segunda-feira, 16 de novembro de 2009

Resistiré

Cómo conservar el “estilo gourmet” en tiempos de crisis. Salir a tomar algo o comer afuera, comprar los ingredientes para una cena o una picada en casa… Es cierto, todo está más caro pero, por favor, que la crisis no fulmine nuestra naturaleza sibarita, nuestro ser bon vivant, y las ganas de disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Por eso, esta nota “inspiradora”, con ideas, lugares y propuestas de expertos para convocar al ingenio, hacer rendir la billetera y, al mal tiempo… responderle con buena cara, mejores vinos, finas hierbas, happy hours… y todo en un suave colchón de felicidad.

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La cebra no es cebra sin rayas y el elefante no es elefante sin trompa, o al menos sería tan difícil reconocerlos, como a una clase media que no tiene la posibilidad de darse el gusto de salir a tomar un trago a un bar un viernes a la noche, o brindar con una copa de vino con un risotto sobre el plato. Pero, eso está ocurriendo y lo único que nos queda es que, al menos, no se note tanto. “La idea es no bajarse de los consumos simbólicos de pertenencia de clase, porque si dejaras de tener esos consumos sería complicado seguir sintiéndote parte de ella. ¿Cómo sentís que pertenecés a la clase media si no podés acceder a los mismos privilegios?”, analiza Ximena Díaz Alarcón, de la consultora Trendsity.

Pero el panorama se presenta aterrador. La crisis económica mundial y la nuestra (casi eterna) en particular hace que mantener el estilo sea cada vez más difícil. En estos tiempos, la creatividad será el lazarillo que nos conducirá a seguir manteniendo el mismo status a menor costo. Y la comida gourmet es lo último que se deberá resignar.

HOY CENA EN CASA. Danny Bramson, uno de los cocineros del sitio www.cocinerosdeverdad.com cree que “no hace falta perder el glamour a pesar de reducir los costos”. Para que esto suceda recomienda darle una oportunidad a los cortes de carne “de segunda” para hacer platos un poco más elaborados de cocciones prolongadas: “El ojo de bife o el lomo es bastante más caro que una paleta o un osobuco, pero podés preparar cazuelas con mucha onda. Si uno usa las técnicas específicas te salen platos hasta más ricos de los que hubieses hecho con productos más caros”. Bramson recomienda comprar el pollo entero porque es más barato y pedirle al pollero que lo divida para guardar en el freezer las partes que no se usan. “Con los huesitos de las alitas que uno suele tirar se puede preparar un escabeche de pollo riquísimo o con el hígado que venden a un aproximado de 4 pesos el kilo se puede hacer un paté de hígado de pollo a la naranja que se puede servir con pan de campo preparado en casa y acompañado de una ensalada con verduras de estación. Así tenés una entrada re gourmet”, asegura Bramson. En la verdulería lo mejor es comprar frutas y verduras de estación. “Uno tiene que darse la posibilidad de probar cosas distintas, más naturales Tener tu propia mermeladita es maravilloso y una buena jalea es glorioso y no cuesta nada. Hay que saber aprovechar los productos de la temporada que son más baratos. Uno puede lograr una muy buena calidad con precios bajos. Además se suma calidad porque uno también lo puede hacer a su gusto”, resalta Bramson.

Los “básicos de excepción” que no pueden faltar en la cocina de la crisis son la salsa de soja, que aporta un grado de sofisticación a las comida, pimienta y nuez moscada -que resaltan un montón el sabor de la comida-, y el aceite de oliva que es un poco caro pero, como se usa para darle un toque de sabor, dura un montón. Bramson aconseja que antes de tener un aceto de no muy buena calidad es preferible tener un buen vinagre de vino. “Hay que pensar en los saborizantes, lo que resalta el gusto de las comidas y le da distinción a un plato. En este sentido, los plantines de hierbas propios que uno puede comprar en el vivero como el ciboulette, el tomillo, la salvia, menta y albahaca permiten que termines un plato con una pequeña decoración que hace que se vea más gourmet y den más ganas de comerlo. Se pueden tener los condimentos en tu propia ventana”.

Parte del secreto del éxito de este plan está en acertar con las compras y, ABC… sólo comprar lo que se consume así no se vence.“En época de crisis se toman medidas que tienen que ver con la racionalización del consumo, como hacer pan, comprar en mayoristas, comprar las cosas por separado como los copos y el yogur, en vez de el yogur con cereales –apunta Díaz Alarcón–. Estas mismas estrategias también tienen que ver con la innovación y probar cosas nuevas, donde el valor está puesto en cocinar algo casero, darle un toque artesanal a las comidas, y darse el pequeño gusto, una especie de paréntesis que te da fuerza para enfrentarte con el resto”.

NOCHE DE COPAS. Ante la recesión que asusta y aleja a los clientes y los pone cada vez más tímidos, los bares y restaurantes implementaron distintas estrategias. Una de ellas son los descuentos especiales como la extensión del happy hour 2X1. En Deriva (Dardo Rocha 2290, San Isidro) hay un 30 por ciento de descuento en mesas de mujeres de lunes a miércoles y el happy hour es de lunes a viernes de 17 a 21. En esta misma línea, de domingos a miércoles el restaurante de comida italiana Celetto (www.celetto.com.ar), ofrece un 50 por ciento de descuento en mesas de mujeres en todas sus sucursales (Barrio Norte, Unicenter y Martínez).
En El Club de la milanesa (www.elclubdelamilanesa.com) el litro de cerveza es gratis con el pedido de delivery, las noches de domingo a miércoles hay un 20 por ciento de descuento en mesas para dos personas y si almorzás seis veces pagás cinco. En 788 FoodBar (Arenales 1877) ampliaron su happy hour que era de 18 a 21,
hasta las 24. Doppelgänger Martini, Bitter & Vermouth (Av. Juan de Garay 500) tiene una carta de tragos de 100 cocktails que hacen énfasis en la coctelería clásica y usan las mejores marcas de bebidas espirituosas y licores.

Renovaron su menú clásico de tres pasos al que le bajaron el precio, agregándole una carta de platillos del tamaño de una entrada, económicos, variados y creativos. “Los clientes empezaron a pedir platos más pequeños para acompañar cada trago y nos adaptamos a la demanda del cliente que toma cóctel. Nos dimos cuenta de que estamos resistiendo a la crisis y quisimos darle una alternativa gourmet. Si bien los platos de la carta principal también bajaron de precio a un promedio de $17, esto no hizo que bajara el ticket porque al hacer que los precios sean más accesibles, también se consume más. El cliente que toma tragos no escatima y no le duele pagar $25 por un martini”, dice Stella Torres, una colombiana que fundó el bar junto a su pareja hace un año.
Una opción económica y no por eso menos divertida es armar la barra en casa. El bartender Mariano Ramírez, fundador de Placebo, una barra de coctelería premium, da unos tips infalible: “Si la gente hace las cosas en su casa seguramente gaste menos así que una buena idea es hacer varios tragos con un mismo destilado en vez de comprar muchas botellas de licores o destilados complicados. El vodka es la bebida blanca que más se mezcla porque su sabor es el más neutro de todos y lo podés mezclar con lo que quieras: con jugo de naranja hacés un destornillador, con pomelo un greyhound, un vodka tonic, caipiroska con lima y azúcar y hasta tragos más sencillos con gaseosa. El que le sigue es el ron. Si bien tiene más carácter porque está hecho a partir de la caña de azúcar, no es algo tan intenso para el paladar argentino, y se puede hacer cuba libre y daikiris con licuadora, azúcar y frutas de estación. Ya empiezan a aparecer las frutillas, están trayendo piñas importadas o se puede preparar el típico daikiry de limón”. Para aplicar estas opciones Ramírez recomienda el uso de destilados
con una base de $35 porque los de menor precio son de mala calidad y afectan el sabor: “De una botella de destilado se pueden sacar entre 12 y 15 tragos que terminan saliendo más baratos que una cerveza”.

Un secreto para una reunión con amigos es preparar los propios hielos, porque es lo primero que se acaba. Antes de que lleguen todos, lo ideal es tener una bolsa en el freezer con varias cubeteras llenas desmoldadas de reserva. Además, Ramírez apunta que en los minimercados de barrio como manejan mucho volumen tienen buenos vinos que antes no era tan usual encontrar y buenos precios en general. “Bodega sobre ruedas” es otra propuesta de venta interesante para abaratar costos. Surgió hace dos años de la mano de Santiago Gutiérrez y Ariel Vázquez. Ellos le compran directamente los vinos a las bodegas o a distribuidores y llevan las cajas a domicilio. “En cuanto a los precios estamos más o menos igual o un poco más baratos que los minimercados de barrio, pero más allá de esto se le suma que los llevamos a domicilio”, dice Vázquez. Una de las propuestas que acercan viene de una bodega pequeña, Viña Ona, que presenta el malbec Selk´Nam, en bolsa hermética, adentro de una caja de 5 litros (sistema conocido como Bag in Box) con dispenser que se lo puede tener abierto por tres meses. Cuesta $ 70 y en roble un poco más de $ 80. Ideal para aquellos que se toman una copa antes de dormir. “Si bien notamos que en esta época bajó un poco la demanda de vinos de alta gama, de las otras líneas seguimos vendiendo más o igual que el año pasado porque la gente no quiere dejar de darse ese gusto. Para algunos el vino es un lujo y para otros un permitido”, dice Fernando Marcos, gerente de marketing de Bodega Norton.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA. Desde el Hotel Panamericano con sede en Buenos Aires y Bariloche, armaron una serie de promociones “para que la gente pueda mantener su estilo y que en circunstancias un poco complicadas puedan acceder a los mismos servicios que en épocas holgadas”, según Matías Pérez Toscani, el gerente de marketing del Grupo Panamericano: “Lo que el año pasado costaba 4 mil dólares este año cuesta 4.859 pesos. Incluye aéreo y siete noches en el hotel para poder acceder a una semana de ski en plena época invernal”. Los martes y jueves Anita Alvarez de Toledo estará tocando en el lobby del hotel y los que accedan a este pack serán acreedores de una cena en Tomo I y en Tinto Bistró. Para los que quieran hacer un plan distinto en Buenos Aires este fin de semana largo, o mismo los que quieran venir desde el interior, por 500 pesos por persona pueden disfrutar el spa del hotel de libre acceso y una sesión de oxigenoterapia, pileta climatizada y servicio de masajes. El Hotel boutique Craft (Nicaragua 4583) de sólo diez habitaciones, justo frente a la plaza Armenia, también bajó sus tarifas.
“Esto se debe a la crisis tanto mundial como a nivel nacional que marca una caída importante en el turismo”, señala Belén Perlinger, gerenta del hotel. Las tarifas van de 90 a 120 dólares e incluyen acceso a Internet y el uso de bicicletas para recorrer el barrio. “La ubicación es inmejorable. La cuadra se caracteriza por ser muy tranquila, frente a la Plaza Armenia, pero al mismo tiempo se encuentra a metros de los mayores atractivo del barrio.” No todo está perdido con la crisis. Lo más importante: mantener la frente en alto. Y darse los gustos.