quarta-feira, 27 de janeiro de 2010

15.01.2010


10 mejores restaurantes para comer como un animal

Lugares para morfar a lo bestia sin sentir culpas. Si estás a dieta, ni se te ocurra leerla.





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Hay restaurantes a los que no vas a comer: vas a morfar. Lugares de los que salís tan lleno que aunque tengas el auto en la puerta necesitás dar dos vueltas a la manzana, a pata, para tratar de bajar un poco de todo lo que engulliste. Algunos de estos lugares invitan a la comilona a través de su sistema de servicio tipo tenedor libre. Otros por el tamaño irracional de sus porciones.



Estos son nuestros favoritos para ir a comer como una bestia.



1. Cangas del Narcea

En este restaurante que funciona dentro de un club asturiano se empieza con fiambres, se sigue con encurtidos, rabas y papas fritas, y después te preguntan qué plato principal vas a comer. Hay conejo, ciervo, cochinillo, paellas… y mientras tanto, el dueño del lugar se pasea con una típica bota y te pide que abras la boca para llenarla de vino.

(Beruti 4643, Palermo / T: 4773-3351)



2. Siga La Vaca

Por entre $46 y $69 (según el horario y la sucursal) te dan la bebida, un postre e ilimitados viajes a la parrilla donde elegís lo que querés. La calidad de la carne es variable así que está bueno intentar que el parrillero te confiese cuál es el corte que mejor está saliendo. Si te gustan los asados caseros, acá podés encontrar una experiencia parecida.

Sucursales en su página web.



3. Café de García

De jueves a sábado sirven su emblemática “picada de 30 ingredientes”: 30 platillos que van llegando a tu mesa en tandas. Mortadela, aceitunas, longaniza, quesos, croquetas, tortillas. La mayoría de los comensales abandona luego del plato 25, pero algunos valientes logran terminar el recorrido. Precio: 60 pesos + bebida. No incluye Hepatalgina.

(Sanabria 3302, esq Varela, Villa Devoto / T. 4501-5912)



4. Casal de Catalunya

Los restaurantes españoles son ideales para comidas pantagruélicas. Este es un buen ejemplo. Se empieza con pinchos y tapas, y se sigue con parrillada de pescados o la especialidad de la casa: el cochinillo, que se comparte entre seis. Culminalo con una crema catalana y salí a pasear por San Telmo para ayudar a la digestión. Lo vas a necesitar.

(Chacabuco 863, San Telmo / T. 4361-0191)



5) El Preferido de Palermo

Bodegón con platos calóricos para ser compartidos a menos que quieras subir 3 kilos en una noche. La fabada asturiana, por ejemplo, es un guiso con porotos, chorizo, panceta, jamón y morcilla asturiana. Los callos a la madrileña, otra bomba. Para cenas largas que terminan con tecitos de cachamai que no logran lavar la culpa.

(Borges 2108 esq Guatemala, Palermo / T. 4774-6585)



6) La Farola

Los restaurantes La Farola son tan clásicos como extraños. Si no fuera por el nombre que los identifica pasarían por ser unos pizza café cualquiera a los que todos ignorarían. Sin embargo, una Farola es sinónimo de comilona, sobre todo por el tamaño descomunal de sus milanesas. Las medimos. Superan los 35 centímetros de largo por casi 20 de ancho. Lo mejor es pedirlas como napolitanas, jugarla de macho y comerla solo, acompañado de fritas. Los que la comparten suelen ser tildados de flojitos. Eso sí: probablemente nunca necesiten un transplante de hígado.

(Av.Santa Fe 1857, Barrio Norte / T. 4812-7950, y sucursales)



7) Parrilla El Tano

Si una parrilla barrial normalmente llama a morfar como un desquiciado, ¿qué queda por decir de este parrillón de Avellaneda, que no sólo tiene un ambiente familiar y bullanguero, sino que además la calidad de su carne es muy buena y encima ofrece un sistema spetto corrido? Por 50 pesos tenés una noche de carne ilimitada y generosa: los mozos no escatiman en nada. Traen bifes. Traen tira, achuras, lechón… todo non-stop y en porciones en serio. La ganga incluye bebida y postre. El Tano es uno de esos lugares que te dan ganas de comer hasta que te echen a patadas.

(Av. Güemes 567, Avellaneda / T. 4265-2079)



8) El Trapiche

Este bodegón es una fija para los cumpleaños en las familias que aman morfar mucho y bien. Los platos vienen en porciones gigantescas así que es ideal ir en grupo, pedir un poco de todo y compartirlo. La carta tiene más de diez páginas y todos los platos salen bárbaro, aunque se destacan los fiambres, las rabas, los platos con cordero y, de postre, el merengue italiano, del que comen cuatro pidiendo la hora referí. Eso sí: solía ser más barato. Hoy dificilmente se gaste menos de 60 o 70 pesos por cabeza.

(Paraguay 5099, Palermo / T. 4772-7343)



9) Massimo

Los tenedores libres tuvieron su momento de gloria a principios de esta década y poco a poco fueron desapareciendo. Por suerte para los hambrientos sin culpa, algunos se mantienen en pie con dignidad. Massimo es uno de ellos, donde podés pedir platos hasta que te deje de picar el bagre. Pastas, carnes a la parrilla y pescados. Nada descolla, pero todo cumple. Y no hace falta pararse todo el tiempo para ir a buscar más comida. Relación precio-cantidad garantizada: sale 37 pesos más bebidas.

(Av. Cramer 1753, Belgrano / Tel: 4781-7796, y sucurales)



10. Centro Betanzos

Otro clásico español del que salís pipón pipón y que se ganó la fama gracias a la calidad de sus platos y a sus porciones descomunales. Por ejemplo, de la selección de pescados y mariscos a la plancha comen cuatro. Y de su famosa paella de conejo, tres con mucho hambre. Como plus, siempre te ofrecen llevar las sobras a casa, así que si en camino de regreso (después del cortado y de la banana asada con dulce de leche) te vuelve a picar el bagre, ya sabés qué meter en el microondas.

(Venezuela 1534, Monserrat / T.4115-8780)

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