terça-feira, 20 de outubro de 2009

Mesa Gourmet / Hojas de ruta
La mejor parrilla argentina, según vos.


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Hace algunas semanas le pedimos a los lectores de Glam Out que nos contaran cuál era su parrilla favorita. En las respuestas desfilaron desde parrillones barriales hasta restaurantes de alta gama. Entre achuras, bifes y vinitos, nos contaron lo siguiente...


La receta dice: carne cocida a las brasas; pero por el tipo de carne, por el tipo de brasas, de carne y de situación, comer un asado es una experiencia totalmente distinta en cada lugar. Lo sabemos: no es lo mismo una tirita de asado en El 22, que un ojo de bife en El Mirasol de la Recova. Parrillas premium para llevar extranjeros, parrillas de barrio para juntarse a morfar con amigos, parrillas cool para ir en pareja. Carne versátil, ésta de Argentina. La votación salió así.

A diferencia de lo que pasó con las pizzerías, en el último sondeo de Glam, esta vez no hubo un ganador claro, como lo fue aquella vez El Cuartito. Hubo dos características en los resultados de esta encuesta: 1) la votación fue muy pareja y 2) hubo una importante presencia de locales del conurbano. Un 25% de los más de 8000 votos que recibimos corresponden a parrillas que sonarán conocidas para la gente de la zona, pero tal vez totalmente desconocidas para quienes viven en otra parte.

LAS AFUERAS
Para el sur aparece la Parrilla El Tano, en Avellaneda (Güemes 567, 4265-2079), donde los usuarios de Glam dicen que “es igual que comer en el quincho de tu casa” y que “uno se siente entre amigos”. Otros aseguran que es “una auténtica parrilla familiar, o para disfrutar con amigos y para comer sin parar. La comida es excelente, riquísima, a punto y súper abundante. La atención muy buena, entre ellos la de su dueño”.

Otra parrilla que obtuvo muchos votos es una clásico: El Mangrullo (sobre autopista Richieri km 20, camino al aeropuerto de Ezeiza, 4487-7572). “Se especializa en parrillada. Tiene la mejor carne argentina. La atención es muy buena. Hace muchos años festejé ahí mis 15 años. Tiene un salón y todos mis invitados quedaron más que encantados”, cuenta una lectora. Y es cierto: El Mangrullo se mantiene firme desde 1963. Y los eventos sociales y empresariales son uno de sus fuertes.

En la zona norte, entre tantas parrillas bonitas de Pilar y La Horqueta, la más votada fue uno de esos lugares rústicos donde conviven camioneros, oficinistas, grupos de amigos y familias. Es Los Talas del Entrerriano (Juan Manuel de Rosas 1391, 4729-8527), en José León Suarez, a unas 15 cuadras de Márquez y Panamericana. Los fines de semana es casi imposible comer sin esperar al menos media hora. Y eso que el salón (que en realidad es un galpón) es inmenso. El fuerte es casi todo: el ambiente, los precios, los platos rectangulares de madera y la calidad del asado al asador. “Excelente carne, muy grandes porciones, muy buen precio, la antigua parrilla de camioneros”, cuentan los votantes de Glam.

Otra elegida por esa zona es La Porteña (Fondo de la Legua 290, 4766-8535), una parrilla con buena carne, excelente salad bar y estacionamiento propio. Por su fácil acceso y su ambiente, suele ser una favorita para reuniones de familia.

Extrañamente, casi no hubo votos para las decenas de parrillas que hay sobre la calle Dardo Rocha, frente al hipódromo de San Isidro, donde lugares como La Rosa Negra, por ejemplo, son clásicos de la zona. La excepción es la primera de las parrillas que abrieron en ese polo gastronómico, La Caballeriza, cuyo éxito la llevó a convertirse en una cadena, con cinco franquicias que emulan el estilo del primera: un viejo stud reconvertido en restaurante. Variedad de carnes y achuras, buen servicio y razonable relación precio calidad son los atributos que más se destacan.

Antes de meternos en las parrillas de la Capital, damos un paseo por el interior, desde donde recibimos muchos comentarios, en particular desde Rosario con loas para La Yunta (Córdoba 7915, Villa Margarita, 0341- 451-3439), y desde Mar del Plata, donde se habla del vacío de Pehuén (Bernardo de Irigoyen 3666, 0223-486-3960). Otros comentarios son para algunas anónimas parrillas de una localidad parrillera que nunca deja de tentar: Dolores, por donde pasamos cada verano camino a la Costa Atlántica y vemos cinco cuadras de brasas humeantes.

EL TOP 3
Llegando a Capital, empezamos por la zona donde se concentró la mayoría de los votos: Palermo, donde están las tres parrillas preferidas por nuestros lectores. El top 3 parrillero porteño.

En tercer lugar figura Don Julio (Guatemala 4691, 4831-9564 / 4832-6058), sobre la cual te contamos hace unos días. “Por el sabor, el punto justo de cocción a pedido del gusto del cliente y una calidad de servicio excelente, al igual que su ambiente”, dice uno de sus fans. “La mejor entraña”, asegura sin vueltas, otro. Lo cierto es que Don Julio es una gran parrilla de barrio, que cumple con las expectativas.

El segundo puesto se lo lleva otra ya clásico de la zona: La Dorita (Humboldt 1911, esquina Costa Rica, 4773-0070), ejemplo típico de parrilla joven y buena onda. Desde que abrió en 2003 su éxito derivó en una sucursal en la esquina de enfrente y otra en la zona de La Imprenta. Ambiente distendido y una carne que tal vez no deslumbre, pero cumple. Su emblema es el choricampi, una especie de choripan gourmet, pero también se destacan las mollejas y las papas fritas. “Me gusta porque es bastante pareja, te atienden bien, tienen vino en pingüino y porque tiene onda”, cuenta un lector, que resume a la perfección el concepto de La Dorita. Punto en contra: sólo aceptan efectivo.

La parrilla que más votos obtuvo en toda la ciudad está en Palermo Soho. Se llama La Cabrera (Cabrera 5099, 4831-7002) y se la puede definir como un punto medio entre la parrilla de barrio y las de alta gama for export. “Si bien podría decirse que es cara, los platos son muy abundantes, la carne es muy rica y tiene muchos acompañamientos diferentes que le dan un toque muy especial”, dice uno de los lectores, en coincidencia con las decenas que la votaron. Esos acompañamientos son “una batería de cazuelitas con productos de estación, con sabor de hogar: zapallitos revueltos, puré de papas y mostaza, zanahorias con manteca y limón. Las mejores papas fritas con cebolla confitada o con huevos revueltos”. Consejo para los que quieran ir: reserven con tiempo. Hasta la sucursal que abrieron a pocos metros se llena todos los días de la semana.

Aunque haya recibido menos votos, también hay que mencionar Reencuentro (Cabrera 4801, esquina Armenia, 4833-5666 / 4831-1943), frente a la cual también es común ver una larga fila de gente esperando para comer. El dueño tiene un chacra de la cual se provee para servir, entre otras cosas, su especialidad: cordero a las brasas.

POLOS
En Buenos Aires hay dos importantes polos parrilleros. Uno moderno y uno más tradicional. El más moderno es Puerto Madero cuyas parrillas casi no fueron mencionadas por los lectores de Glam. Queda claro que por su ubicación y sus precios, se focalizan más en el turismo extranjero. La tradicional zona de carnes es la Costanera Norte y aquí encontramos dos destacados. Los Platitos (Rafael Obligado s/n Puesto 57, 4781-1499) es ideal para comer en la barra uno de sus clásicos sándwiches de cuadril. Ahí nomás está Rodizio (Costanera Norte y Pampa, 4788-5405), que recibió buenos comentarios a pesar de ser uno de los restós más caros en su categoría. Para amortizarlo, lo mejor es ir con muuuucho hambre y aceptar los mejores cortes que los mozos van trayendo a la mesa non stop. Su renovada mesa fría (con sushi, centolla y langostinos, entre otras cosas), es uno de los puntos que más se mencionaron.


OTROS BARRIOS
Para terminar el ranking Glam Out, vamos por los barrios, donde aparecieron parrillas que figuran como favoritas en su zona.

Las Cañitas – Las Cholas (Arce 306, 4899-0094): “Lo principal es la calidad y abundancia, luego sigue el buen precio. Dos reyes del lugar: la parrillada (con una comen tres, tranquilo) y el Gran Bife Las Cholas (a no comer una semana antes) Glorioso!!!!”, cuenta una de las usuarias. Las Cholas es la típica parrilla joven e informal de Cañitas.

San Telmo – El Desnivel (Defensa 855, 4300-9081): Ejemplo de parrilla de barrio, a la que sus adeptos van sin importar su ambiente, ni su onda. Sino, fíjense el siguiente comentario: “La atención es pésima y el lugar espantoso. Es raro, pero se come súper bien. La carne es deliciosa y no es nada caro. Se llena de extranjeros pero uno se va más que satisfecho”. Rara avis del universo parrillero. El Desnivel es digno de ser conocido. No ir con ropa nueva a menos que uno quiera llevarse a casa fragancias morcilleras.

Almagro – Lo de Mary (Acuña de Figueroa y Humahuaca, 4864-8033): Esta es la clásica “parrilla de la esquina”, a punto tal que ninguno de los votantes de Glam la llamó por su nombre, sino como “la de Acuña de Figueroa y Humahuaca”. Mantiene las heladeras y la ambientación del viejo almacén que funcionaba antes allí. Nadie busca nada raro: sólo comer buena carne a bajo precio. ¿Qué más?

Belgrano - Lo de Charly (Álvarez Thomas y Donado): la parrilla más bizarra de Buenos Aires. Abierta las 24 horas, podría ser perfectamente una parrilla de ruta. “Podes comer al mostrador o sentado a la mesa. Tiene estilo libre o a la carta, y una muy buena provoleta”, dice uno de sus clientes. “Porque ahí se comen los sándwiches de vacío más ricos que probé, tiene muy buena carne y a muy buen precio. Si paran los taxistas....”, es otro comentario sobre esta esquina emblemática del mapa parrillero porteño.

LA CARA

Como vemos, pocos lectores eligieron parrillas de alto precio, como dando por entendido que, al menos en Argentina, parrilla debe ser sinónimo de económico. Pero hay una que escapó a la regla y fue elegida por varios. Hablamos de La Brigada (Estados Unidos 465, 4361-5557), y esto fue parte de lo que se dijo: “No hay dudas de que es la mejor parrilla de Buenos Aires, y muy probablemente de Argentina. Entiendo que a muchos les disguste pagar $100 o más por persona por comer carne a las brasas, pero el ojo de bife, las mollejas de cordero, el corte especial, los vinos de cava propia... todo lo que ofrece La Brigada es soberbio. No tiene comparación”. O, “el dueño siempre está ahí, el ambiente está repleto de remeras y fotos futboleras, la carne es increíble. La atención, algo agreta si uno no consume vinos muy caros, pero de vuelta, la carne hace que valga la pena

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