quinta-feira, 1 de outubro de 2009

En un momento en que comer es tan caro, desde la comida de casa hasta la del restó más encumbrado ?los precios están subiendo en los últimos tiempos?, la listita de lugares posibles para salir a comer es invalorable. Propuestas sabrosas, sensatas y correctas, que satisfagan. No hay muchas opciones que no molesten al bolsillo, pues la relación calidad-precio ha bajado. La conclusión a la que se llega recorriendo mentalmente los restocitos más baratos, dignos y apetecibles, es que las cocinas regionales, o étnicas, son las que tienen las propuestas más accesibles preservando una buena relación con la calidad de su oferta. Son emprendimientos familiares donde todo queda en casa y cocina el dueño o la patrona, sin veleidades de chef, buena fórmula para los tiempos de crisis.

De lo nuestro, los bodegones ya no existen y algunas casas de comida apuntan a lo mismo. A continuación se destacan los sabores que han llegado con las distintas migraciones y que ofrecen alternativas buenas y accesibles, que permiten, además de saciar el apetito, conocer otras culturas.

Con dos palitos
En Lai Lai, en el barrio chino, llamado así por un antiguo restaurante de Taipei, la señora Yuan Yuan Chin es famosa por los sabrosos platos del día, además de la larga lista-menú que deleita tanto a los connacionales como a los porteños amantes de esta culinaria ancestral. Los productos típicos los consigue en los comercios vecinos o se los traen amigos y viajeros. La puesta es sencilla, con algunos toques típicos y luces rojas, y la vajilla correcta, con palitos (la carta aclara que no se regalan). Varios cocineros porteños llegan a comer en Lai Lai después del cierre de sus restós. Ellos saben... Hay ensalada de algas ($ 4), sopa de almejas (6), costillitas de cerdo agridulces (12), fideos de porotos crocantes con cerdo (12), pescado entero asado con aceite de sésamo para más de uno. Además, el menú de mediodía es una ganga: $ 14. Pocos dulces, sólo las clásicas masas de porotos. Hacen delivery. Arribeños 2168, Capital. 4780-4900. Mediodía y noche. No aceptan tarjetas.

Arabe, en familia
La misma fórmula familiar se da en Hanan, en el barrio de Almagro, donde manda una de las cocineras más preciadas entre la colectividad árabe. Oriunda de Damasco, ahora la secunda con la misma mano de hada su nuera Hilda, paisana. Ellas cocinan, y los hombres (marido e hijos) están en la caja, en el servicio; el nieto corretea por el amplio salón cargado de artesanías a la venta (camellitos ?banquitos? de cuero repujado, ropas típicas... un divertido zoco). Es conveniente conformar una mesa amplia (cuatro o más) para pedir la picada árabe con muchos platillos de delicias frías, humus y mtabal, taboule, kebbe crudo, falafel, envueltos de parra y empanadas árabes ($ 80-100 para cuatro o seis), con el pan árabe calentito. El shawarma de cordero sale con la salsa tarator (23), compartible, como todo en el amplio repertorio sirio. Masas con dátiles y pistachos, ineludibles con el café a la turca. Se fuman perfumados narguiles. Puede comprarse comida y hacer en casa un festín. Julián Alvarez 1272, Almagro. 4899-0575. Martes a domingo, mediodía y noche. Tarjetas.

Sello andino
En Congreso, Chan Chan es de lo más accesible dentro de las opciones peruanas en pleno auge de esta cocina. Usan productos naturales genuinos (o lo más cercano). Sencillo y colorido, se mezclan los santos limeños con los patos y conejos de una granja en las paredes, las sillas pintadas de rosa fuerte, las mesas en rojo y blanco? Kitsch y simpático, va mucha gente joven. Los platos de Angelito, que aprendió de su tía en Trujillo, son de gran sabor peruano y bien abundantes. Los cebiches y tiraditos dan para dos, como el de pescado blanco (20). El ají de gallina (10) y el ajiaco de conejo (15) son tan exitosos como el mero a lo macho (18), el arroz con pato (17), el seco de cordero (11) y los anticuchos de corazón (9). Además, mazamorra morada, suspiros a la limeña (6), chicha morada casera, y un pisco sour normal (8). Comida para llevar. H. Yrigoyen 1391, Capital. 4382-8492. No aceptan tarjetas. Mediodía y noche, de martes a domingo.

Sabores polacos
La Casa Polaca, conocida en Palermo Viejo antes del big boom, con nueva puesta, sigue ofreciendo sus clásicos sin variar la calidad ni los sabores. Ejemplos: tabla de fiambres polacos (18), sopa de yogur con ciboulette y eneldo (14), pierogi de papa y queso crema (19), mondongo a la varsoviana (20), chucrut con cerdo y manzanas (20), pastel de queso a la naranja (12). Todo es tan abundante que se puede bajar la cuenta pensando bien el menú. Ricos panes de la casa, cerveza, vodka y licorcitos caseros. Jorge L. Borges 2076 (4899-0514). Martes a sábados, de noche. Tarjetas.

Desde tierras aztecas
De los mexicanos, Xalapa une el ambiente festivo característico de las cantinas mex con los platos más apetecidos por los porteños, no sólo guacamole y totopos. La familia Zotele vivió años en el país azteca y tiene un variado repertorio, que supo adaptar a nuestro gusto. Tacos dorados (tres) de pollo y hongos (19), quesadillas yucatecas (tres) con cochinilla pibil (18), guacamole (14), imperdibles chiles rellenos (17), pastel de nueces y ciruelas (10), burritos, y ceviches los fines de semana. Las margaritas frozen alegran las noches y acompañan la comida. El Salvador y Gurruchaga (4833-6102). Abre de noche. Sábado y domingo, también mediodía. No aceptan tarjetas.

Por Alicia Delgado


revista@lanacion.com.ar

Para saber más: www.guiaoleo.com.ar

Platos bien nuestros

Ni tan antiguo ni tan bodegón, Miramar es en realidad una rotisería con salón de comidas que mantiene el ambiente y estilo de los años 50, muy bien conservado, atendido por el patrón, Fernando Ramos, y por mozos cancheros. Es otro de los lugares donde caen a medianoche los chefs para reconfortarse. Allí son cocineros con mucha mano los que reproducen los clásicos porteños, de herencia hispánica principalmente, con buena materia prima (hay también insumos de precio). Boquerones ($ 14), tortilla española (18, para dos o cuatro), buñuelos, empanada gallega (11), besugo a la vasca, polenta a la boloñesa (20). La gran tentación invernal son los guisos del día, de albóndigas, de mondongo, de lentejas (20, para compartir). Monumentales picadas (75, para tres o cuatro), más una ensalada, comida completa. ¿Milanesas? No. ?La carne está cara y la gente protesta por el precio?, dicen. San Juan y Sarandí, Capital. 4304-4261. Tarjetas. Desde las 11.30; cierra los martes.
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Las mujeres criollas también se han distinguido por ser buenas cocineras: no sólo ?empanaderas?, sino capaces de montar comidas paquetas en los platos regionales elaborados con finura. En La Cupertina puede uno surtirse de la más amplia variedad en la ciudad, o reservar la mesa comunitaria del local (hay poca capacidad). Cecilia Herman y su gente hace años que reproduce con amor, como se hacía en la casa de su Tucumán querido, las recetas heredadas de la familia. Empanadas suculentas y jugosas ($ 3), las típicas, y las ?empanadotas? recreadas por ella, de verduras varias (6). Locro, carbonada y otros guisitos caseros (17), humitas y tamales, con salsitas y pan al rescoldo, pueden componer una mesa argentina a la par de otras étnicas de moda, coronadas por la dulcería de herencia monjil, flan, huevos quimbos, ambrosía, yema quemada y arroz con leche, inhallables en toda la ciudad. Si compra y lleva, sale un 15 % menos), o pedir catering, hasta para bodas. Cabrera 5296, Capital. 4777-3711. Mediodía y noche; domingo, al mediodía, y lunes cerrado. No aceptan tarjetas.
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