quarta-feira, 18 de novembro de 2009

villa ocampo

La hamaca de Vijaya es una recreación dramática y musical de la relación que existió entre Victoria Ocampo y el poeta bengalí Rabindranath Tagore.
Tagore, como consecuencia de una enfermedad tuvo que hecer reposo durante dos meses en Buenos Aires y fue Victoria quien lo hospedó durante ese tiempo en una casa cercana que alquiló para él.
Desde ese momento entablaron una gran amistad, cuyas características crean y reconstruyen Laura Isola y José Miguel Onaindia en la obra, a partir de los textos de la autobiografía de Victoria Ocampo y de reflexiones de Tagore.
La actriz y cantante Rita Cortese, quien fue la protagonista de Heldenplatz en el Teatro San Martín, y el actor y pianista Facundo Ramírez, hijo del reconocido compositor Ariel Ramírez, serán quienes evoquen a Vijaya (victoriosa) y a su amigo.
Valor de la entrada: $40

Entradas en venta:
Boutique del Libro, Sede San Isidro: Chacabuco 459 / 4742-1297
Eterna Cadencia: Palermo, Honduras 5574 / 4774-4100
Villa Ocampo, Elortondo 1811, Beccar, de lunes a viernes de 9 a 18hs, sábados y domingos de 12.30 a 18hs.

meditaçao

El Arte de Vivir Zona Norte


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Meditaciones guiadas - ZONA NORTE

Posted: 17 Nov 2009 07:06 AM PST

Todos los sábados 18:30hs
El Arte de Vivir - Sede Zona Norte
Necochea 1824 (esquina Diagonal Salta), frente a la Plaza de Martínez.
Cerramos con té y delicias dulces para todos!
No es necesario confirmar asistencia.

Durante Noviembre las meditaciones vienen con sorpresa!

Sábado 21 de Noviembre, 18:30hs
Relajación con cuencos + Meditación, con Carolina Pena
A través de del sonido de los cuencos tibetanos nuestro cuerpo se relaja y nuestra mente va aquietando su actividad, dejándonos preparados para una meditación profunda.


Sábado 28 de Noviembre, 18:30hs
Sitar y Música de la India + Meditación, con Andrés Schwartz
Los sonidos de este maravilloso instrumento, sumado al ambiente natural que rodea nuestra nueva Sede en Martínez... una tarde inigualable.


Actividad abierta a todo público, no se requiere experiencia ni conocimientos previos.


Para informarte sobre meditaciones guiadas en otras zonas, hacé click AQUI

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Google Inc., 20 West Kinzie, Chicago IL USA 60610

comprar com descontos

Te estás por casar o mudarte a vivir solo y no tenés tiempo, ni ganas de comenzar a dar vueltas por Buenos Aires para encontrar el equipamiento de tu nuevo hogar y mucho menos, esperar 20 días para que te lo entreguen… ¡Relajate! Hay un lugar donde conseguir todo lo que necesitás para amueblar o decorar la casa. Desde productos simples de bazar hasta juegos de living o comedor. Con stock disponible, entrega inmediata y, lo mejor, con descuentos de hasta el 40%.

En Vivre, un espacio importante del mega local, está destinado al Sector Outlet donde hay artículos de otras temporadas, discontinuos sin fallas, o de segunda selección, con interesantes rebajas. Se ofrecen sillones, sillas, livings, butacas, banquetas, mesas, lámparas, mesas, vajilla, cubiertos y complementos en general. Todos exhibidos en distintas ambientaciones. Muchos de los muebles son para armar, incluso pueden verse las cajas apiladas para que te los lleves en el momento, si te gustan. La mayoría de los productos son importados.



Con 40% de descuento, los futones y poltronas como el sillón “Matrix”, en negro, tostado o blanco, a $ 249 o el “Relax” por $299. También en promoción, el sofá individual “Ram” giratorio en microfibra bordó o tostado, que se abre para posición intermedia, $799. También hay oportunidades como una mesa libro (0,70 x 0,89 cms. que abre a 1,38 m) por $ 835 (de primera cuesta $ 1.189). El sofá cama “Confort”, en ecocuero blanco, beige o negro, de 2º selección (con alguna marquita en tapizado) a $1.899. Juego de comedor “Luz”, mesa + 4 sillas (tapizadas en ecocuero o microfibra) $ 2.506.-

En el sector outlet de bazar hay productos ocasionales y variados como pocillos de café con plato ($5); set cubiertos frutas ($27,90); portaretratos ($21 a $25) fuente de porcelana ($37); portarollo cocina ($37,90); ensaladera porcelana ($55, 31); set p/asado ($68,90).

¿Dónde?
Av. Alvarez Thomas 1166, Cap. Fed.
Lunes a sábado de 9.30 a 20.30
Estacionamiento: Virrey Loreto 3630

zapato chicos

Comprar calzado para niños no es tarea fácil. Además del diseño debemos buscar que sean cómodos y de calidad, para que les duren, aunque sea, hasta que los zapatitos aprieten. Para eso, nada mejor que recurrir a outlets especializados en calzado infantil.

Zapatero a tu zapato. Toot es una de las marcas argentinas con más de 25 años de experiencia en la fabricación de calzado para chicos. Además de dos outlets propios, esta marca, en su local de Belgrano, cuenta con una “zona outlet” de productos Premium. Y como si fuera poco, tienen previsto, para diciembre de 2009, la apertura de un nuevo outlet en Factory Parque Brown.

En estos outlets de calzado, se puede encontrar y probar, rápidamente, lo que buscamos. Todos los productos están a la vista y exhibidos por numeración.

Desde bebés hasta adolescentes, la oferta es amplia en todas sus líneas: colegial, urbana, clásica, glamour, básicos, playa, comunión y fiesta. Para nenas y varones, en el outlet, se pueden conseguir ofertas para el tiempo libre, zapatillas, zapatos de cuero, de materiales sintéticos o con telas aireadas, ojotas, sandalias, guillerminas de tela, ballerinas y botas de todo tipo. La numeración va del 16 al 38 y algunos modelos llegan hasta el 40.

Bueno y barato caben en un zapato. En Toot outlet, se comercializan artículos de temporadas anteriores y discontinuos. El porcentaje de descuento, en algunos casos, alcanza el 70% y los precios arrancan en los $25. El público que los visita, en general, son clientes cautivos que siempre encuentran oportunidades en cuanto a precio y diseño.

Ejemplo de precios generales:

Productos para el agua: $25.-
Productos en tela: $30.-
Productos en cuero: $40.-
Cuando los chicos caminan, los outlets también. Tanta fue la demanda durante el invierno de 2009, que en ese momento, la venta de calzado en los outlets de Toot, llegó a igualar a las sucursales de línea.

¿Dónde?
- Av. Córdoba 4318, Villa Crespo, Capital Federal
- Av. Calchaquí 3950, Quilmes Factory, Pcia. de Bs. As
- Zona outlet-Premium-, Mendoza 2478, Belgrano, Capital Federal

salir de tapeo

10.06.2009
Los 8 mejores restaurantes para salir de tapas en Buenos Aires
Bares y restos ideales para probar pinchos y raciones como en Barcelona o San Sebastián... pero en Buenos Aires.


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Los que viajan a España vuelven felices con la experiencia de ir de bar en bar, bebiendo y comiendo pinchos de parado. En Buenos Aires ir de tapas es otra cosa: una actividad más sedentaria y más cara. En esta nota te contamos cómo hacer para tapear decentemente, aunque estemos lejos de Barcelona y de San Sebastián.

Mientras que del otro lado del Atlántico se sirve lo más fresco que hay en plaza y se come de parado, frente a la barra, junto con una copa de Cabernet Sauvignon, o una caña de cerveza, acá (para bien o para mal) las salidas gastronómicas buscan parecerse más a los happy hours londinenses que a las tardes de pintxos en el País Vasco. Solemos sentarnos en mesitas, beber los tragos que vemos en el 2x1 y luego ir a casa, o a cenar a un restaurante. Aún así, con los costumbrismos porteños, se puede ir de tapas, si se quiere. Es diferente, pero se puede. ¿Adónde? Por ejemplo, en algunos de estos lugares:

1. Sagardi Euskai Taberna. El encargado de la cocina se llama así: Arkaitz Etxarte Guerekaetxebarria. ¿Vasco yo? Oriundo de San Sebastián – Donostia, es quien trajo los detalles de las recetas y guía los fuegos. Sagardi, un grupo con más de 15 locales en toda España, reúne en su archivo unos 80 pinchos distintos, de los que suele haber siempre disponibles alrededor de cuarenta. Sobre la barra unos veinte platos de pintxos fríos esperan desde el mediodía y hasta la medianoche a la llegada de los visitantes, los calientes se van ofreciendo en tandas. Para beber hay cerveza, sidra vasca tirada (Zapiain) y un rico Tempranillo joven español. El primer y único lugar para emular una auténtica experiencia pintxera. Para más info, lee la reseña de Sagardi, en el Resto Review de esta misma edición.
Humberto Primo 319/333, San Telmo / T. 4361-2538
www.sagardi.com

2. Casal de Catalunya. La cocina de mar y montaña del Casal es una de las propuestas más exitosas y excitantes de San Telmo. Aunque uno puede ir a sentarse a su salón, felizmente mantienen la barra del hall (el lugar más lindo de un edificio, ya de por sí hermoso) con una propuesta de tapas que incluye boquerones sobre alioli, albondiguillas, patatas bravas con alioli y romesco, pan tumaca (pan frotado con tomate y jamón crudo), rabas, gambas al ajillo o unos riquísimos chipirones a la plancha. También podes pedir el gran tapeo, que trae todo. Una fiesta.
Chacabuco 863, San Telmo / T. 4361-0191
www.casal.org.ar

3.- Aire Creacocina. Tras un nombre que parece alzar la propuesta como algo etéreo, la comida se aferra a la tierra y sus productos. Y las tapas son la metáfora en miniatura de lo que trae toda su cocina. Los llaman “montaditos” y traen, por ejemplo, croquetas de cordero, mini brochote de pulpo, champiñones al ajillo, tortilla con mermelada de cebolla roja y queso azul, queso brie frito con mermelada de moras y ravioles de ricota, provolone y nuez fritos con mayonesa de ajo. No hay barra, ni palillos que apuñalen los bocados. Sí un clima creativo y sabroso en el aire.
Bonpland 1577, Palermo Hollywood / T. 4775-8260
www.airecreacocina.com

4. DeOlivas i Lustres. Sebastián Tarica (dueño y cocinero del lugar) fue pionero en ofrecer tapeo de una manera innovadora: 15 pasos con platos ingeniosos que llegan en presentaciones que juegan entre lo telúrico y lo pop. Flan de choclo, aceitunas rebozadas y pasta de ají morrón son algunos de los más recordados de una propuesta que varía continuamente. En algunos momentos ha sumado platos, pero los habitués saben qué lo mejor del lugar para por ese tapeo para dos. Buena opción para los que gustan de abandonarse a una experiencia sin poner peros.
Gorriti 3972, Palermo / T. 4867-3388
www.deolivasilustres.com.ar

5. Tipula. No hay barra ni tapeo. Pero en cada plato está vivo el espíritu de la cocina española en general, y vasca en particular. Para picar hay jamón ibérico, boquerones con aceite de sésamo, alioli y remolacha, pulpo español con polenta crocante al azafrán y aceite de pimentón o langostinos con espuma de espárragos y pan de arroz o pato asado con mango caramelizado y mojo de mostaza antigua. Pero más allá de estos platos, hay que dejarse llevar por los designios de Hernán Gripponi, el cocinero y creador del lugar. El menú degustación es una ruta de placer en e-tapas.
Vicente López 76, Acassuso / T. 4793-7185
www.tipula.com.ar

6. Tancat. Abarrotado de mesas y objetos de decoración, la barra es un buen refugio de frente a recuerdos de otros visitantes. Los platos uno al lado del otro sobre la barra exhiben con algunas de las especialidades: tortilla española, chipirones, jamones, pescado frito o cornalitos. Para evadirse del caos del Microcentro buscando una postal española en el horizonte.
Paraguay 645, Centro / T. 4312-5442

7. Avila. Miguel Hernández es amo y señor de la casa: entra quien él quiere, o al menos se va quien él no quiere. Precio fijo, dentro del que se incluyen como tapeo, ostras, gambas al ajillo, jamón crudo, chorizo español, vieyras, callos, berenjenas y porotos en escabeche… Un clásico de la zona más española de Buenos Aires.
Av. de Mayo 1384, Centro / T. 4383-6974

8. Olsen. ¿Qué tiene que ver Escandinavia con el País Vasco? Casi nada, salvo, tal vez, la dificultad de los idiomas que hablan. Pero en Olsen, clásico pionero de Palermo Fashion, las tablas nórdicas remiten al tapeo. Cuatro panes (bagel con gravlax y el clásico danes Smorrebrod, con manteca y arenque) maridados con diferentes vodkas en vasos de shot. Todo bajo un amplio porche o el jardín verde y fresco en el que se relajan cientos de turistas jóvenes y modernos.
Gorriti 5870, Palermo Hollywood / T. 4776-7677

sabor a india

comida india es diametralmente opuesta a la argentina. Acá el plato típico consiste en carne vacuna a la parrilla, apenas condimentada con algo de sal. En India la vaca es sagrada y los platos, muy especiados. Sin embargo, en Buenos Aires son cada vez más los incondicionales de la parrilla que se acercan el tandoor: los amantes del chinchu no le temen al Shahajni Biryani, y algunos carnívoros de alma dejan de lado el sánguche de vacío para tentarse con un Masoor Dal.

La realidad es que dentro del auge que vive la comida étnica la última década, este es el momento de India. De la decena de restaurantes indios que hoy funcionan en Buenos Aires, la mitad abrieron en los últimos dos años: Tandoor, Bangalore, los hindúes-vegetarianos Namaskar y Tulasi, además de la nueva casa de Mumbai, que se fue del microcentro para instalarse en una de las cuadras más álgidas de Palermo Hollywood, sumados al recién inaugurado Taj Mahal, y la nueva sucursal de Bengal en el Pilar Golf.

“Si hay más restaurantes indios es porque hay más gente dispuesta a comer este tipo de comida”, asegura Manoj Menghani, dueño de Mumbai y de Katmandú. “Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, con muchos turistas y extranjeros que viven acá. Y la base de clientes se está agrandando”, explica este indio que hace 25 años vive en el país. Katmandú, abierto en 1997, fue el primer restaurante indio de la ciudad. Puede sonar extraño que desde entonces hasta hace un par de años, fue casi el único en su tipo, acompañado principalmente por Bengal, un curioso restó de alta gama que prepara platos indios e italianos, aunque no los fusiona. “La comida india no es para todos los días, sino para comer cada tanto”, dice el tano Roberto Ottini, chef del lugar. “Es una comida es muy suculenta, muy picante… dificil de comer a diario, porque cansa, menos para los indios, claro”, agrega.

LA COMIDA INDIA NO EXISTE
¿Pero qué es la comida india, a todo esto? La respuesta es que, como tal, la gastronomía india no es una sola cosa. En un país con tanta superficie (3,3 millones de km2, el sexto más grande del mundo), con tantos habitantes (1150 millones, más del doble que toda la Unión Europea), y tantas corrientes migratorias (portugueses, ingleses, entre muchos otros), la comida varía muchísimo de una región a otra como para resumirla bajo un solo término. Sería algo así como que una casa de empanadas salteñas se autodefiniera como “comida argentina”. Simplificando, en términos muy generales, se puede decir que la gastronomía de India se puede dividir en la del sur y la del norte del país, siendo esta última la que se adopta en la mayoría de los restaurantes de Buenos Aires.

“Se la llama cocina mogul y está influenciada por inmigrantes de Irán y de Afganistán”, cuenta Menghani. “Es una mezcla sutil no demasiado especiada, que utiliza el tandoor y hace mucho uso de frutas secas, como nueces, almendras y castañas de cajú. En el sur, en cambio, se come poco y nada de carne. Es todo mucho más condimentado y casi no se conoce el uso de tandoor”, resume.
Tandoor: esa es la palabra clave. Se pronuncia “tandur” y es, básicamente, un horno de barro, pero a diferencia del que vemos hoy en tantos restaurantes de Buenos Aires, no tiene forma abovedada, sino que es vertical. Allí se cuecen la mayoría de los platos que se sirven en los restaurantes indios locales.

CURRY
Otra palabra clave es la muchas veces malinterpretada “curry”, que en indio quiere decir “salsa”, que puede estar hecha a base de lo que sea. Ahí está la gracia de estos platos: cada curry es diferente, de acuerdo a la variedad de especias que cada chef quiera utilizar, aquí algo limitada a lo que ofrecen las dietéticas locales que es mucho menor que la de los mercados de Nueva Delhi. Los argentinos que preparan en su casa pollo al curry suelen comprar en los supermercados un producto en polvo hecho a base de comino, cilantro, cúrcuma, polvo de ajo y otros ingredientes. La página web del restaurante Tandoor, situado en Palermo, sugiere deshacerse inmediatamente de este tipo de productos, por ser “una mezcla de especias sin armonía” y recomiendo comprar en su lugar cada especia por separado. Tandoor asegura ser el más auténtico de los restaurantes indios. Su página web es un útil manual de inducción para aquellos que aún no conocen la comida india.

Lo cierto es que, más allá de sutiles diferencias, los restaurantes indios de Buenos Aires no difieren demasiado unos de los otros y ofrecen un ambiente que busca representar la cultura del país, no sólo a través de la comida sino también de la ambientación, la vestimenta de sus camareros y la música de fondo. Taj Mahal inclusive tiene pantallas de plasma donde proyectan films de la famosa Bollywood: así se llama la industria cinematográfica de Bombay donde cada año se filman más películas que las uno podría ver en 145 años de vida. Tanto los dueños como el chef de este restó vienen de esa ciudad.

El restaurante que marca la diferencia es Bangalore, que es en realidad un pub que mezcla lo inglés del gin tonic y las pintas de cerveza tirada, con lo indio de los platos de curries. Puede llenarse de gente y en ciertos momentos tornarse demasiado ruidoso para quien busque un lugar tranquilo. Por lo demás, en lo que hace a precio y calidad, es el mejor lugar para hacer un primer acercamiento a esta comida.

PLATOS TIPICOS
Antes de abrir un menú y marearse con nombres de platos que a primera vista parecen todos iguales, vale la pena tener en cuenta algunos puntos cruciales. Primero, India es uno de los países con mayor variedad de panes. El Naan (un pan hojaldrado en tandoor) es uno de los más conocidos que se ofrecen en diferentes variedades, por ejempo con cilantro, o mantecados. Por lo general se cobra aparte como guarnición, pero vale la pena pedirlo. Otra guarnición típica es el arroz Basmatí, de granos más largos y finitos que el doble carolina que solemos comer acá. Algunas de las entradas clásicas son los Kebabs, que son brochettes de cordero o pollo especiado, y el Paneer Tikka, un queso casero servido con vegetales y hierbas.

Los principales suelen ser de pescados o carne especiada con curries, que son, en definitiva, los que hacen un plato diferente de otro. Es frecuente la utilización de ingredientes ajenos a nuestras costumbres, como leche de coco, menta y yogur. Ejemplos: el Ghost Mughlai es un cordero al curry aromático de cebolla y tomate, el Fish Coco, trocitos de pescado con salsa de tomate y coco, y el Murg Kadahi, pollo al tandoor con curry con vegetales y especies típicas de la India.

En los postres, hay que olvidarse del chocolate y el dulce de leche. La magia pasa por las nueces, los helados suaves y, por supuesto: las especias. Y también el Mawa, una reducción de leche que se utiliza en muchos platos, como por ejemplo el Gajar Ka Halwa, un pastel de zanahoria y frutas secas. Otros clásicos: Badam Kulfi, un helado con almendras, y los Gulab Jamun, unos bombones cremosos especiados con almíbar de rosa y cardamomo.

Estamos lejos de la Curry Road de Manhattan (las cuadras del Lower East Side neoyorquino donde se concentran una veintena de restaurantes indios), o de los distritos londinenes y berlineses donde los Doner Kebabs son cosa diaria y las especias, nada de otro mundo. Pero teniendo en cuenta que en Buenos Aires viven no más de 2000 indios, no es nada despreciable que exista una decena de restaurantes para seguir abriendo el paladar a nuevos sabores.

villa devoto + comer fuera

Nadie puede explicar bien por qué, pero Villa Devoto es un anti-polo gastronómico: sus restaurantes reciben a poca gente de otros barrios y sus habitantes no se alejan de la zona para salir a comer. Lo cierto es que Buenos Aires no termina en Palermo Hollywood, y vale la pena cruzar la frontera de Avenida San Martín para conocer los restaurantes y bodegones de Devoto. En esta nota, 8 clásicos imperdibles para conocer un barrio donde los de afuera se sienten medio extranjeros.

1. Mary Carmen. Es muy difícil que no tengas que esperar. El lugar está lleno siempre, mediodía y noche. En un paraje de casas sencillas, el restaurante ocupa una esquina y adentro se juntan familias enteras, grupos de amigos y parejas con historia. Aunque en la parrilla tienen todos los cortes clásicos populares (excelente la entraña, el mejor chinchulín de la ciudad y muy buen ojo de bife), cada día hay especialidades. Podes encontrarte con una combinación de cortes de cerdo con ensalada de endivias y queso azul, o un epigrama de cabrito. Las pastas son contundentes, sabrosas y salen en porciones XL. Magia pura.
Llavallol 5402, T. 4571-9488

2. La Cantina. En una esquina rara, más cerrada sobre sí misma que las tradicionales, la familia que lleva adelante la cantina Pierino ofrece las pastas y demás platos que le han construido su prestigio en Almagro. Conejito a la Nacha, cazuela de pollo al pepperoni, raviolis de salmón rosado y ricotta o fussili al fierrito. Más de veinte salsas distintas para cambiar día a día, cena a cena. Pocas mesas y un ambiente acogedor: esa es la táctica para diferenciarse y seducir a los locales. Uno de los lugares que rompió el cerco y sobrevive en aguas extranjeras.
Segurola 3458, T. 4503-6293

3. Café de García. Lo que en otros barrios llaman vintage acá simplemente es viejo. O histórico. El billar no dejó entrar ni al pool, y los dueños miran a cada cliente con el mismo amor y celo de siempre. Sus picadas alcanzaron fama más allá de las fronteras del barrio, algo que los llevo hasta ser locación de una película y atraer a personalidades porteñas de la cultura, algo de lo que están orgullosos; exhiben fotos y testimonios en las paredes. Un bastión del barrio.
Sanabria 3302, T. 4501-5912
www.cafedegarcia.com.ar

4. Don Lautaro. Con menos de una década de vida, Lautaro se constituyó en uno de los animadores gastronómicos de la zona. Cocina mediterránea con especialidad en pastas, aunque también hay carnes, pescados y mariscos. Una cruza entre un restaurante de barrio y uno moderno, como para acercar tradicionalistas y no dejar ir a quienes miran para adelante. Un lugar familiar, popular entre vecinos y aún casi secreto para los foráneos.
Av. San Martín 6699, T. 4572-0220

5. La Calandria. Ubicada estratégicamente en el camino que va de la estación a la plaza central del barrio, esta parrilla con toques elegantes es centro de reunión diurna y nocturna. Hay que pasar por ella, aunque solo sea para ver y ser visto. La propuesta incluye parrilla, platos al wok (¿tendrán realmente un wok?), risottos y pastas caseras. Abarca mucho y si aprieta o no, está en duda. Pero la concurrencia se mantiene.
Av. Fernández de Enciso 4370, T. 4501-0266
www.parrillalacalandria.com.ar

6. Café de la Plaza.Otro de los puntos de reunión y referente del barrio, con un estilo ochentoso que desborda luz y un lustre brillante que recuerda a alguno de los escenarios de las películas de Olmedo, desde hace más de diez años. El tiempo parece detenido. Mientras en la ciudad el mundo de los café parece dividirse entre las cadenas (Piacere, Havanna, Starbucks) que ocupan espacios pequeños, o medianos con propuestas prefabricadas y las grandes superficies de las esquinas (Plaza del Carmen, Scuzzi y todos esos más o menos iguales), este café anda en solitario, como un pirata espacial perdido en el tiempo.
Lincoln 3990. T. 4502-4755
www.cafedelaplaza.com

7. Bar Alemán. Restaurante centenario, mantiene algunos clásicos de la cocina germana, aunque parece un gesto testimonial. Los habitués van más por las minutas porteñas, pescados y mariscos. Uno de esos restaurantes que parecen indestructibles, donde el tiempo está congelado en los carteles viejos de las paredes o en la cara cerrada como un puño de los mozos de siempre. La comida es la tradicional de los viejos restaurantes: pastas, minutas y carnes salseadas, con porciones muy abundantes, para compartir entre varios.
Av. San Martín 5992, T. 4501-0814

comida china

Pensamos en comida china y visualizamos un chop suey, o un pollo con almendras. Platos que a los argentinos hoy por hoy nos resultan tan familiares como la milanesa o la ensalada mixta. Hay que decirlo: la comida china se ha banalizado. Ya no sorprende y, además, gracias a algunos emprendimientos de poca monta, por lo general se la asocia con aceite y dolor de panza. Pero algunos restaurantes chinos mantienen sus raíces y su nivel: lejos de los grandes polos gastronómicos, brillan con platos ricos y únicos. ¿Sabías que en Buenos Aires podés comer fondues chinos, tacos de masa fila, caranchear corvinas y beber destilados a base de sorgo? No todo es empanaditas y chau mien. Acá te contamos cuáles son los 5 mejores restaurantes chinos de la ciudad.

1. HSIANG TING TANG. En pleno Chinatown de Belgrano, al lado del famoso restaurante Palitos, Hsiang Ting Tang, (“melodía de campana”) está a cargo del lacónico, casi monosilábico Apu Chen (tataranieto de restaurateurs, allá en Taiwan). Se trata de un local rectangular, de luces bajas, donde priman farolillos y grabados. Hay un simpático tatami medio escondido que hace las veces de petit salon privé y se lo puede reservar para comidas con grupos de amigos. Su cocina se define como de China-Taiwan. Prestan especial atención a la calidad de los ingredientes y a los puntos de cocción. Tienen más de un plato que lleva el nombre de Norma Aleandro, habitué de la casa; uno de ellos es un pollo a los tres aromas, muy demandado por los clientes. Se recomienda el pollo en todas sus variantes, los mariscos y el pato ahumado. Según explica Apu, se bebe mucho té ya que los chinos acostumbran a tomar bebidas calientes con la comida (tratan de evitar los cambios bruscos de temperaturas); sin embargo, la cerveza y el vino también son buenas opciones. El precio por persona es de unos $65, aprox.
Arribeños 2245, Belgrano / T. 4788-0125
Lunes a viernes al mediodía. Sábado y domingos, mediodía y noche.





2. CHINO CENTRAL. El restaurante chino más antiguo de Buenos Aires. Al menos eso aseguró su dueño, Chiu Man, que si bien nació en Hong Kong, hace más de cuarenta años que vive en la Argentina. Su local de la Avenida Rivadavia es un clásico del microcentro: un salón amplio y sencillote, decorado con abanicos y bordados de seda con escenas bucólicas colgados de las paredes. En su momento, cuenta Chiu, era muy difícil proveerse de materia prima para cocinar porque no existía el Barrio Chino, fenómeno reciente que ha solucionado muchas de las antiguas carencias. Suele concurrir una buena cantidad de clientes orientales y no es raro encontrarse con el personal de la embajada. Entre las especialidades están las sopas, como la Han Mien, hecha a base de fideos, mariscos y vegetales servida en un tazón. Chino Central tiene también un local en La Horqueta en el que sirven Pou-Pin una especie de tacos de masa fina, similares a los mexicanos, pero chinos. Son tortillas de harina y cada comensal las rellena con mariscos, cerdo y diferentes tipos de verduras. A pesar de que la carta está hecha a la medida del porteñaje, Chiu es optimista con respecto a la evolución de los paladares criollos: afirma que de a poco nos hemos ido abriendo a nuevos sabores y que más de un audaz se anima a pedir cosas no ortodoxas. El costo promedio por persona oscila entre los $60-$70.
Av. Rivadavia 656, Microcentro / T. 4331-3670 - Blanco Encalada 2096, La Horqueta / T. 4719-6505
Todos los días, mediodía y noche.



3. HONG KONG STYLE. Local sencillo, prolijo y de atención hacendosa. Aquí se sirve una especialidad típica de Hong Kong llamada Tim Sum: una serie de entradas cocinadas en canastas de bambú, como pechito de cerdo, garras de pollo, porotos negros y gyozas con camarones, entre otras. Otra particularidad es que se come en las tradicionales mesas giratorias que permiten compartir varios platos entre los comensales; refleja la idea del banquete, de la variedad típica de todas las cocinas chinas. Por ejemplo, ocho personas comparten seis platos grandes y una sopa; diez personas comparten nueve platos y una sopa. Eso sí: si querés ir a una de estas mesas, conviene reservar con anticipación. Otro de los fuertes de la casa son los pescados y mariscos, pero ojo que sirven el pescado entero, con cola y cabeza (ojos incluidos), tal como le gusta comerlo a los chinos, algo a lo que los argentinos no estamos muy acostumbrados. Capítulo aparte para la ensalada de mango con langosta: de antología. Costo aprox por persona: entre 60 y $100.
Montañeses 2149, Belgrano / T. 4786-3456
Lunes, martes y miércoles de noche. Viernes, sábado y domingo mediodía y noche.




4. TOU-FU. Una perlita prácticamente inidentificable, ya que su cartel está en caracteres chinos. En el Tou-Fu se come la famosa Huoguo, un tipo de fondue cuyo caldero va encastrado en el medio de una mesa circular. El caldero -o marmita- está dividido en dos secciones: ambos llevan caldo pero uno suele ser más picante que el otro. Este plato no es muy conocido en Buenos Aires, aunque se come en toda China, si bien cada región tiene su propia receta. Comerlo es toda una experiencia. Los chinos locales coinciden en que este es el mejor lugar para comer la especialidad que preparan con pollo, cerdo, cordero, carne vacuna, guarniciones y caldo con pimienta de Sichuan. Conviene reservar alguno de los salones privados (no hay sala común) e ir con un grupo de 6 a 10 amigos, de forma de compartir los costos que oscilan entre $40-$60 por persona. Es aconsejable visitarlo antes de que lleguen los calores, so pena de sudar a mares. Y si vas pronto, podés convertirte en el primer argentino en visitarlo: casi todos los clientes son chinos.
Castro Barros 59, Caballito / T. 4958-0842
Todos los días excepto martes y jueves al mediodía.



5. SHI YUAN. Shi Yuan es el mejor restaurante de la ciudad para comer el pato laqueado. Su chef, Li Xiu Ying es oriundo de Beijing y conoce todos los secretos de esta clásica preparación. El local es un tanto kitsch, con una entrada flanqueada por una cascada artificial y un pequeño lago en el que habitan unas carpas. Se ingresa cruzando un pequeño puente de madera para encontrarse con un salón amplio y sencillo con aire setentoso. Además de las típicas minutas chinas se comen pescados como la corvina en forma de ardilla, uno de los highlights de la casa; viene entera, abierta, crocante, desespinada y con una salsa agridulce. El público es muy variado, una mezcla de vecinos, chinos de la colectividad y gente que llega por recomendación. En el primer piso hay un salón para eventos privados. Aunque ahora no tienen, a veces sirven el típico baiju, un licor de alta graduación alcohólica destilado del sorgo que parece napalm. El precio promedio por persona es de unos $60-$70.
Tagle 2531, Barrio Norte / T. 4804-0607
Todos los días, mediodía y noche excepto los lunes al mediodía.

salir a comer picada

La picada no es un plato, ni un aperitivo. La picada es una institución. Una institución argentina. La picada representa un momento que equivale, claro, a quesos, fiambres y cosas ricas, pero que ante todo significa charla, amigos, o simplemente un rato de distención.

En Buenos Aires, hasta la más rudimentaria confitería sirve picadas (o, al menos, un copetín con palitos y papas fritas), pero son contados los lugares que tienen en la picada su razón de ser. Si tenés pensado aprovechar una tardecita de primavera para juntarte con amigos, o para salir a distraerte, anota: esta es la hoja de ruta elemental para salir a picar en la ciudad.

1. Mejor picada de bodegón: Almacén y Bar. Para muchos, las mejores picadas de la ciudad. El nombre del lugar es autoexplicativo: en el almacén del fondo se venden quesos y fiambres, y en las mesas de adelante se los sirve frescos, recién cortados en tablas ($44) para compartir. La poca originalidad del nombre del lugar se compensa con una rareza: sus dueños son una segunda generación de japoneses. Para sumar una curiosidad, la rusticidad de este boliche de Constitución se complementa con una muy completa carta de vinos y espumantes.
Cochabamba 1701, esq. Solís, Constitución / T. 4304-4841

2. Mejor picada patagónica: Placeres Patagónicos. En los últimos años, los productos de los ahumaderos del sur del país pasaron a ser objetos muy buscados en la picadas de Buenos Aires. Este restaurante con tres locales en la ciudad se focaliza en recrear el paisaje sureño, tanto en su ambientación tipo refugio de montaña, como en su plato emblema: la Tabla Patagónica, que trae cinco ahumados diferentes (trucha, ciervo, cordero, jabalí y salame de ciervo), más seis quesos que van desde el sardo al de cabra. Vale como almuerzo o cena. Por $185 comen 4 o 5. Para completar el panorama patagónico, venden toda lalínea de cervezas El Bolsón.
San Isidro Labrador 4408, Nuñez / T. 4702-0171 / www.patagonicosweb.com.ar

3. Mejor picada cervecera: Spangher. Pocas combinaciones mejores que una picada y una buena cerveza artesanal. Este pequeño bar de Villa Urquiza sabe hacer ambas cosas: tres variedades de cerveza fabricadas in situ (rubia, roja y negra), y una picada súper abundante para dos personas ($80) o para cuatro ($100) con fiambres artesanales traídos de Tomás Jofré, más aceitunas, cremas untables y pan de pizza, que sirve perfectamente como una cena. Si la idea es picar, pero no llenarse, elegí la tabla de quesos (del Monasterio de Los Toldos), que viene con seis variedades que van desde el azul, hasta el tybo, pasando por los saborizados (excelente el de ají). Sale $60 para dos y $80 para cuatro. Abre de jueves a domingo.
Miller 2905 esq. Tomás Le Bretón, Villa Urquiza / T. 4523-3370 / www.spangher.com.ar

4. Mejor picada para comer hasta reventar: Café de García. Con su clásica picada de 30 ingredientes, Café de García ganó fama y mística. Una parada ineludible para el amante del fiambre y los encurtidos. Es cierto que puede resultar un poco caro: $60 per cápita (más bebida) por un plan que apunta más a la cantidad que a la calidad. Son 30 platillos de que van llegando a tu mesa en tandas. Así van apareciendo longaniza, queso pategras pero también especialidades como croquetas, empanaditas y tortilla de papas. A menos que no hayas comido nada durante los tres días anteriores, para cuando llegue el platillo número 25, vas a decir basta y te vas a desabrochar el cinturón. Imperdible. Se sirve de jueves a sábado por la noche y hay que reservar.
Sanabria 3302, esq Varela, Villa Devoto / T. 4501-5912 / www.cafedegarcia.com.ar

5. Mejor picada alemana: Unterturkheim. Desde Planeta JOY ya hemos recomendado este lugar por su simpleza y su buena relación precio-calidad. Es uno de los pocos lugares de la ciudad en los que sirve una verdadera picada alemana. Hay una tabla de fiambres para dos ($50) con salame ahumado, jamón crudo ahumado, leber con trufas, entre otros, y otra de calentitos para dos ($60) que incluye salchicha alemana, salchicha picante y rosca polaca. Pero lo ideal es ir de a cuatro y pedir una tabla completa ($128) que combina las anteriores y le suma quesos ahumados y otros calentitos. Para beber: cerveza, sin dudas. Hay más de 50 variedades entre nacionales, importadas y artesanales. Ojo que los precios subirán a fin de mes.
Humberto Primo 899 esq.Tacuarí, San Telmo / T. 4307-3265

6. Mejor picada de mar y picada vegetariana: La Poesía. Bar histórico que a principios de los años 80 fue punto de encuentro para artistas, escritores y periodistas, antes de cerrar durante años para ser reabierto a fines de 2008. Ese ambiente intelectual se mantiene en sus actividades: presentaciones de libros, talleres y shows de piano los martes a la noche. Además de las tradicionales, tienen picadas especiales, entre las que se destaca la de mar ($42) viene con, por ejemplo, salmón ahumado, mejillones, langostinos y palitos de pescado. Y la vegetariana ($25) que incluye palmitos, tomates cherry, corazones de alcaucil, berenjenas y champignon. Una relación precio calidad al alcance del bolsillo decualquier poeta.
Chile 502 esq. Bolivar, San Telmo / T. 4300-7340


7. Mejor picada económica: Patio Thames. Una novedad de picada barata en un barrio caro. Abrió hace dos meses con una propuesta joven e informal: un patio techado onda “casa de los años 50”, más un pequeño porche al aire libre. Las picadas pensadas para tres, cuatro o seis personas salen 35, 40 y 70 pesos respectivamente (es decir, poco más de 10 mangos por cabeza). Sale todo fresco desde la fiambrería situada al fondo del local: salamín picado fino, leber, queso sardo, etc. La calidad no descolla, pero cumple para picar algo y tal vez después seguir con alguno de los platos que, entre $20 y $30, también son amigos del bolsillo.
Thames 1678, Palermo Soho / T. 4832-8070

8. Mejor picada cool: Olsen. OK. No es una picada de raíces italianas, como las tradicionales que conocemos. No hay salamines, ni aceitunas. En este restaurante de cocina nórdica lo que nosotros llamamos picada se llama 5+5, o sea: cinco smørrebrød (panes con salmón ahumado, caviar, queso ahumado, por ejemplo), cada uno de ellos maridado con un shot de vodka (algunos saborizados y otros puros). Se calcula para 2 o 3 personas y sale $46. Ideal para picar algo rico en un lugar muy lindo, sobre todo si encontrás una de las mesas del jardín. Pero ojo: sólo para picar. Si querés cenar, tendrás que agarrar la carta de platos.
Gorriti 5870, Palermo Hollywood / T. 4776-7677

9. Mejor picada vermusera: Lo de Jesús. Un bodegón de esquina que se mantiene vivo en Palermo desde hace más de 50 años, cuando el barrio no tenía apodos como Hollywood, o Soho. Mantiene la ambientación de viejo almacén, aunque hoy se especializa en parrilla. Sin embargo, siguen sirviendo buenas picadas a la hora del vermú: tablas para 2 o 3 personas ($55) de jamón cocido, mortadela, salame, olivos, queso gruyere, pulpeta y un espectacular jamón crudo, estacionado y cortado allí mismo. Para acompañar, el vaso pide un Campari con soda. Y si vas sólo y querés sentarte a ver el mundo pasar, pedite una tabla de fiambres individual ($25), que viene dos tragos a base de Cinzano.
Gurruchaga 1406, Palermo Soho / T. 4831-1961 / www.lodejesus.com.ar

10. Mejor picada tradicional: Bar de Cao. Un bar histórico que reabrió en 2005 con una ambientación renovada que no hizo que perdiera sus aires tangueros. Las opciones de picada son muchas, de todo tipo y tamaño, pero nos quedamos con la Gran Cao ($45), de diez ingredientes, que van más allá de los fiambres clásicos e incluyen, por ejemplo, tortilla, sopresata y cantimpalo. Comen cuatro y se van pipones. Para beber, el ambiente pide Pineral con tónica, pero lo que más sale es la cerveza artesanal de la casa tirada en chopps. Hay rubia, roja y negra y sale entre $8 y $10.
Avenida Independencia 2400 esq. Matheu, Congreso / T. 4943-3694

comida rapida

21.10.2009
El ranking de la hamburguesa: las 10 mejores
Si Homero Simpson viviera en Buenos Aires, estos serian sus bares y restaurantes favoritos.


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Pan, carne, pan. La hamburguesa suena a cosa fácil, boba y sin gracia. Pero no hace falta que expliquemos todo lo que hay detrás de un buen paty: desde tiernos recuerdos de infancia hasta noches de juerga con pool y cerveza. Salimos a buscar las mejores hamburguesas de la ciudad y volvimos con el colesterol un poco más alto, pero felices, y con este Top 10.

1. Mejor hamburguesa tradicional: El Amanecer de Carlitos.
No busques sabores extravagantes ni una variedad tan amplia como la de sus increíbles panqueques (tiene más de 100). Acá la hamburguesa es la tradicional: un sándwich de carne picada 100% casera con queso, lechuga, tomate y tal vez huevos fritos o panceta. ¿Por qué son las mejores? Por su historia, que te remonta a veraneos en la costa argentina, y por su horario: abre las 24 horas. La completa cuesta alrededor de $18. El verdadero Carlitos (el mismo que empezó con el negocio en Villa Gesell en la década del 60) es El Amanecer y queda en Vicente López. Los demás, son copias fieles, pero copias al fin.
(Av. Libertador 148, Vicente López)

2. Mejor hamburguesa gigante: The Oldest.
La hamburguesa especial de este pub emblemático de Caballito tiene un tamaño atemorizante. Entre dos panes de casi 20 centímetros de diámetro, viene un paty casero con panceta, huevo a la plancha, jamón, queso, tomate y papas caseras. Sale con una suculenta porción de fritas a $30. Típico lugar que busca aires irlandeses, pero que no puede ocultar su corazoncito argentino. Un favorito para primeras citas, salidas con amigos y para noches en pareja.
(Ambrosetti 31, Caballito / T. 4902-3188)

3. Mejor hamburguesa retro: The Embers.
Tras cerrar en Barrio Norte y Belgrano, todavía queda en San Isidro una sucursal de esta meca hamburgueseril porteña. Su estética de merendero de los años 50 recuerda a las escenas de Pelito y Clave de Sol que se filmaban en el barrio, cuando la zona norte era tan cool como Palermo hoy. Las hamburguesas vienen con lechuga, tomate y pepino y cada una cuesta $16. Se puede pedir un menú que trae papas fritas y sale $23. Las clásicas banderitas de países continúan firmes, decorando los postres con sus correspondientes cerezas al marrasquino. Un viaje derecho a 1980.
(Av. Libertador 14638, San Isidro / T. 4792-1347)

4. Mejor hamburguesa de after office: Down Town Matías.
Si te vas de after office y te agarra el hambre pasadas las siete de la tarde, no dudes en pedirte la hamburguesa de cordero con batatas fritas. Jamón, queso, lechuga, tomate y huevo frito terminan de armar el sándwich perfecto para acompañar el happy hour de cerveza tirada. Un plato de $26 que llena y tira hasta que vuelvas a tu casa. La sucursal original que funciona desde 1973 es la del Centro. Las demás franquicias cumplen, pero no ponemos las manos en el fuego por sus todos su patys.
(San Martín 979, Microcentro / T.4312-9844)

5. Mejor hamburguesa estilo yanqui: Kansas.
Todas las noches de la semana y también los mediodías de sábados y domingos, se forman sobre Avenida del Libertador una larga cola de autos para entrar a este grill tipo norteamericano. Casi todos buscan sus bifes T-bone de 400 gramos y sus ribs de cerdo con salsa barbacoa, pero la hamburguesa de Kansas no se queda atrás. Viene al plato con papas fritas y sale $35 de lunes a viernes y $40 los fines de semana. Nada, ni siquiera una hora y media de espera amedrenta a miles de carnívoros que la piden junto a un chopp de cerveza, o un té helado con refill gratuito a costo cero.
(Av. Libertador 4625, Palermo)

6. Mejor hamburguesa gourmet: Ocho7ocho.
Además de ser una meca de la coctelería porteña, este bar ya no tan secreto esconde tesoros en su cocina de Villa Crespo. Uno de ello es la hamburguesa de cordero. El chef Juani Di Benedetto se encarga de picar la carne ovina para garantizar que el porcentaje de grasa sea el adecuado. La receta incluye una mezcla con menta y cebolla a partir de la que se arman generosos patys de 250 gramos. El pan se amasa diariamente y se acompaña con queso cheddar, panceta, tomate, mayonesa de aceto y barbacoa. De guarnición, papas cuña al horno perfumadas con tomillo. Una delicia a precio razonable: 26 pesos.
(Thames 878, Villa Crespo / T. 4773-1098)

7. Mejor hamburguesa concheta: Pepino.
Un clásico de zona norte, ubicado como un estandarte de la avenida Libertador, que mantiene su lugar como punto de encuentro de jóvenes y ex jóvenes de San Isidro y aledaños. De sus gloriosos años 80, conserva las emblemáticas hamburguesas americanas caseras que salen con lechuga, queso, cebolla y tomate. El menú con papas fritas y gaseosa cuesta $28. Un paisaje de sombrillas, mesas de madera, motos último modelo y Mini Coopers que surcan la avenida termina de componer la vista de un Pepino reciclado. Si además de las hamburguesas, te gusta el rugby (y los rugbiers), acá podés combinar todas tus pasiones.
(Av. Libertador 14475, Martínez / T. 4792-2570 y 4733-4460

8. Mejor hamburguesa de Palermo: Mundo Bizarro.
Las opciones de este clásico bar de tragos largos y noche ídem se multiplican por cuatro: la tex-mex con guacamole, la suisse cheese con queso cheddar y tomate, la rancho deluxe con barbacoa, tomate y huevo frito, y la bacon especial con tomate, lechuga de huerta y panceta. Todas cuestan $28 y salen con fritas o aros de cebolla. El servicio es el de un bar así que no pretendas rapidez, pero entre tragos, música lounge e imágenes de la pin up girl Betty Page, tenés las opciones perfectas para cuando te ataca el hambre después del cuarto mojito.
(Serrano 1222, Palermo Soho / T. 4773-1967)

9. Mejor hamburguesa under: Puerta Roja.
Puerta Roja es un bar oculto en San Telmo, que funciona como un polo de atracción para los extranjeros y locales en busca de fiesta y alegría. Cuando ya tomaste cinco cervezas, te cansaste de jugar al pool y el rock de fondo empieza a aturdir, ahí tenés las hamburguesas de Lenny, el cocinero del lugar. Little y Big Lenny, simple y doble con lechuga, rúcula, huevo frito, tomate, cebolla y queso de máquina en sus dos versiones. Cada una viene una porción de papas fritas y cuestan 16 y 22 pesos respectivamente.
(Chacabuco 733, San Telmo)

10. Mejor hamburguesa comer hasta reventar: TGI Friday´s.
Las hamburguesas de esta cadena son algo sorprendente: 210 gramos de carne picada asada a la parrilla servidos en pan tostado. Imponentes y generosas, cada hamburguesa es acompañada por lechuga picada, tomate, pepinillos en láminas y cebollas, además de papas fritas. Además, TGI ofrece una variedad con láminas de queso gratinadas, tocino, mozzarella frita, barbacoa y aros de cebolla. Los precios oscilan entre los 28 y los 30 pesos. Se recomienda llevar Hepatalgina en la cartera, aprovechar los bocaditos de comida mexicana y, si queda algo de espacio, terminar en la carta de postres.
(Arenales 3360, Palermo / Alicia Moreau de Justo 1010, Puerto Madero)

comer com chicos

a comer con chicos puede ser un trastorno. Que no comen, que tiran la comida, que se pelean, que molestan a la gente de las demás mesas... parece que no queda otra que ir a un pelotero y comer un tostado mientras los niños se divierten. Pero hay una alternativa.

No seamos pretensiosos. Está claro que los mejores restaurantes de la ciudad están vedados a los chicos (¿o acaso te animarías a ir Tomo Uno con tu bebé de dos meses?), pero hay restaurantes con ambiente familiar que son más que aceptables y que tienen espacios para que los chicos la pasen bien mientras uno come rico.


1.Ravello
Ya un clásico de Palermo Hollywood, que atrae amigos, parejas y familias. Si vas con chicos menores de 7 años, podés dejarlos en el salón especialmente creado para ellos. Eso sí, sólo los sábados y domingos al mediodía hay personal encargado de cuidarlos, sino, conviene sentarse cerca y tener la mirada bien atenta. Un menú infantil llamado “Ravellitos” incluye opciones como milanesas, ñoquis y pechuga de pollo, además de bebida y una bolsita con sorpresas para que los chicos se vayan bien contentos. Cuesta $ 28. La carta para adultos ofrece parrilla y pastas tradicionales a aprox $45 por persona. Para terminar, la infalible chocotorta une generaciones en un solo postre.
(Honduras 5906, Palemo Hollywood / T. 4770-9400)

2.La Unión
Las parrillas siempre son una buena elección para salir a comer en malón. Y si en el malón hay niños, lo ideal es encontrar un lugar con espacio para que no se aburran demasiado. La Unión se por su decoración campestre: la construcción de madera incluye una tranquera y hasta un molino. El rincón infantil no es tan gaucho. Tiene televisión y jueguitos, pero cumple con su objetivo. Además una señorita se encarga de cuidarlos mientras los papis come mirando de reojo. Para no tener que andar cortando pedacitos de vacío y matambrito, hay un menú infantil súper accesible: milanesas o pastas con puré o papas fritas, una bochita de helado y una bebida a $25. Las carnes asadas son buenas, como el cordero patagónico y la brochette especialidad de la casa. Cada adulto puede gastar alrededor de $ 60.
(Av. Juan B. Justo 1574, Palermo Soho / T. 4899-2323)

3. La Cantina de David
Con el estilo familiar impregnado desde 1963, este comedor para grandes grupos de familias y amigos ofrece una carta bien tradicional y muy variada. Desde pastas hasta verduritas light, pasando por minutas, parrilla, mariscos y un surtido de arroces, entre otros platos, todos de porciones generosas para compartir. A la hora del postre, nada de volcán de chocolate gourmet, sino unas castañas en almíbar o una macedonia de frutas exóticas. La esquina de Jorge Newbery y Córdoba, reducto históricamente riverplatense, ofrece un espacio para los niños con una señorita encargada de su cuidado y un gran castillo inflable. Eso sí, nada de grandulones: sólo se aceptan chicos de hasta seis o siete años. El precio promedio persona es de $ 70.
(Av. Córdoba 6299, Chacarita / T. 4553-5613)

4.El Mosquito
Se recomienda reservar con anticipación para conseguir lugar o, en todo caso, salir a comer temprano porque esta parrilla canchera de Almagro suele explotar por la buena relación precio calidad. Parrilla libre a sólo $33 por persona con mollejas y provoletas incluidas, pero sin bebida ni cubierto. El espacio amplio permite armar mesas grandes para familias numerosas y parejas en plena etapa reproductiva. Los niños se entretienen en el rincón preparado para ellos mientras unas chicas los cuidan. Hay pizarrones, televisión, juegos, disfraces y hasta maquillaje artístico. Por $20, los menores de 7 años pueden elegir quedar bien pipones con la parrilla libre, pastas o minutas y un bajativo vaso de gaseosa.
(Perón 4499, Almagro / T. 4865-0033)

5.La Payuca
Comida criolla, parrilla y ambiente de campo. Las dos sucursales, en Barrio Norte y Palermo, son buenas amigas de las cenas en familia. Nadie se alterará si algún niño corre alrededor de las mesas o si un bebé caprichoso llora a los gritos. Con un menú de parrilla y platos regionales, la onda gaucho se acompaña con un mate bar y un espacio infantil. Pelotero, televisión, metegol y dos chicas atentas a las peleas y los golpes. Ambientado con lindos muebles, los niños, además, tienen un menú infantil de $30 con patitas de pollo, hamburguesas y ñoquis a elección, bebida y postre (copa de Rocklets o de Oreo). Los platos de parrilla vienen a la carta, por persona se gasta aproximadamente entre $ 50 y $ 70.
(Arenales 3443, Palermo / T. 4825-5959)

6.Solera del Parque
Ideal para ir con toda la familia, parientes lejanos incluidos, vecinos y amigos de la casa. Bonito, bueno y barato con el encanto de los restaurantes de barrio. Sin pretensiones de platos exóticos y con un lindo espacio para que jueguen los niños y también los adultos: juegos, Playstation y dos personas encargadas de vigilar el movimiento infantil. El clima familiar permite que los chicos deambulen por el lugar y aprovechen el menú preparado para ellos: milanesas, pastas, salchichas, tostadas, patitas de pollo y postre, además, un regalo sorpresa para la despedida. Aproximadamente, cada adulto puede gastar $45 en un almuerzo o cena.
(Cuenca 2756, Villa Devoto / T. 4501-1352)

7.Down Town Matías
Las parejas con hijos que añoran los tiempos en los que salían a cenar a lugares románticos o a tomar algo en la barra de un pub con onda, pueden repetir la experiencia, ahora con cochecitos y tarareando la canción del sapo Pepe. En la sucursal de Belgrano, el Down Town Matías cuenta con un salón de entretenimientos para el cuidado de los chicos. Para tomar cerveza tirada y comer una generosa picadita, pero también para almorzar o cenar todo tipo de platos, desde lomo a las tres pimientas hasta salmón rosado grillé. Una pareja con un chiquito puede gastar alrededor de $ 150.
(Echeverría 3195, Belgrano R. / T.4545-1050)

8.La Escondida de Palermo
El ambiente da esta parrilla te la sensación de estar comiendo un asado en pleno campo. El espacio adaptado para niños mayores de seis años tiene hasta el piso acolchado a prueba de caídas y golpes, además de un pelotero, televisión, inflables saltarines y un puente colgante que hasta los grandes querrán atravesar. La única contra: el espacio infantil está en el piso de arriba, por lo que debemos subir cada tanto para controlar que todo esté en orden. La parrilla es muy canchera y de atmósfera intimista. No hay menú infantil, pero se pueden elegir minutas o compartir alguno de los platos de la carta y el salad bar libre. Se gasta alrededor de $ 70 por persona.
Costa Rica 4464, Palermo Soho / T. 4833-9138

9.La Soleada
Si es cierto eso de que “en la variedad está el gusto”, acá tenemos un lugar que le gusta a todo el mundo. La Soleada cumple en todo: buena parrilla y platos tradicionales, aunque lo destacado es su salad bar ilimitado y sus emblemáticas pizzanesas. Los niños de 2 a 8 años tienen un amplio espacio con juegos y niñeras y, a través de los televisores situados en el salón podés monitorear lo que hacen mientras vos le entrás a una mila napolitana. El menú infantil se compone de un amplio surtido de platos para elegir, una bebida y un postre a $ 22,90. Con $50 cada comensal quedará más que satisfecho. Eso sí: los fines de semana llegá temprano, bancate un larga espera, o cruzate a Garbis.
(Monroe 1800, Belgrano / T. 4780-0167)

10.Garbis
¿Debemos renunciar a la comida exótica sólo por tener niños en el grupo de comensales? ¡No! Por eso, la propuesta de Garbis resulta una opción para compatibilizar la infancia con los paladares adultos. No será el mejor restaurante árabe-armenio de Buenos Aires, pero siempre cumple. Además, no vamos a pretender sentarnos en Osaka con un varón de 11 años y su hermano de 9. Garbis ofrece dos alternativas, menú libre a $69 por persona o a la carta. Si bien no existe un combo infantil armado, hay platos aptos para paladares en etapa escolar: tallarines, milanesas, churrasco, nuggets y huevos fritos. El salón de entretenimientos para niños permite disfrutar la comida en paz. Y los dibujos que los críos garabatean son luego publicados en la página web del restaurante. La sucursal de Belgrano suele ser la elegida por los que no encuentran lugar en La Soleada.
(Monroe 1799, Belgrano / T. 4789-9300)

cafe para refrescar

El clásico está perdiendo la batalla. Entre lágrimas, americanos y cafés en jarrito, la cafetería porteña se convirtió en una lista sábana. Y dentro de este universo que se expande, los cafés fríos son la moda que se impone para el verano. Lo que hace algunos años parecía un chiste, o algo que sólo hacía la gente que vive en el hemisferio norte, hoy es una realidad en bares, cafés, heladerías y otros. Más allá de polémicas entre nostálgicos y futuristas, lo cierto es que los cafés fríos son ricos y además refrescan. En esta nota, te contamos dónde probar los mejores de la ciudad.

1. Starbucks, el especialista.
La cadena mundial de cafeterías es el mejor lugar para probar calidad y variedad. El café helado es su producto emblemático y su llegada al país es en parte la causa de que hoy haya tantas opciones. El Mocha Frappuccino ($13) es uno de los más deliciosos y combina café, leche y chocolate, batido con hielo, coronado con crema batida y topping de mocha. Starbucks tiene 14 locales en la ciudad y cada uno tiene su propia onda.

2. El Coleccionista, un clásico que se suma a la movida.
A pocos metros de Parque Rivadavia, en este tradicional bar de Caballito que recibió la distinción de Café Notable, te vas a encontrar con esos mozos de antes, pero ahora, además del clásico cortadito, sirven un fresco Café Alpino ($15) con helado, chocolate, café, crema chantilly y licor de menta. El Buenos Aires es igual, pero sin alcohol ($14,50). Para contrarrestar el dulzor, lo podés acompañar con un tostado de jamón y queso.
(Av. Rivadavia 4929, Caballito / T. 4902-7954)

3. Café Tortoni, para sentirse turista por un rato.
Algunos lugares de Bs As, de tan autóctonos que son, te hacen sentir turista. Es el caso del histórico Café Tortoni, donde la mayoría de los clientes son extranjeros. Para satisfacer a sus angloparlantes clientes, el Tortoni agregó a su menú el Ice Capuccino, de café, leche, azúcar, canela y naranja. Un golazo, pero ojo, es uno de los más caros de la ciudad: sale $25. Los melancólicos lo pueden acompañar con una Bay Biscuit ($3).
(Avenida de Mayo 825, Centro / T. 4342-4328 / www.cafetortoni.com.ar)

4. Mc Café, frío y al paso
La cadena de comidas rápidas Mc Donald´s se sumó a esta tendencia con el clásico Frapuchino helado, una opción salvadora cuando el tiempo no está a tu favor y el antojo te gana. Ideal para pedir y beber mientras seguís tu camino. El café está más que bien.


5. Plaza del Carmen, para una merienda en familia.
Hay que decirlo: esta cadena de café y restaurante no tiene nada de onda, pero apunta a un público familiar y en eso cumple su función. Podés ir con los chicos a la tarde y, mientras juegan en el pelotero o molestan a la gente de otras mesas, pedirte alguna de las tres variedades de café frío (todas a $20). Tenés el clásico Vienés, el Mazagran con ron y rodajas de limón, o el Grumete, que viene con helado de vainilla, whisky, Tía María y Charlotte. Las tres son ricas, pero son una bomba calórica, así que si estás a dieta, olvidate de todo esto y pedite un té.
(Scalabrini de Ortiz esq. Santa Fe, Barrio Norte, y sucursales)

6. Havanna, sólo para golosos.
Pensado para fundamentalistas del dulzor. En sus locales podés disfrutar de un Frappé Tramontana o Frappé de Chocolate (ambos salen $16.50) y cada uno va acompañado por una de las delicias de la casa. El primero con un alfajor de chocolate y segundo con un medallón de chocolate. Bocha de helado de chocolate, medida pequeña de café, otra de leche, hielo triturado. Se sirve en una copa con crema batida y salsa de choco. El Tramontana tiene un shot extra de leche. Si el chocolate es tu punto débil andá con un acompañante terapéutico o con Hepatalgina.

7. Persicco, para fanas del helado.
Si el helado te tira más que el café, esta cadena ofrece una opción que hace honor al apellido original: Persicco ($18). Acá vos decidís qué café querés y lo combinás con helado de vainilla y Tía María (o licor de café). Al ser tan grande la taza, no van a quedar muchas ganas de acompañarlo, pero si el estómago y el corazón son grandes, recomendamos las tortas ($14 a 16) o los alfajores ($8 y 10).

8. Freddo, capuccino frío y sin vueltas.
Poco hay para agregar sobre una de las cadenas de heladerías más grandes del país. Sin embargo la gran variedad de gustos de helado se contrapone con una limitada cantidad de sabores para el café. De lo poco que hay, elegimos el Capuccino Freddo ($21), un capuccino batido, con helado y salsa de chocolate, y está al nivel de Freddo.

9. Dolce Amaretto, milk shake para variar.
La conocida cadena de heladerías se basa en la buena atención y un ambiente tranqui. Para variar, pedíte el milkshake de helado de crema moka ($13), es una alternativa al café frío que está batido con hielo y leche fría. Lo sirven en vaso alto y con un toque de crema. También se le puede agregar canela y chocolate rallado. Su mejor acompañante es un brownie de chocolate ($6).

10. Café Martínez, un clásico.
Entre tantas opciones de café que aparecen en su menú… ¿cómo iba a faltar el frapuccino? Pedite uno batido ($15) y sentate a leer el diario o a hacer tiempo antes de una reunión. El ambiente de estos locales es tranquilo, ideal para despejar la mente un rato. Tenés frapuccino de dulce de leche, chocolate y vainilla, pero recomendamos el de caramelo: fresco y sin excesos de dulzor.

tragos

16.11.2009
6 ideas para armar una fiesta de tragos por pocos pesos
Cómo armar una cocktail party como las de la películas de Hollywood, pero en pesos


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Si te vas a juntar con amigos en una casa antes de salir, tenés dos opciones: o bebés lo que vayan trayendo los invitados, o armás una buena barra de tragos en tu cocina. Acá te pasamos seis combos simples y económicos para que puedas optar por la segunda opción y ser feliz.

Sábado a la noche. Te juntás con diez amigos antes de salir. ¿Qué beben? Primero dos cervezas de litro que tenés en la heladera, pero se terminan pronto. Después, el fondito de un tinto que sobró del asado de anoche. Cuando se termina, uno cae con un whisky nacional que tenía en su casa y arman unos whiscolas. No… esta mezcla es desastrosa. Podés beber mucho mejor en calidad y en variedad. Tal vez no puedas (ni quieras) emular las glamorosas fiestas de martinis de los años 50 en NewYork, pero hay muchas posibilidades simples, atractivas y económicas para cambiar tu reunión de amigos.

Acá te pasamos seis combos mágicos, para armar una buena fiesta de tragos por pocos pesos.

1. FIESTA NACIONAL Y POPULAR
Además del fernet, hay decenas de bebidas que son parte de la cultura nacional y popular en las que tal vez nunca te fijaste. ¿Pensaste alguna vez en comprar una botella de Cynar para una fiesta? ¿Tenés una de Hesperidina en casa? Bueno, empezá por descubrir estas dos bebidas y después sumá un Pineral. Claro que el fernet puede completar el combo y no hace falta que te expliquemos de qué se trata. Para mezclar el Cynar comprá un jugo de pomelo (Baggio si querés gastar poco, Citric si querés levantar el nivel, jugo natural exprimido si querés que la mezcla quede 10 puntos). La Hesperidina y el Pineral se llevan muy bien con el agua tónica, y podes sumarles una rodaja de naranja o limón. Y el fernet… bueno, ya sabes qué hacer con el fernet. En todos los casos tenés que usar vasos largos, grandes, colocares tres o cuatro hielos y después sumarle las bebidas en la proporción que te siente bien.
Costo total: $130 / Costo por persona: $13 / Cantidad de tragos: 4 - 5 por persona

2. TARDE VERMUSERA
Pensá en una tarde al costado de la pileta, o en un asado familiar de esos que empiezan a las once de la mañana y terminan casi de noche. Cuando vayas al súper a comprar la carne o la picadita, también anotá en tu lista lo siguiente: una botella de Cinzano Rosso, una de Campari, una de Punt e Mes, una de gin (podés elegir uno nacional como Hiram Walker o Gilbey, que son más baratos que los importados), soda, naranjas, limones y agua tónica ¿Qué hacer con esto? De todo. Por ejemplo, un Negroni, una opción clásica y potente que armás con sólo combinar partes iguales de gin, Cinzano y Campari en un vaso tipo de whisky con dos rocas de hielo y una rodaja de naranja sumergida. Para algo más tranquilo, una parte de Campari y dos de jugo de naranja. Otra buena opción es el Americano: en un vaso largo con abundante hielo, servís la mitad de Punt e Mes, luego un chorrito de Campari, una rodaja de naranja y terminás de llenar el vaso con soda. Tragos fáciles y ricos que podés tomar durante mucho tiempo sin darte cuenta de que se te va la tarde.
Costo total: $120 / Costo por persona: $12 / Cantidad de tragos: 2 - 3 por persona

3. FIESTA FROZEN
Los tragos frozen son los más fáciles de hacer. Y por disimular su graduación alcohólica entre el azúcar, la fruta y el hielo, suelen ser un hit entre las chicas, así que si invitaste a tus amigas para esta sábado, anotá: dos kilos de azúcar, una botella de ron (Havana Club, Pampero y Bacardi son todas buenas opciones a cerca de $50), una de tequila (el José Cuervo ronda los $80), una de triple sec (marcas como Bols o Cusenier rondan los $20), un kilo de limones y fruta fresca (frutillas, o duraznos por ejemplo). No te tientes con las pulpas en lata, que hacen que el trago se prepare más fácil, pero que termine siendo más feo. Con todo esto preparás primero una ronda de daiquiris (ron, azúcar, fruta, jugo de limón). Cuando se termina el ron, enjuagás la licuadora y sacás la ronda de margaritas (tequila, azúcar, jugo de limón, triple sec). Seguramente te sobre media botella de triple sec, que te queda para la próxima reunión. Importante: tener a mano sorbetes. Sino, van a terminar todas con bigotes frozen.
Costo total: $200 / Costo por persona: $20 / Cantidad de tragos: 2-3 por persona

4- NOITE BRASILEIRA
Reunión de verano en terraza o en balcón. Se impone la caipirinha. Es fresca, potente y le gusta a todo el mundo. Para tener caipis toda la noche sólo necesitás cuatro elementos: dos botellas de cachaca (la marca 51 es económica y bastante buena), una pack de sorbetes, dos bolsas de Rolito y un kilo y medio de limas, que hoy conseguís en los grandes supermercados y también en el barrio chino a un precio que varía mucho de acuerdo a la temporada. Cortalas en gajos y poné tres o cuatro con un par de cucharadas de azúcar en un vaso de whisky. Machacá con un mortero o, de última, con una cuchara sopera. Cuando liberen bien su jugo, llena el vaso con hielo roto (podés romper los cubitos envolviéndolos con un repasador y golpeándolos con el mismo mortero). Para terminar, agregá la cachaca y batilo en la coctelera. Así toda la noche. Si querés variar un poco, usa vodka (Smirnoff está muy bien) en vez de cachaca, o agregale un poco de pulpa maracuyá, pero no cualquier marca. Una muy buena, por ejemplo, es la brasileña Dafruta.
Costo total $120 / Costo por persona $12 / Cantidad de tragos: 3 por persona

5. FIESTA DE SHOTS
Hiciste una cena en tu casa, regada por vinos tinto, tus invitados están satisfechos pero, horror, se les dibuja la máscara del sueño en las caras. La mejor opción para despertarlos es unas rondas de shots. Aunque el tequila ha sido siempre la bebida privilegiada para tomar de un saque, hoy la moda en Estados Unidos y Europa pasa por el Jägermeister. Unite. Comprá una botella de Jäger y guardala en el freezer hasta un par de minutos antes de servirlo en vasos pequeños y ponerlos en las manos de cada uno de tus adormecidos amigos. Este licor alemán no solo es un excelente digestivo sino que su mezcla entre dulce y amarga despierta hasta un muerto. En menos de media hora los tenés a todos alrededor del iPod buscando el playlist de “temas fiesteros”. Una vez que la cosa haya repuntado y veas que sigue hasta tarde, es hora de la segunda ronda de shots. Esta vez de vodka, que también habrás guardado en el freezer ¿Qué marca? El ruso Stolichnaya y el polaco Wyborowa (ambos a cerca de $80) tienen una buena relación precio calidad. Para darle color y sabor y que no quede tan seco, a cada shot podés agregarle unas gotas de licor de cassis ($20). No pare, sigue, sigue.
Costo total: $200 / Precio por persona: $20 / Cantidad de tragos por persona: 3

6. MARTINI COCKTAIL PARTY
Una verdadera fiesta de cocktails es una fiesta con martinis. Esta es la propuesta más sofisticada y también la que más preparación requiere, pero es, en definitiva, la meca de una reunión de tragos ¿Qué necesitas? Primero, dos botellas de gin, pero evitá los nacionales. Acá vale la pena ponerse con algún importado. Por entre $65 y $80 tenés Beefeater, Tanqueray o Bombay Sapphire. Después, una botella de Martini Dry ($24). Y comprá también dos botellas de agua tónica por si alguno prefiere un gin tonic. Y un frasco de aceitunas descarozadas. Necesitarás, por supuesto, copas de martini y un vaso mezclador o coctelera. Acá la clave es preparar una tanda y salir al living, a beber lento y conversar. Una hora y pico más tarde, puede salir la segunda. ¿Cuántos beberá cada invitado? La respuesta la tiene el cineasta español Luis Buñuel que alguna vez dijo que “los Martinis son como las tetas, nunca ni más ni menos que dos”.
Costo total: $200 / Costo por persona: $20 / Cantidad de tragos por persona: 2.

Pizza

Las pizzerías de Buenos Aires parecen ser como el hombre, que a su vez, como se sabe, es como el oso: cuanto mas feo, más hermoso. En materia de muzza, cuanto mas rústico y más grasoso... más rico. Será por eso que en los barrios la pizza de soja en colchón de hojas verdes no marcha. PLANETAJOY te tira la posta: este es el top 10 en materia de muzza arrabalera.

1. Pirilo. Para minimalistas. Ni platos tiene. Ni mesas, ni baños, ni nada que no sea muzzarella, fainá, fugazza, fugazza rellena y un público fiel que espera que abran cuando se les cante. Un local de ocho metros cuadrados que saca pizzas en moldes de 60 centímetros de diámetro y las despacha en caja o servilleta. Si te portás bien te venden un vaso de moscato. Lo único que sobra es la mística. Mentira: también chorrea el queso y desbordan los clientes. Funciona desde 1932; desde que Pirilo murió atienden sus hijas, bastante distintas a Narda Lepes. Suelen ser las únicas mujeres en ese antro con tacheros que no dicen "hasta mañana". La fainá estaba a cargo del hermano de Pirilo, y cuando éste murió, en los años ochenta, dejaron de ofrecerla. Fue más de una década de luto para los paladares de San Telmo. Por suerte, ya hace tiempo que el dúo sale completo. Un mediodía cualquiera se escuchó a alguien decir: "Sólo por esto valió la pena haber vuelto a Buenos Aires".
Defensa 821, San Telmo

2. San Antonio. Más de 70 años de buena pizza explican que un martes a las 11 de la noche haya gente esperando mesa. Como entrada sale la fugazzeta, alta y rellena. Después arrasa la San Antonio: media masa con muzzarella, jamón, morrones, tomate, longaniza, huevo y aceitunas (pero sobre todo longaniza). La decoración no pasa de los potus de plástico, y ni falta que hace. Hay empanadas y sándwiches... pero todo el mundo pide pizza. Eso sí, al final de la noche acecha la torta Lujuria, tan pecaminosa que mejor ni describirla. En el mostrador esperan los que eligieron ser su propio delivery boy: San Antonio no tiene servicio de envíos. Si la querés, andate hasta Boedo.
Av. Juan de Garay 3602, Boedo

3. Napoles. La definición de la media masa: ni una lámina imperceptible ni un bollo para atragantarse. Pero por un pesito de recargo, pueden sacarla a la piedra. Sale finita pero no maricona: jugosa, aceitosa, lo mejor de ambos mundos. El local, con plantitas vivas, tiene un auténtico mostrador de estaño donde todo cuesta un poco menos (y por cómo atienden los mozos, mejor el mostrador). Todavía se puede pedir con éxito un vasito de agua de la canilla y disfrutar un rato de Crónica TV. Se lucen las pizzas de tomate, jamón y espinaca (con salsa blanca, pero también un poquito de tomate). Gran gama de copas heladas para los estómagos de acero.
Av. Corrientes 5588, Villa Crespo

4. El Fortín. Desde 1962, el horno de El Fortín es el centro geográfico y sentimental de Monte Castro, entre Vélez, Villa Luro y Devoto. Funciona a leña, mide tres metros de diámetro y se aguanta hasta 25 moldes a la vez. La gente saca números frente a banderitas de All Boys y Vélez Sársfield, porque no, no hay delivery. Sale generosa la muzza con fainá, para comer de dorapa en el sector ad hoc. La masa es aireada, alta, liviana; las especias, precisas; la fainá mide 15 milímetros de alto. Una vez una limusina blanca paró enfrente y el chofer pidió tres grandes de jamón y morrones; cuando arrancaba, se vio saludar a Diego Maradona, feliz, con la boca llena de pizza. Pobre doctor Cahe, así no hay dieta que aguante.
Av. Alvarez Jonte 5299, Liniers

5. El Cedrón. Más de 50 metros de fondo, y tres cajas: una para los mozos, otra para llevar y otra para la rotisería. Pero a la zapi: la de salsa blanca con espinaca, perdón, espinaca con salsa blanca sale esponjosa, gratinada, milagrosa. Atenti a la de doble muzzarella y la fainá con cebolla. El sitio se fundó en 1908 como el almacén "La primera curva", en honor al recorrido del tranvía. Por eso, se atreve a tomar como propio el escudo del barrio y usarlo de logotipo. Decir Mataderos es decir El Cedrón. En verano todo pasa en la vereda (techada). Desde la puerta controla todo un busto en honor al boxeador Justo Suárez, el Torito de Mataderos. Parece decir: nadie se atreva a tocar a mi pizza.
Av. Alberdi 6101, Mataderos

6. Santa María. Qué difícil es elegir la mejor pizza de Chacarita. En 150 metros se apiñan Albamonte, Santa María, San Remo y el Imperio de la Pizza, todas instituciones. Esta carabela cósmica apabulla con su variedad. La Gran Santa María propone un atracón de muzza, jamón, morrones, huevo, tomate, palmitos y provenzal; la Especial Carabela innova con durazno y manzana; la Carioca, con naranja y whisky. Para almas un poco más conservadoras, salen la de pavita con champiñones, la de sardinas y la de humita. En el salón hay un área de pizza de parado, otra de empanadas, otra de pastelería y confitería (atenti a los bombones) y un mostrador de café con promos de desayuno. Santa María es un amigo de fierro: siempre está cuando lo necesitamos.
Av. Corrientes 6801, Villa Crespo

7. Burgio. Toda una rareza: excelente pizza al molde en gran ambiente pizzeril, ¡en Belgrano! Las señoras se cruzan de vereda para no sentir el olorcito a muzzarella, ese canto de sirenas que emite el horno a leña. No por nada la barra brava de River se camina todo para venir a calmar la lija. Es que no hay otro lugar así en kilómetros a la redonda. Adelante está el triple mostrador, atrás el salón con paredes de azulejitos de colores que en Palermo serían pop. La oferta es básica: muzza, anchoas, jamón y morrones, tomate, fugazzetta y algún postre. En las paredes se apilan latas de tomate que en Palermo serían Warhol. Y la muzza -media masa- chorrea. Con dos porciones estás bien. Con una grande alimentás a la barra brava.
Cabildo 2467, Belgrano

8. Angelito. Durante décadas El Imperio, de Scalabrini Ortiz y Corrientes, fue un templo del buen comer. Cuando transmutó en un pizza café igual a todos, más de uno quiso suicidarse tragándose el cosito ése de plástico que ponen en las cajas para que no se aplasten. Pero cuando hay muzza hay esperanza. Hace ya varios años, los maestros pizzeros de Imperio -y algunos de sus mozos- pusieron Angelito, un localcito a sólo cien metros del original. A puro banderín y hazaña deportiva, despachan parrilla, minutas, empanadas y pizzas buena onda. La masa ni tan alta ni tan baja, con el queso en su punto justo y sin amarretear nunca jamón, tomate y demás delicias. La fugazzetta, doradita. Lo que es mejor: sale de 6 am a 2 am, o a veces hasta más tarde, según lo exija la muchachada villacrespense que copa el local y la vereda. Y más: ¡No se les cae ningún anillo y hacen delivery! Una napolitana de ésas, acompañada por un postre Balcarce casero, es un plan perfecto -y de lo más barato- para un domingo a la noche. Y si querés ver el partido, seguro que lo pasan.
Camargo 490, Villa Crespo

9. La Mezzetta. Si sos de Villa Ortúzar, sos tachero o ibas a New York City, ya sabés de qué estamos hablando. Y si no, deberías ir sabiéndolo. Hablamos de una fugazzetta de casi cinco centímetros de alto y un kilo y medio de queso, que cortada en porciones calienta el plato de aluminio hasta quemar la mano. Por ella la gente hace cola y la come ahí mismo, en banquitos amurados a la pared. Los taxis en doble fila alteran el tránsito de Alvarez Thomas. La alta rotación da vértigo, sobre todo con la fugazzetta en la panza.No hay delivery y los domingos arreglate, porque ellos descansan. Empezaron en 1939. En los ‘50 decidieron ofrecer, si no mesas, al menos cubiertos. Es que esa muzza quema feo.
Av. Alvarez Thomas 1321, Villa Ortúzar

10. Kentucky. A pasitos de Puente Pacífico hay un cartel símil pizarra: "Maestros pizzeros: Día: Víctor Sánchez. Noche: Leopoldo Vázquez". Está en Kentucky, la única pizzería con olor a pizza de Palermo, que saca zapis sin cesar desde 1942. La oferta es amplia: hay toda una gama de especiales de provolone, otra de roquefort, y todas salen en porciones para comer al paso. La de espinaca con huevo y morrones es un escándalo. Al fondo, las heladeras de coca enfrían decenas de botellas de moscato. Tradicionalmente el espacio se dividía en las mesas altas para comer de dorapa y el salón, también cafetería. En los últimos años, pensando en su fiel clientela, hicieron un tremendo salón fumador. Un seleccionado de promos -con pizza grande, porciones o desayuno- logran que la vida te sonría.
Av. Santa Fe 4602, Pacífico

Panaderia

No importa en qué parte de la ciudad vivamos, seguro que tenemos una panadería a -como mínimo- cinco cuadras a la redonda. Pero por una buena medialuna de manteca somos capaces de sacar el auto o tomarnos un colectivo ¿Pero hacia dónde enfilar? Desde Planeta JOY salimos a recorrer la ciudad y nos empachamos con todo tipo de masas y facturas empalagosas para separar la paja del trigo y contarte cuáles son las mejores panaderías de Buenos Aires y qué es lo que mejor hace cada una de ellas. Anotá.

1. L’epi (mejor pan de campo). La única panadería que usa un horno a leña y un proceso de fermentación natural sin levadura. Cuando comés su pan te das cuenta que el resto de los panes tienen algo industrial a lo que te habías acostumbrado sin notarlo. Sus baguettes ($2,75) son largas con puntitas crocantes y su pan de campo tiene una corteza gruesa, con gusto a infancia. Tampoco te pierdas sus croissants con almendras y azúcar impalpable ($2,20)
Rosetti 1769, Chacarita
www.lepi.com.ar

2. Dos Escudos (mejor medialuna de grasa). Crocantes por fuera, suaves por dentro, dulces en la superficie, levemente saladitas en su interior: las medialunas de grasa de Dos Escudos son las mejores de la ciudad ($15,60 la docena) ¿Cómo saber que una factura de grasa es buena? Es clara, azucarada por fuera y cuando se corta, se abre como una cinta. Las puntas jamás pueden estar quemadas ni debe ser dura, a pesar de ser crocante.
Av. Las Heras 3014, Palermo
www.dosescudos.com.ar

3. El Galeón (mejor medialuna de manteca). El Galeón es un bar enorme con una pequeña panadería en la que las medialunas de manteca ($16 la docena) son su producto destacado y representan el ideal de la medialuna standard: bien panzonas, crocantes por fuera y aireadas por dentro, con dulzor justo y una textura suave que se deshace en la boca.
Av. Santa Fe esq Gurruchaga, Palermo

4. Ritz (mejor sándwich de miga) (I). Los sándwiches se arman en el momento con infinitas combinaciones entre pavita, atún, roquefort, jamón, queso y pollo (desde $3,50 cada uno). ¿Cómo saber cuál es un buen sándwich de miga? El relleno se tiene que ver y debe tener la mitad de espesor que el pan. La miga debe ser húmeda pero no mojada, aireada pero pequeña, no esponjosa, y por último, bien recta. Nada de puntas arqueadas ni bordes rotos. Si la miga se rompe, es que está seca.
Av. Federico Lacroze 2425 (esq.Cabildo), Belgrano
http://confiteriaritz.com.ar/www.confiteriaritz.com.ar/index.html

5. Santa Paula (mejor sándwich de miga) (II). Santa Paula tiene en un mismo salón las peores medialunas de Buenos Aires y uno de los mejores sándwiches de miga ($2,90 cada uno): suaves y húmedos con muchísimo relleno.
Scalabrini Ortíz 3154, Palermo
www.cateringsantapaula.com.ar

6. Las Delicias de Caballito (mejor rosca de Pascuas). Buenas facturas (en especial medialunas de grasa y manteca y cualquiera con crema pastelera natural), alfajorcitos de manteca superlativos y pan excepcional. Pero la estrella es la rosca de Pascuas, que sólo se vende durante la festividad. Hay que encargarla con tiempo o hacer cola desde las seis de la mañana.
Miró 88, Caballito
www.deliciasdecaballito.com.ar/

7. Vivace (mejores especialidades judías). Todo lo que hace Vivace es bueno, especialmente los miñoncitos, las masas secas, las facturas, los cuadrados y budines y los panes con semillas. Incluso las tortas están bastante bien ya que son mucho más naturales que las del resto de las panaderías. Pero lo mejor son las especialidades judías como leicaj de miel, torta de queso, knishes y plétzales.
Federico Lacroze 1786, Belgrano

8. La Argentina (mejor fosforito). Una de esas panaderías en la que todo es bueno, especialmente, todo lo que tenga jamón y queso, ya que usan materia prima de primera línea. En ese rubro, los fosforitos la rompen. También los sándwiches (de miga, las trencitas, los chips) con mucho relleno y una miga suave, fresca, húmeda.
Av. Cabildo esq. Céspedes / Av. Cramer esq. Sucre / Amenabar esq Olaguer y Feliú, Belgrano

9. La Vicente Lopez (mejor pan francés). Otro clásico que cumple en muchos rubros. El pan, los sándwiches, las facturas, el servicio de lunch, las masas secas. Es además, una de las pocas panaderías en donde la comida es buena.
Av. Maipú 701, Vicente López
www.lavicentelopez.com.ar

10. Nucha (mejor pan dulce). Hasta hace un tiempo, el líder de los pan dulces era Plaza Mayor (que sigue siendo muy bueno), sin embargo, el comentario en las mesas navideñas es que Nucha está arrasando. Pan compacto, de sabor natural, lleno, pero lleno de nueces, almendras, pasas de uva y cáscara de naranja. Ideal para los que odian la fruta abrillantada (es decir, casi todo el mundo) y están dispuestos a desembolsar una pequeña fortuna (durante las últimas fiestas, cotizaba a $90).
Plaza Mayor (Venezuela 1399, Centro) / Nucha (Zabala esq O’Higgins, Belgrano)
www.nuchacafe.com


11 y 12. Mamía / Como en Casa (mejores tortas). Entre la crisis, la competencia desleal con supermercados y las casas de tortas berretas, las panaderías se han concentrado en la elaboración lo que tiene salida diaria: pan, facturas y sándwiches de miga. Los productos que llevan frío los fabrican reemplazando los ingredientes originales por planchas de pionono, mejoradores de sabor, huevo y crema chantilly en polvo, gelatinas artificiales y chocolate de fantasía, para lograr que al menos les duren una semana en la heladera. Mamía y Como en Casa parece que no se enteran. Sus tortas (promedio $75) siguen siendo un espectáculo en donde el chocolate tiene gusto a chocolate y la crema es crema. De Mamía, hay que probar la de mousse de chocolate. De Como en Casa, la de otoño, con sambayón y frutas secas.
Mamía (Soldado de la Independencia 117) / Como en Casa (Laprida 1782, Barrio Norte)
www.mamia.com
www.tortascomoencasa.com

ferias de vinos

Las son ferias de vinos aburridas. Las ferias de JOY son diferentes. En las ferias tradicionales la gente se embola. En las ferias de JOY, se divierte. Si nunca fuiste a una de nuestras ferias, ahora tenés la oportunidad de saber de que se trata. El miércoles 25, jueves 26 y viernes 27 de noviembre (la semana que viene), te presentamos “Sparkling Nights”, nuestra feria de espumantes, con más de 120 variedades de champagne, cosas ricas, gente linda, buena música y mucha irreverencia. Todo en un mismo lugar.

¿DONDE?
Gran Salón Panamericano, del Hotel Panamericano (Carlos Pellegrini 551), de 19 a 23 horas.

¿QUE?
Sparkling Nights te invita a vivir una experiencia diferente.

1. En el espacio central vas a poder degustar 120 espumantes de 30 de las mejores bodegas de la Argentina. Allí también tendrás cinco food points con quesos, tapeos, delicatessen, cosas dulces y sushi provisto por Sushi Club.

2. En el sector VIP, estarán las etiquetas especiales, con sus burbujas de alta gama.

3. En las áreas complementarias te ofrecemos: un lounge de habanos, un auditorio con catas especiales guiadas por sommeliers de CAVE (Centro Argentino de Vinos y Espirituosas) y actividades patrocinadas por BMW, Swaroski, Corum y Lindt, entre otras marcas de lujo.

¿CUANTO CUESTA LA ENTRADA?
100 pesos.

¿DONDE COMPRARLA?
Hasta el martes 24 podés adquirirlas -con un 25 % de descuento- en cualquiera de las trece sucursales de la cadena de vinotecas Tonel Privado. Y también en CAVE (Talcahuano 1207), en Revista JOY (Santa Fe 1845 6ºD) o en la consultora STG (Cerrito 348 1º A). La capacidad es limitada: sólo 700 personas por día.

Centro: Suipacha 299 (Tonel Privado) / Cerrito 256 (Tonel Privado) / Galerías Pacífico (Tonel Privado) / Consultora STG (Cerrito 348 1ºA)

Recoleta: Patio Bullrich (Tonel Privado)

Barrio Norte: Alto Palermo (Tonel Privado) / Revista JOY (Santa Fe 1845 6º)

Belgrano: Ciudad de la Paz 2129 (Tonel Privado) / Federico Lacroze 2448 (Tonel Privado) / La Pampa 2002

Y ADEMAS…
Con tu entrada recibís una copa para espumantes y participás en un sorteo con importantes premios: una estadía para dos personas en la Hostería Los Notros (en Calafate), una joya de Swarovski, cenas en los mejores restaurantes de la ciudad, cavas climatizadas para vinos, packs de espumantes premium y suscripciones a Revista JOY.

ALGUNAS DE LAS BODEGAS QUE PARTICIPAN
Norton, Navarro Correas, Chandon, Bianchi, Altavista, Mumm, Familia Schroeder, Fin del Mundo, Familia Zucardi, Las Moras, Codorníu, Mauricio Lorca, NQN, Finca Flichman, Viña Amalia, Nieto Senetiner, Suter, Alma 4, Trapiche, Escorihuela, Rosell Boher, Finca La Linda, Cumbres Andinas, Carlos Pulenta Wines y Extreme, entre otras.

Por consultas telefónicas: 4816 5020.