quarta-feira, 27 de janeiro de 2010

02.01.2010


9 restaurantes en zona Norte que no podés dejar de conocer

La zona más chic del conurbano se luce con sus propuestas gastronómicas. Estos son los restaurantes favoritos de Planeta JOY.





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1. URUGUAY

La última creación del famoso chef Pablo Massey está aquí, algo perdida en una parte del barrio no tradicional para restaurantes. Si bien para llegar hay que tener GPS o la guía T que incluya al conurbano, el viaje vale la pena. El cocinero armó este lugar en el mismo galpón, en el que trabajaba sus platos, ideas y menúes para sus proyectos. El estilo base es mediterráneo, con un menú fijo de cuatro pasos ($150) que se renueva con frecuencia. Muy buena carta de vinos. Perfecto para salida en parejas o encuentro de amigos chic. Alta onda la de Uruguay.

(La Rábida 2772 / T. 4723-9184)



2. ROSA NEGRA

No por nada este lugar goza de fama y prestigio, algo que no muchos lugares logran. Doce años de trabajo aplomado lo transformaron en un clásico absoluto de San Isidro y el lugar al que hay que ir si se quiere saber de qué se trata la movida de la zona del Hipódromo. A una cocina que ha crecido con los años, un servicio profesional y un ambiente sobrio y elegante sumó un muy buen trabajo desde la barra. ¿Qué se pide? Mariscos (langostinos con sabañón y queso brie), pescados (salmón rosado con mariscos), carnes (cordero deshuesado con hongos, verduras confitadas y salsa de coriandro), pastas, parrilla… todo sale impecable.

(Dardo Rocha 1918 / T. 4717-2685)



3. TIPULA

Ni bien abrió este restaurante, algunos vecinos funestos buscaron atemorizar a Hernán Gipponi, su cocinero y creador, augurándole poco éxito. No lo lograron. El pequeño y sencillo lugar, ofrece desde su cocina a la vista una gran experiencia gastronómica. Aunque está en el centro de Martínez, su corazón es grande como toda la zona norte. El menú en pasos puede incluir platos con pulpo, calabaza al torrontés, chipirones con papel de cebolla o crema de pastillas Fisherman. Luchando contra prejuicios, comensales con paladares tradicionales, la distancia de cualquier ruta gastronómica y los mismos vecinos agoreros, Típula lucha por asentar su lugar. Y lo está logrando. Hay que conocerlo.

(Vicente López 76 / T. 4793-7185)



4. O’FARRELL

Libertador es el eje que articula la zona norte, la arteria donde se junta la gente a mirar y ser visto. Poco queda del aire verde, pintoresco y fresco de esta avenida, hoy atiborrada de negocios. O’Farrell es un remanso en este panorama, con un ambiente sobrio, elegante y una comida que acompaña el estilo de la decoración. Aunque el lugar no es muy amplio, es confortable y cálido. Excelente tanto para una cena de amigos, aniversario de casados o declararle el amor a una desconocida. En la carta hay gravlax de salmón o txipirones, ravioles de langostinos o matambrito de cerdo grillado aunque la carta cambia por temporada. Los platos ameritan cada uno de los muchos pesos de su precio.

(Av. del Libertador 15274 / T. 4742-4869)



5. KANSAS

La onda rural elegante norteamericana de este local calza perfecto dentro del espíritu de San Isidro. El country style siempre ha sido parte del folclore de la zona norte. Y sino acercate y mirá las aglomeraciones de gente que pugna por unas ribs y por encontrar un lugar en la terraza para tener una vista preferencial de todo y todos los que pasan por Libertador. Punto de encuentro, elegido por parejas que salen con otras parejas y jóvenes en cena post-rugby, la barra, las carnes y los postres más clásicos están entre los puntos fuertes. Uno de los emprendimientos más exitosos de la última década.

(Av. del Libertador 15089 / T. 4747-0606)



6. FERNET

El bajo de San Isidro supo ser un lugar abandonado, con las plantas creciendo entre las vías del viejo tren. Luego el tren de la Costa prometió una revolución. Y la revolución fracasó, como tantas otras. Aún así, un par de restaurantes se acomodaron a la vera de la vía y están entre las opciones más interesantes de la zona. Fernet tiene un ambiente clásico, boxes de madera (un hit en cualquier restaurant), pizarras cool y espejos vintage, una pequeña barra que semeja un altar, rincones para cenas íntimas y mesitas en la vereda para las noches de verano. La carta cambia y juega con sabores mediterráneos, aunque siempre mantiene algunos clásicos, como el lomo con salsa de hongos, o los ravioles de salmón.

(Juan Bautista de LaSalle 447 / T. 4732-0539)



7. LE COQ DORE

Hablar de este restaurante es siempre hablar de lo mismo. Nada ha cambiado en sus más de diez años de vida. El mismo ambiente sencillo, entre hogareño y rústico. Los dueños atienden el lugar noche a noche y ofrecen los mismos platos que le ganaron fama. ¿Para que cambiar si así la gente siempre vuelve?, parece ser la pregunta que responden sirviendo el conejo al vino blanco, el lomo a la mostaza o el carré de cerdo de la casa. Siguen dando la posibilidad que cada visitante traiga su vino. Ni siquiera cobran descorche. Apto para parejas consumadas o cenas secretas. Si te encuentran en esta calle perdida en Victoria, bueno, eso es muy mala suerte.

(Vito Dumas 321 / T. 4725-1606)



8. OBSOLETO

Lejos de abandonar lo obsoleto en el desván, este lugar recupera el corazón bohemio de una fonda para celebrarla con una propuesta divertida y descontracturada. Hay varias picadas diferentes, desde a clásica Gran Prix, donde te sirven todo lo que hay en la cocina (con un vino), hasta algunas más pequeñas que incluyen desde jabalí o ciervo ahumado hasta jamón montañés ahumado, lengua la provenzal o ciervo en escabeche. Aunque las picadas son el centro del lugar, hay también algunos platos. Se sumó a la barra John Chevalier, quien prepara todos los clásicos que aprendió trabajando años como bartender. También escucha y tiene muchas cosas interesantes pata contar.

(España 1288 / T. 4747-5652)



9. LULU’S BAR

Hay muy pocos lugares en la ciudad que ofrecen comida Thai, y cruzando la General Paz sólo uno. Y está en el bajo de San Isidro, a unos metros de Fernet y del Tren de la Costa. Un local chico, mejor para el verano que para el frío, con pocas mesas y una carta que ha tenido pocas modificaciones desde su apertura. Aunque como en ningún otro lugar nacional que ofrezca esta comida los sabores son 100% fieles a su país de origen, los platos de Lulu’s están muy bien y redondean una oferta atractiva. Mejor los curries que las sopas, e interesante hablar con el dueño que suele estar en el local.

(Juan Bautista de LaSalle 423 / T. 4742-4187)

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