= 1,12). El ANOVA pretest confirmó

que no había diferencias entre experimentales y control en las

conductas agresivas, F(1, 84)= 0,29, p>.05; sin embargo, los resultados

del ANOVA pretest-postest fueron significativos F(1,

84)= 14,14, p<.001. En las conductas pasivas, experimentales (M=

-1,22) y control (M= -1,75) disminuyeron de forma similar. En síntesis,

el programa tuvo un impacto positivo, aumentando las conductas

asertivas y disminuyendo las conductas agresivas.

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LA CONDUCTA AGRESIVA Y ANTISOCIAL CON NIÑOS 431

Cambios en la conducta antisocial y delictiva: para evaluar el

impacto del programa en la conducta antisocial-delictiva, se analizaron

los cambios en las puntuaciones del AD. El MANOVA pretest

evidenció que no había diferencias significativas entre experimentales

y control, F(1, 84)= 1,36, p>.05. Sin embargo, el MANOVA

pretest-postest, F(1, 84)= 4,83, p<.01, y el MANCOVA

pretest-postest, F(1, 84)= 4,19, p<.05, confirmaron diferencias

significativas, siendo el tamaño del efecto medio (η2= 0,094; r=

0,30). Como se puede observar en la tabla 1, los ANOVAs pretest

ratifican que no había diferencias entre ambas condiciones ni en la

conducta antisocial, F(1, 84)= 0,11, p>.05, ni en la conducta delictiva

F(1, 84)= 1,74, p>.05; sin embargo, los ANOVAs pretestpostest

fueron estadísticamente significativos en la conducta antisocial,

F(1, 84)= 5,61, p<.05, y en la delictiva, F(1, 84)= 8,15,

p<.05. Los resultados confirman la mejoría de los experimentales

ya que disminuyen significativamente su conducta antisocial (M=

-0,15), mientras que los de control muestran un incremento de ésta

(M= 1,69). La misma dirección se observa en las conductas delictivas,

en la que los experimentales disminuyen (M= -0,26),

mientras que los de control aumentan (M= 1,00). En síntesis, los

resultados permiten concluir que el programa fomentó la disminución

de las conductas antisociales (entrar a un sitio prohibido, tirar

basuras al suelo, hacer pintadas, romper cosas que son de otra persona,

pelearse con otros…) y las delictivas (tomar drogas, destrozar

lugares públicos, robar, conseguir dinero amenazando…).

Impacto de la intervención en sujetos con problemas de socialización

Para evaluar si el programa fue más eficaz para los sujetos que

antes de iniciar la intervención tenían problemas de socialización,

es decir, pocas conductas sociales positivas y muchas negativas,

los experimentales fueron clasificados en 3 categorías en función

de sus puntuaciones pretest. El perfil 1 (P1) incluye sujetos que

obtuvieron puntuaciones directas inferiores a un percentil 30; el

perfil 2 (P2) puntuaciones correspondientes a percentiles entre 30

y 70; y el perfil 3 (P3) puntuaciones superiores al percentil 70.

Posteriormente, se realizaron ANOVAs pretest-postest entre los

perfiles (ver Tabla 2), así como análisis post hoc de comparaciones

múltiples de Tukey.

En la conducta pasiva los resultados del ANOVA pretest-postest

confirman que la diferencia de medias entre los perfiles fue

significativa, F(2, 51)= 3,38, p<.05. El análisis de comparaciones

múltiples de Tukey mostró específicamente diferencias (p<.05)

entre el P1 (M= 0,81) y el P3 (M= -4,46). En la conducta asertiva

el ANOVA pretest-postest también fue significativo, F(2, 51)=

8,70, p<.001, y el análisis post hoc de Tukey mostró diferencias

432 MAITE GARAIGORDOBIL LANDAZABAL

Tabla 2

Medias, desviaciones típicas y resultados del análisis de varianza para 3 perfiles de conducta social en la fase pretest y en la diferencia pretest-postest

Pretest Diferencias Pretest-Postest Anova

Perfil 1 Perfil 2 Perfil 3 Perfil 1 Perfil 2 Perfil 3 F(2, 51)

M DT M DT M DT M DT M DT M DT Pretest Pre-Pos

CABS

Conducta pasiva* 3,00 0,97 07,04 1,95 17,62 4,61 0,81 3,41 -0,84 3,04 -4,46 9,83 114,51*** 03,38***

Conducta asertiva*** 8,73 2,33 18,19 2,51 23,14 1,07 6,00 4,45 -1,47 3,78 -1,00 2,31 097,01*** 08,70***

Conducta agresiva*** 0,73 0,46 03,32 1,03 10,79 4,73 0,47 1,55 -1,28 2,21 -5,14 3,55 064,06*** 19,48***

AD

Conducta antisocial*** 0,57 0,51 03,47 0,90 08,67 2,61 1,57 2,06 -0,63 2,85 -4,67 4,12 138,90*** 19,36 ***

Conducta delictiva*** 0,00 0,00 01,00 0,00 04,25 3,86 0,11 0,32 -0,60 0,55 -4,00 3,37 038,91 *** 40,34 ***

* p<0,05; ** p<0,01; *** p<0,001

Tabla 1

Medias, desviaciones típicas y resultados del análisis de varianza para el grupo experimental y control en conductas sociales en la fase pretest, postest

y en la diferencia pretest-postest

Grupo Experimental (n= 54) Grupo Control (n= 32) Experimental - Control (n = 86)

Pretest Postest Pre-Pos Pretest Postest Pre-Pos Anova Ancova

F(1, 84) F(1, 84)

M DT M DT M DT M DT M DT M DT Pretest Postest Pre-Pos Pre-Pos

CABS

Conducta pasiva 08,39 6,11 07,17 6,18 -1,22 5,76 07,97 5,40 06,22 4,22 -1,75 5,33 0,10 0,58** 00,17*** 1,26***

Conducta asertiva* 16,91 5,04 18,98 4,70 -2,07 4,30 18,00 5,46 18,03 5,43 -0,03 4,83 0,88 0,73** 04,14*** 1,94***

Conducta agresiva*** 04,54 4,60 02,74 3,11 -1,80 3,24 04,00 4,17 05,13 6,01 -1,12 3,87 0,29 5,87** 14,14*** 14,43***

AD

Conducta antisocial* 03,39 3,40 03,24 2,63 -0,15 3,76 03,62 2,54 05,31 4,22 -1,69 2,91 0,11 7,88** 05,61*** 6,70***

Conducta delictiva** 00,41 1,46 00,15 0,36 -0,26 1,39 00,06 0,25 01,06 2,69 -1,00 2,70 1,74 6,11** 08,15** * 5,33***

* p<0,05; ** p<0,01; *** p<0,001

(p<.05) del P1 (M= 6,00) con el P2 (M= 1,47) y con el P3 (M= -

1,00). En la conducta agresiva el ANOVA pretest-postest confirma

diferencias entre perfiles, F(2, 51)= 19,48, p<.001, y el test de

Tukey constata diferencias (p<.05) entre el P1 (M= 0,47) y el P3

(M= -5,14), y entre el P2 (M= -1,28) y el P3 (M= -5,14). En la conducta

antisocial el ANOVA pretest-postest también constata diferencias

significativas entre perfiles, F(2, 51)= 19,36, p<.001, y el

Tukey test muestra diferencias (p<.05) entre el P1 (M= 1,57) y el

P3 (M= -4,67), y entre el P2 (M= 0,63) y el P3 (M= -4,67). En la

conducta delictiva el ANOVA pretest-postest también evidencia

diferencias entre perfiles, F(2, 51)= 40,34, p<.001, y el análisis de

Tukey muestra diferencias (p<.05) entre el P1 (M= 0,11) y el P3

(M= -4,00), y entre el P2 (M= -0,60) y el P3 (M= -4,00). En síntesis,

el programa de juego ejerció un efecto positivo superior sobre

los sujetos experimentales con problemas de socialización, es decir,

aquellos que en el pretest tenían pocas conductas sociales asertivas,

muchas conductas sociales pasivas y agresivas con los iguales,

así como muchas conductas antisociales y delictivas.

Influencia del género en los efectos de la intervención

Para evaluar si el programa de juego influyó diferencialmente

en función del sexo, se realizaron análisis descriptivos y de varianza

cuyos resultados se presentan en la tabla 3.

En relación a las conductas sociales pasivas, asertivas y agresivas,

ni el MANCOVA pretest-postest, F(1, 52)= 0,96, p>.05, ni los

ANCOVAs pretest-postest (ver tabla 3) mostraron diferencias significativas

en función del género. Y en las conductas antisociales

y delictivas, el MANCOVA pretest-postest, F(1, 52)= 0,38, p>.05,

y los ANCOVAs (ver tabla 3) tampoco evidenciaron diferencias.

En síntesis, en ninguna de las 5 variables medidas se produjeron

efectos diferenciales del programa en función del género.

Discusión

Los resultados sugieren un impacto positivo del programa, ya

que los sujetos experimentales muestran significativamente: 1) un

incremento de las conductas asertivas y una disminución de las

conductas agresivas con los iguales en situaciones sociales tales

como dar y recibir cumplidos, expresar quejas, mostrar empatía,

mantener y terminar conversaciones, pedir un favor, responder a

un insulto, conseguir objetos, expresar sentimientos positivos y

negativos…; y 2) una disminución de las conductas antisociales

tales como tirar basuras al suelo, romper cosas que son de otra persona,

pelearse con otros… y de las conductas delictivas tales como

tomar drogas, destrozar lugares públicos, robar, conseguir dinero

amenazando… Sin embargo, en relación a las conductas pasivas

con los iguales, el programa no tuvo un efecto significativo.

Estos datos confirman que los programas de juego cooperativo

que estimulan la conducta prosocial entre iguales promueven un

aumento de la conducta social asertiva y una disminución de las

conductas agresivas, ratificando parcialmente la hipótesis 1. Asimismo,

se constata una disminución de las conductas antisociales

y delictivas que verifica la hipótesis 2.

Estos resultados apuntan en la misma dirección que los obtenidos

en otros estudios que han sugerido los beneficios de los programas

de juego que contienen juegos de representación y cooperativos

en el desarrollo social (Baggerly, 1999; Ballou, 2001; Bay-

Hinitz et al., 1994; Carlson, 1999; Fisher, 1992; Grineski, 199; Orlick,

1981), así como de los trabajos que confirman los positivos

efectos de la interacción cooperativa en factores del desarrollo socio-

emocional (Desbiens et al., 2000; Gillies, 2000; Miller, 1998;

Sherif et al., 1961). Los resultados de este estudio ratifican las observaciones

planteadas por algunos investigadores (Garrido y Rodríguez,

2002) que en un actual monográfico sobre violencia han

subrayado el positivo papel de los programas que desarrollan la

conducta y el pensamiento prosocial para disminuir la conducta

antisocial, destacando la necesidad de formar a los niños en valores

como la solidaridad y la cooperación frente al individualismo

y la competitividad. La revisión de este monográfico, y específicamente

de algunos de los trabajos presentados en el mismo (Espinosa,

Clemente y Vidal, 2002; Fernández y Rodríguez, 2002;

López, Garrido, Rodríguez y Paíno, 2002; Ortega, Sánchez y Menesini,

2002), permite identificar variables relevantes para el diseño

de programas.

Además, el programa de juego ejerció un efecto positivo superior

sobre los sujetos experimentales que antes de empezar la intervención

tenían problemas en la socialización, es decir, sujetos

que en el pretest manifestaban pocas conductas sociales asertivas,

así como muchas conductas sociales pasivas, agresivas, antisociales

y delictivas. Sin embargo, no se encontraron efectos diferentes

del programa en función del género. Estos resultados confirman

las hipótesis 3 y 4, sugiriendo el papel terapéutico que pueden desempeñar

programas de este tipo en la infancia tardía, ya que be-

INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN LA CONDUCTA AGRESIVA Y ANTISOCIAL CON NIÑOS 433

Tabla 3

Medias, desviaciones típicas y resultados del análisis de varianza en la conducta social en función del género en la fase pretest y en la diferencia pretest-postest

Pretest Diferencias Pretest-Postest Anova Ancova

Varones (n = 25) Mujeres (n = 29) Varones (n = 25) Mujeres (n = 29) F(1, 52) F(1, 52)

M DT M DT M DT M DT Pretest Pre-Pos Pre-Pos

CABS

Conducta pasiva 09,04 6,83 07,83 5,47 -1,56 7,26 -0,93 4,19 0,52* 0,15 0,00

Conducta asertiva 15,40 5,95 18,21 3,75 -2,68 5,03 -1,55 3,55 4,42* 0,92 0,01

Conducta agresiva 05,96 5,79 03,31 2,80 -2,12 4,02 -1,52 2,40 4,78* 0,46 1,12

AD

Conducta antisocial 03,92 4,05 02,93 2,71 -0,32 4,69 -0,00 2,82 1,13* 0,09 0,64

Conducta delictiva 00,76 2,09 00,10 0,31 -0,60 1,98 -0,04 0,35 2,80* 2,89 0,08

* p<0,05; ** p<0,01; *** p<0,001

nefician especialmente a niños con problemas de socialización,

con pocas conductas sociales positivas y muchas negativas. En su

conjunto, los resultados evidencian los beneficios de estas experiencias

de juego cooperativo en diversos parámetros conductuales

del desarrollo social.

La investigación realizada valida el programa diseñado y aporta

un instrumento de intervención psicológica para fomentar la socialización

infantil en estos grupos de edad, donde se observa una

gran ausencia de programas de este tipo. Como limitaciones del

estudio cabe destacar el hecho de haber evaluado los efectos del

programa mediante autoinformes con los sesgos que implican. Entre

las líneas futuras de investigación se pueden plantear: 1) medir

los efectos del programa en la conducta social utilizando instrumentos

de evaluación cumplimentados por padres, profesores y

compañeros del grupo; 2) evaluar los efectos del programa en

otros factores de la personalidad, por ejemplo, en el autoconcepto,

las estrategias cognitivas de interacción social, las conductas prosociales,

la inteligencia…; 3) comparar los efectos de este programa

de juego cooperativo-creativo con los efectos de programas de

juegos competitivos, o con los efectos de otros programas de eficacia

probada siguiendo los criterios de la Task Force; 4) implementar

el programa con otros grupos muestrales, por ejemplo, grupos

de terapia infantil, grupos inscritos en centros de protección de

menores…; y 5) la inclusión de medidas de seguimiento.

Agradecimientos

Este trabajo forma parte de un estudio más amplio que ha sido

financiado por el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad

del País Vasco (1/UPV 00006.231-H-13945/2001), habiendo

obtenido el galardón de «Primer Premio Nacional de Investigación

Educativa 2003» por parte del Ministerio de Educación y Cultura.

434 MAITE GARAIGORDOBIL LANDAZABAL

Referencias

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