Las rutinas son patrones y hábitos familiares de los que las familias dependen para manejar su vida diaria. Debido a que los padres con frecuencia buscan formas de organizarse y economizar tiempo, las rutinas se convierten en una fuente de apoyo de mucha utilidad. Cuando establecen calendarios diarios, crean centros familiares para mensajes y hacen arreglos para poner en su sitio las pertenencias de todos los miembros, las familias pueden mantener un control sobre sus actividades e identificar y resolver problemas potenciales.
Los ritos son tradiciones que las familias heredan o crean con base en sus creencias personales. Muchas veces los padres combinan costumbres de su propia niñez con tradiciones nuevas. Estos ritos crean recuerdos que los niños conservarán cuando ya sean adultos. Aunque muchas veces los ritos se crean para celebrar un día feriado, otros pueden servir para celebrar el sentido de unión familiar, las estaciones del año, actividades caritativas o eventos comunitarios.
Los ritos y las rutinas dan a los niños un sentido de identidad, estabilidad y constancia que es un elemento clave del proceso de crecimiento. Las tradiciones siempre han sido importantes con relación a la forma en que funcionamos como familia. A medida que las familias crecen y cambian, así también lo hacen sus ritos y sus rutinas.
Rutinas diarias
Los niños necesitan tener límites previsibles. La repetición de rutinas diarias da a su niño la seguridad de saber lo que se espera de él y ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad. La capacidad para organizar las actividades y las pertenencias personales es una crítica destreza que se aprende mejor a una edad temprana. Los patrones confiables harán que cada día sea más fácil para toda la familia.
Le corresponde a usted como padre planificar formas de lograr la eficiencia en su familia. Reflexione unos minutos sobre la organización del calendario diario de su familia para crear horas fijas para ciertas actividades, tales como comer, cepillarse los dientes, salir para la escuela, hacer las tareas escolares y acostarse a dormir. Coloque su calendario donde todo el mundo lo pueda ver, y utilice dibujos con títulos para los niños pequeños. Un calendario funcional puede incluir recordatorios diarios. A medida que crezca su hijo, le puede enseñar a hacer sus propias listas.
Sea claro con su familia con relación a sus expectativas. Comience con unas pocas rutinas que pueden aliviar o eliminar algunas situaciones diarias que causan estrés. Puede agregar rutinas nuevas según la necesidad. El seleccionar la ropa desde la noche anterior puede evitar una arrebatiña por la mañana, y el recoger los juguetes al final del día puede crear un orden para todos.
Pertenencias personales
El mantener un control sobre todas las pertenencias personales de todos los miembros de su familia puede ser una tarea diaria. Siempre que sea posible, simplifique las cosas, fijando metas pequeñas y alcanzables para todos los miembros de la familia.
Coloque una canasta al lado de la puerta para todas las gorras y guantes, mantenga materiales para escribir en una gaveta específica, use estantes o recipientes de colores brillantes exclusivamente para los juguetes y libros de los niños. Su familia rápidamente aprenderá que todo tiene su sitio.
Celebraciones de días feriados
Tome unos minutos para reflexionar sobre los días feriados del pasado y recordar aquellos elementos que se disfrutaban más y los que solían causar estrés. Considere lo que va a conservar y lo que podría eliminarse. Anticípese a los aspectos difíciles para su familia y prepárese adecuadamente para enfrentarlos.
La clave consiste en hacer planes por adelantado. La buena planificación por adelantado puede minimizar los problemas. Mantenga a mano una pequeña libreta para controlar aquellas listas que no quiera olvidar. Si puede terminar algo antes de tiempo, le puede evitar el ajetreo de última hora posteriormente.
En épocas de feriados, puede ser difícil ceñirse a los patrones diarios. Trate de observar rutinas para todas las épocas del año que produzcan buenos resultados para su familia, especialmente respecto a los calendarios para comer y dormir. Hable con sus amigos y sus parientes para participarles lo que funciona mejor para ustedes.
Buenos consejos para las rutinas diarias
•Siempre que sea posible, comparta con su hijo las responsabilidades del hogar. Dar de comer a las mascotas, poner la mesa y cargar la lavadora de platos son tareas que pueden hacer juntos.
•Haga lo más que pueda la noche anterior. Puede preparar almuerzos, organizar mochilas, y seleccionar la ropa y los zapatos.
•Aproveche la hora de las comidas para actualizarse respecto a los eventos y actividades del día en la escuela.
•Fije horas regulares para ciertas actividades, incluidas las comidas, las tareas, la limpieza y la hora de acostarse.
•Establezca espacios designados en su hogar para las pertenencias de los niños, para que cada miembro de la familia sepa dónde debe guardarse cada cosa.
•Utilice calendarios, cuadros o agendas para ayudar a controlar las actividades y los compromisos.
La conexión con la escuela
Un aspecto de ser organizado en sus rutinas diarias incluye el tener buenas comunicaciones con la escuela de su hijo o con el responsable de su cuidado. Manténgase informado de las tareas y actividades especiales y asegúrese de leer los avisos y los tableros para anuncios. Informe al maestro o al responsable de cuidar a su hijo acerca de las rutinas y las necesidades de su familia, ya que así éste podrá ofrecer recomendaciones útiles.
A veces las ideas más sencillas pueden tener impactos grandes. El colocar los zapatos de goma por la puerta en la mañana y el tener esperando en el carro ese bocadillo favorito para el viaje a la casa puede significar que será mucho más fácil ir y venir puntualmente del centro de cuidado de niños.
Ritos
Un buen punto de partida sería reflexionar sobre los ritos de su propia niñez. También puede hablar con sus amigos acerca de las tradiciones familiares de ellos. Si su familia incluye un padre y una madre, hable sobre sus creencias y compárelas con las de su cónyuge. Juntos, crearán una mezcla de ritos que serán un reflejo de quiénes son y de las cosas que deleitan a su familia. Probablemente mejoren algunos ritos, sustituyan otros y creen tradiciones totalmente nuevas para su familia. Estos pueden seguir cambiando con los años a medida que crea ritos nuevos y significativos que servirán para unir aún más a su familia.
Aunque muchos ritos están vinculados con los feriados estacionales, algunos pueden crearse por otros motivos. Para muchos padres, estos ritos satisfacen la necesidad de llevar a cabo una tarea y de crear tiempo de calidad para la familia. He aquí algunas ideas que pueden producir resultados satisfactorios para usted y su familia:
•Pedir a diferentes miembros de la familia que traigan a las reuniones familiares alimentos que representen su etnicidad particular.
•Ir de tiendas para comprar ropa nueva y útiles escolares dos semanas antes de que comiencen las clases, y almorzar o comer un bocadillo especial en un restaurante favorito.
•Pedir a cada persona que nombre aquello por lo que más agradece cuando estén sentados alrededor de la mesa a la hora de comer o durante la celebración de un día feriado.
•Considerar la posibilidad de tener una comida especial para el desayuno, colocar una nota en la lonchera de su hijo, y comparar fotos e historias de cumpleaños pasados para hacer que el cumpleaños de su hijo sea especial durante todo el día.
•Invitar a amigos y familiares para una celebración de fin del año escolar.
•Apartar aunque sea un poco de tiempo cada semana para dedicarlo exclusivamente a los miembros de la familia inmediata. Esto puede significar que tendrá que rechazar algunas invitaciones u otras actividades.
•Participar como familia en una actividad caritativa.
Las actividades caritativas como rito familiar
No importa cuántos años tenga su hijo, el voluntariarse como familia puede ser un rito maravilloso en el que pueden participar todos. He aquí algunas sugerencias con las que puede empezar:
•Crear una cena doble, preparando dos veces la cantidad de comida que necesite su familia y llevándola a un centro para los que no tienen hogar o a un anciano que no pueda salir de su casa.
•Ayudar a servir una comida en un comedor de beneficencia. Llame por anticipado para averiguar la hora más conveniente para llegar.
•Salir con su hijo en el día de su cumpleaños para comprar juguetes o libros y luego donarlos a un asilo.
•Invitar a su hogar a alguien que viva solo (por ejemplo, un anciano o un estudiante universitario que no pueda ir a su propia casa) para compartir una comida o un día feriado.
•Crear una canasta de comida para una familia necesitada con ocasión de un día feriado.
•Reciclar sus botellas y latas y donar el dinero a su institución caritativa preferida.
Creación del calendario familiar
Un calendario funcional que abarque varios meses desde el final de las clases en primavera hasta su reanudación en el otoño, colocado donde todo el mundo lo pueda leer, es una forma excelente de organizar las rutinas y los programas nuevos. Los niños adquieren un sentido de control sobre sus propias actividades, y los padres pueden identificar y resolver problemas potenciales. El calendario se hace cargo de la tarea de hacer recordatorios diarios y también puede servir como centro familiar para mensajes y listas de teléfonos para situaciones de emergencia.
segunda-feira, 29 de junho de 2009
El estrés es un elemento de nuestra vida diaria: la lucha con su hijo de cuatro años para que coma a la hora del desayuno, el sobrecalentamiento de su auto en medio del tráfico, el retraso en recoger a su hijo del centro de cuidado de niños, las confrontaciones con otros miembros de la familia respecto a las tareas y las responsabilidades en el hogar.
A veces la acumulación de estrés puede hacer que uno pierda los estribos. Y con demasiada frecuencia son los niños los que reciben las consecuencias de los arrebatos de ira. Para algunas familias, se trata de un incidente aislado después del cual todos recuperan su compostura y continúan con sus actividades diarias. Para otras, las explosiones de ira se hacen cada vez más frecuentes, pudiendo crear comportamientos problemáticos en los niños.
Una vez que se ha encolerizado con su hijo, fácilmente puede volverlo a hacer. Cuanto más aprenda sobre el estrés y las diferentes formas de manejar su enojo, tanto más preparado estará para reaccionar de una manera más constructiva.
La rutina diaria
En muchas familias, hasta los ritos y las rutinas diarias crean grandes tensiones. Con frecuencia las áreas de conflicto se centran alrededor de los quehaceres domésticos, las tareas escolares, las comidas, las relaciones entre hermanos, y la hora de acostarse. Un buen punto de partida consiste en decidir cuáles comportamientos resultan más difíciles para usted y luego hacer una lista de reglas, con consecuencias apropiadas, para abordar esos comportamientos. Asegúrese de establecer reglas claras y aplicarlas de manera uniforme.
Resulta útil redefinir aquellas cosas que sean más importantes para usted y luego priorizarlas. Por ejemplo, si para usted lo más importante es salir de la casa puntualmente por las mañanas, entonces quizás no siempre sea posible arreglar las camas. La planificación anticipada es sumamente útil y con frecuencia le puede ayudar a transformar las tareas rutinarias en tiempo más productivo. Por ejemplo, el elegir con su hijo desde la noche anterior la ropa que se va a poner el día siguiente puede permitir que se rían juntos sobre ropa que no hace juego en lugar de crear un desacuerdo seguro por la mañana.
Uno tiene mayores probabilidades de perder la paciencia cuando está cansado o está sobrecargado de trabajo. Procure estar consciente de sus limitaciones y reconocer cuando empieza a sentirse abrumado. Antes de salir para su casa, tome un descanso, salga a caminar, o haga planes para un placentero evento a realizarse en el futuro. Hable con sus amigos, con su familia y con el responsable del cuidado de su hijo para informarles cómo se siente. Ellos posiblemente le ayuden a comprender sus sentimientos y apartar tiempo para atender sus propias necesidades.
Edades y etapas
El primer paso para todo padre es identificar como enojo el sentimiento que está experimentando. En algunas situaciones, una comprensión de la etapa de desarrollo de su niño puede ayudarlo a evitar enojarse con él. El escuchar durante largos períodos de tiempo el llanto incesante de su niño pequeño puede hacer que usted se enoje con él, pero el enojo realmente es la consecuencia de sentimientos de frustración e impotencia al no saber cómo apaciguar a su bebé. Una expresión directa de ira con su bebé no ayudará en nada. De la misma manera, su niño de edad preescolar no rompió a propósito el plato y su adolescente de 12 años no dejó olvidada deliberadamente su chaqueta en la escuela. La mayor parte de su enojo es consigo mismo por no poder controlar la situación.
No todas las instancias de enojo se consideran perjudiciales si se utilizan de una manera constructiva para cambiar aquellas cosas que no le gustan. Con los niños de edad preescolar y mayores, se puede hablar después, disculparse el uno con el otro y reconocer que en la vida siempre habrá desacuerdos. Posiblemente existan mejores formas de arreglar las cosas; asimismo, si posteriormente reflexiona puede ver un poco de humor en una discusión. Inicie en su familia la costumbre de discutir siempre las cosas cuando haya pasado el calor del momento.
Si usted ya ha dejado de enfocar el problema inmediato, quiere decir que la ira se ha apoderado de la situación. Deje por fuera los demás problemas, los conflictos anteriores con su hijo y el estrés que se ha acumulado durante el día para concentrarse exclusivamente en la situación del momento. Apenas sienta que su enojo es inapropiado o que ya no es productivo, debe retirarse. Posiblemente resulte mejor ir a otra habitación para calmarse o recurrir a sus redes de contactos y así tener un poco de tiempo para estar a solas.
Días feriados
Para muchas familias, la alegría de los días feriados se combina con las tensiones producidas por los planes de visitar a los parientes, los cambios en las rutinas familiares, el ajetreo del viaje, las visitas a las tiendas y los consejos no solicitados. Puede ser difícil conservar el espíritu de la época cuando uno tiene que adaptarse a tantos cambios. Después de la emoción inicial, por lo general empieza a sentirse el estrés. No importa cuánto se esfuerce o cuántos planes haya hecho de antemano, siempre habrá momentos sumamente frustrantes, bochornosos o totalmente imprevistos. Para reducir el estrés, he aquí algunas sugerencias que conviene tener en cuenta.
Hable de antemano con sus amigos y sus parientes para averiguar exactamente cuáles son los planes. Esto hará posible determinar cuáles arreglos o comidas especiales serán necesarios. Si piensa viajar, lleve lo esencial juntamente con algunos juguetes favoritos del niño y unos bocadillos especiales que le ayudarán a éste a aguantar el retraso en las comidas. Pida por adelantado ayuda para atender las necesidades de su hijo en un lugar fuera del hogar y, una vez que haya llegado a su destino, afloje un poco las reglas y las restricciones. En una situación temporal, es aceptable que su hijo se acueste más tarde o que se le dé un bocadillo especial. Sobre todo, conserve su sentido del humor para asegurar que las vacaciones sean divertidas.
Estrategias para hacer frente a las situaciones
•Siempre que sea posible, simplifique las cosas. Para enfrentar mejor el ajetreo de las mañanas, puede sacar la ropa para el día siguiente, preparar los almuerzos y encontrar los zapatos desde la noche anterior.
•Prepárese para ser flexible. No puede prepararse para todas las eventualidades, y siempre habrá conflictos a lo largo del camino. Si su hijo insiste en ponerse la camisa a cuadros con el pantalón corto a rayas, evite una discusión y olvídese del asunto. Pregúntese si, de aquí a una semana, realmente tendrá alguna importancia.
•Recuerde que todos los niños pasan por edades y etapas. Antes de enojarse, recuerde que seguramente encontrará patrones de conducta típicos a medida que su hijo se desarrolla.
•Hable con el responsable de cuidar a su niño e infórmele cuando se sienta abatido por el estrés o el enojo. Posiblemente él le pueda ofrecer sugerencias que le ayuden a reducir a un mínimo sus frustraciones.
•Tan pronto como llegue a la conclusión de que su enojo no es productivo, aléjese y recurra a otros en busca de apoyo.
•Trate de usar el humor como táctica para lograr el cumplimiento. Por ejemplo, puede proponerle a un hijo que siempre se retrasa por las mañanas una apuesta para ver quién se alista primero y sale puntualmente por la puerta.
"La ira es un sentimiento normal; no es ni buena ni mala. Lo que puede ser 'buena' o 'mala' - beneficiosa o perjudicial a uno mismo o a sus hijos - es la forma en que se expresa la ira"
A veces la acumulación de estrés puede hacer que uno pierda los estribos. Y con demasiada frecuencia son los niños los que reciben las consecuencias de los arrebatos de ira. Para algunas familias, se trata de un incidente aislado después del cual todos recuperan su compostura y continúan con sus actividades diarias. Para otras, las explosiones de ira se hacen cada vez más frecuentes, pudiendo crear comportamientos problemáticos en los niños.
Una vez que se ha encolerizado con su hijo, fácilmente puede volverlo a hacer. Cuanto más aprenda sobre el estrés y las diferentes formas de manejar su enojo, tanto más preparado estará para reaccionar de una manera más constructiva.
La rutina diaria
En muchas familias, hasta los ritos y las rutinas diarias crean grandes tensiones. Con frecuencia las áreas de conflicto se centran alrededor de los quehaceres domésticos, las tareas escolares, las comidas, las relaciones entre hermanos, y la hora de acostarse. Un buen punto de partida consiste en decidir cuáles comportamientos resultan más difíciles para usted y luego hacer una lista de reglas, con consecuencias apropiadas, para abordar esos comportamientos. Asegúrese de establecer reglas claras y aplicarlas de manera uniforme.
Resulta útil redefinir aquellas cosas que sean más importantes para usted y luego priorizarlas. Por ejemplo, si para usted lo más importante es salir de la casa puntualmente por las mañanas, entonces quizás no siempre sea posible arreglar las camas. La planificación anticipada es sumamente útil y con frecuencia le puede ayudar a transformar las tareas rutinarias en tiempo más productivo. Por ejemplo, el elegir con su hijo desde la noche anterior la ropa que se va a poner el día siguiente puede permitir que se rían juntos sobre ropa que no hace juego en lugar de crear un desacuerdo seguro por la mañana.
Uno tiene mayores probabilidades de perder la paciencia cuando está cansado o está sobrecargado de trabajo. Procure estar consciente de sus limitaciones y reconocer cuando empieza a sentirse abrumado. Antes de salir para su casa, tome un descanso, salga a caminar, o haga planes para un placentero evento a realizarse en el futuro. Hable con sus amigos, con su familia y con el responsable del cuidado de su hijo para informarles cómo se siente. Ellos posiblemente le ayuden a comprender sus sentimientos y apartar tiempo para atender sus propias necesidades.
Edades y etapas
El primer paso para todo padre es identificar como enojo el sentimiento que está experimentando. En algunas situaciones, una comprensión de la etapa de desarrollo de su niño puede ayudarlo a evitar enojarse con él. El escuchar durante largos períodos de tiempo el llanto incesante de su niño pequeño puede hacer que usted se enoje con él, pero el enojo realmente es la consecuencia de sentimientos de frustración e impotencia al no saber cómo apaciguar a su bebé. Una expresión directa de ira con su bebé no ayudará en nada. De la misma manera, su niño de edad preescolar no rompió a propósito el plato y su adolescente de 12 años no dejó olvidada deliberadamente su chaqueta en la escuela. La mayor parte de su enojo es consigo mismo por no poder controlar la situación.
No todas las instancias de enojo se consideran perjudiciales si se utilizan de una manera constructiva para cambiar aquellas cosas que no le gustan. Con los niños de edad preescolar y mayores, se puede hablar después, disculparse el uno con el otro y reconocer que en la vida siempre habrá desacuerdos. Posiblemente existan mejores formas de arreglar las cosas; asimismo, si posteriormente reflexiona puede ver un poco de humor en una discusión. Inicie en su familia la costumbre de discutir siempre las cosas cuando haya pasado el calor del momento.
Si usted ya ha dejado de enfocar el problema inmediato, quiere decir que la ira se ha apoderado de la situación. Deje por fuera los demás problemas, los conflictos anteriores con su hijo y el estrés que se ha acumulado durante el día para concentrarse exclusivamente en la situación del momento. Apenas sienta que su enojo es inapropiado o que ya no es productivo, debe retirarse. Posiblemente resulte mejor ir a otra habitación para calmarse o recurrir a sus redes de contactos y así tener un poco de tiempo para estar a solas.
Días feriados
Para muchas familias, la alegría de los días feriados se combina con las tensiones producidas por los planes de visitar a los parientes, los cambios en las rutinas familiares, el ajetreo del viaje, las visitas a las tiendas y los consejos no solicitados. Puede ser difícil conservar el espíritu de la época cuando uno tiene que adaptarse a tantos cambios. Después de la emoción inicial, por lo general empieza a sentirse el estrés. No importa cuánto se esfuerce o cuántos planes haya hecho de antemano, siempre habrá momentos sumamente frustrantes, bochornosos o totalmente imprevistos. Para reducir el estrés, he aquí algunas sugerencias que conviene tener en cuenta.
Hable de antemano con sus amigos y sus parientes para averiguar exactamente cuáles son los planes. Esto hará posible determinar cuáles arreglos o comidas especiales serán necesarios. Si piensa viajar, lleve lo esencial juntamente con algunos juguetes favoritos del niño y unos bocadillos especiales que le ayudarán a éste a aguantar el retraso en las comidas. Pida por adelantado ayuda para atender las necesidades de su hijo en un lugar fuera del hogar y, una vez que haya llegado a su destino, afloje un poco las reglas y las restricciones. En una situación temporal, es aceptable que su hijo se acueste más tarde o que se le dé un bocadillo especial. Sobre todo, conserve su sentido del humor para asegurar que las vacaciones sean divertidas.
Estrategias para hacer frente a las situaciones
•Siempre que sea posible, simplifique las cosas. Para enfrentar mejor el ajetreo de las mañanas, puede sacar la ropa para el día siguiente, preparar los almuerzos y encontrar los zapatos desde la noche anterior.
•Prepárese para ser flexible. No puede prepararse para todas las eventualidades, y siempre habrá conflictos a lo largo del camino. Si su hijo insiste en ponerse la camisa a cuadros con el pantalón corto a rayas, evite una discusión y olvídese del asunto. Pregúntese si, de aquí a una semana, realmente tendrá alguna importancia.
•Recuerde que todos los niños pasan por edades y etapas. Antes de enojarse, recuerde que seguramente encontrará patrones de conducta típicos a medida que su hijo se desarrolla.
•Hable con el responsable de cuidar a su niño e infórmele cuando se sienta abatido por el estrés o el enojo. Posiblemente él le pueda ofrecer sugerencias que le ayuden a reducir a un mínimo sus frustraciones.
•Tan pronto como llegue a la conclusión de que su enojo no es productivo, aléjese y recurra a otros en busca de apoyo.
•Trate de usar el humor como táctica para lograr el cumplimiento. Por ejemplo, puede proponerle a un hijo que siempre se retrasa por las mañanas una apuesta para ver quién se alista primero y sale puntualmente por la puerta.
"La ira es un sentimiento normal; no es ni buena ni mala. Lo que puede ser 'buena' o 'mala' - beneficiosa o perjudicial a uno mismo o a sus hijos - es la forma en que se expresa la ira"
Qué Hacer Para Que a Su Hijo le Guste Leer
Número 8
Alimentar el amor por la lectura
Alimentar el amor por la lectura y la escritura es un papel que los padres pueden desempeñar en la vida de sus hijos. El éxito en la escuela y más tarde en su carrera dependerá de tener buenas aptitudes para leer y escribir. Hoy en día, oímos hablar constantemente sobre la importancia de la alfabetización.
¿Qué significa alfabetización? Es la habilidad para leer y escribir.
Ayude a su hijo a aprender a amar la lectura. La clave es empezar temprano. Léale en voz alta a su hijo regularmente. Las investigaciones demuestran que leer juntos apenas 30 minutos diarios aumenta la habilidad de su hijo para leer. Ayude a su hijo a entender que los libros pueden ser amigos para toda la vida.
Otra actividad importante para promover la alfabetización es usar la biblioteca. Pida una tarjeta de la biblioteca para cada niño y vaya a menudo a escoger libros nuevos. Consulte con el bibliotecario acerca de los libros más apropiados. Tómese el tiempo necesario para examinar sus actividades diarias y ayudar a su hijo a ver la relación de ellas con la lectura y la escritura. Cocinar, leer las etiquetas de los alimentos, inventar juegos con las palabras y escribir cuentos también puede ser útil.
Para los niños que no leen mucho, tal vez les tomará algún tiempo acostumbrarse a leer en voz alta, y más tarde, a leer para sí mismos. Hay que darles el tiempo que merecen. Es posible que usted se canse de leer las mismas historias una y otra vez, pero esa repetición es lo importante para su niño.
Los niños ven que los adultos que los rodean escriben y leen mensajes, notas, artículos o libros. Esto a menudo hace que quieran expresar sus ideas en voz alta, para que usted pueda escribirlas. Cuando están en los años del preescolar o un poco mayores, los niños empiezan a escribir, usando su propia ortografía inventada o lo que les parece que es correcto. Entienden que la escritura les ayuda a compartir información y experiencias importantes. Para los niños es menos importante escribir la palabra correctamente que disfrutar la experiencia. La ortografía correcta llegará un poco más tarde.
El reto de America Reads (América lee)
El analfabetismo generalizado entre niños y adultos es una de las situaciones más preocupantes que se plantean a nuestras comunidades actualmente. Sin las aptitudes básicas para leer y escribir a la gente le espera un futuro difícil con oportunidades limitadas.
En 1996, el Presidente Clinton inició un programa nacional llamado America Reads (América lee), cuya meta es asegurar que todos los niños de los Estados Unidos sepan leer al terminar el tercer grado. El programa estipula la movilización de un millón de instructores de lectura en todo el país para ayudar en este esfuerzo, donde participan voluntarios y estudiantes universitarios.
El Departamento de Educación distribuye muchas publicaciones que presentan actividades para lectura y escritura, consejos para empezar un programa destinado a la enseñaza de la lectura, un directorio de organizaciones que trabajan en alfabetización y otros materiales. Puede llamar al 1-800-USA-LEARN o visitar el sitio en la web: http://www.ed.gov
Más allá de los años de la niñez temprana
Una vez que el niño ya sabe leer y escribir independientemente, es común que muchos adultos decidan dejar al niño solo. Sin embargo, las actividades compartidas de lectura y escritura pueden continuar toda la vida. La lectura es una maravillosa actividad social: una oportunidad para compartir y recomendar materiales de lectura, y sostener conversaciones para ampliar los intereses, los conocimientos y las opiniones. Siga leyendo en voz alta con su hijo durante los años de la escuela primaria.
Algunas comunidades han creado festivales de autores (Authorfests) o Jornadas de lectura durante los cuales algunos autores o ilustradores dan talleres a los niños, a los padres y a otros invitados. Entre las actividades puede haber lecturas en voz alta, sketchs, conversaciones, narración de cuentos, decorados, personificación de autores y otros.
Los grupos llamados Pen Pals (amigos por carta) y los clubes de lectores son otras formas para que los niños más grandes disfruten la lectura. Puede crear un club de lectores en la biblioteca o escuela de su localidad; allí los niños pueden reunirse para hablar sobre un libro que se ha seleccionado con anterioridad y leer para la reunión del club. Estos clubes les dan a los niños otra visión en el mundo de los libros y una oportunidad de compartir opiniones con los amigos.
Actividades que usted y su hijo pueden realizar juntos
He aquí algunas actividades sencillas de lectura y escritura para hacer junto con sus hijos, ya sea en casa o en la escuela.
En casa:
•leer la correspondencia y dejarles a los niños lo que no necesite
•hojear juntos algunos catálogos
•mantener un calendario familiar con mensajes y recordatorios
•mandar tarjetas para los cumpleaños y otras ocasiones especiales con notas personales
•crear una biblioteca familiar con revistas, periódicos y libros
•reservar un espacio en la mesa de la cocina para dibujar y escribir
•pedir a su hijo que cuente una historia mientras usted la escribe
•leer libros con su hijo
En el automóvil:
•leer los anuncios de las calles y las tiendas
•jugar a buscar palabras que rimen ("¿qué rima con lata?") o inventar juegos con palabras (¿cuántas frutas puedes nombrar?)
•cantar canciones e inventar poemas
En la tienda:
•escribir listas de compras y recortar cupones
•conversar sobre recetas e ingredientes
•leer las etiquetas de los alimentos y los envases (a los niños les encantan las cajas de cereales)
•leer las palabras en las tortas de cumpleaños
Otros lugares:
•ir a la biblioteca, a ventas de objetos usados y a bazares benéficos en las escuelas, para comprar libros baratos
•leer los nombres y los números en las camisetas de los atletas
•pedir tarjetas de la biblioteca para toda la familia y visitarla regularmente.
Materiales de lectura y escritura
Puede animar a su hijo a que incluya la lectura y la escritura en sus actividades al darle un lugar especial para ello. Puede colocar una mesa o escritorio para niños y una estantería, baja y abierta, pero también puede servir un sitio especial en la mesa de la cocina. Un tablero para exhibir el trabajo terminado también es una buena idea. A continuación se indican algunos materiales que se recomienda tener a mano:
•tableros magnéticos con las letras del alfabeto y los números
•juegos para hacer poesías con palabras magnéticas
•pizarrones y tiza
•baldosas con el alfabeto y los números
•rompecabezas
•sellos y almohadillas de tinta
•carpetas de pinza y carpetas para archivar
•sobres y papel (distintos tamaños y colores, con y sin rayas)
•volantes publicitarios, catálogos, revistas, cupones
•bolsa o buzón de correos (utilice un bolso viejo o una caja de zapatos)
•lápices (corrientes y de colores) y plumas
•creyones y marcadores (no tóxicos, gruesos y finos)
•pinturas y pinceles
•pizarras mágicas
•materiales para encuadernar (engrapadora, perforadora, hilo de lana, tijeras)
•libros en blanco
¿Qué se debe buscar en un programa de cuidado de niños?
Los programas de cuidado de niños que son fuertes en actividades de alfabetización preparan a los niños para que tengan acceso fácil a una amplia variedad de materiales impresos y de juguetes tales como rompecabezas, legos y bloques. Los maestros pueden crear un ambiente cálido con muchas formas de interesar a los niños en la exploración de la lectura y la escritura. La lista que se da a continuación puede servirle para saber qué debe observar cuando está visitando un salón de clases o un programa de cuidado de niños:
•una amplia selección de libros para todas las edades
•libros en exhibición y al alcance de los niños todo el tiempo
•etiquetas en los recipientes y estantes utilizados en todo el salón de clases
•las ideas y los cuentos de los niños se reproducen y se exhiben
•los niños leen varias veces al día
•pizarras y caballetes
•un centro de escritura con una variedad de papel, marcadores, lápices de colores, sellos, tijeras, etc.
•baldosas con letras, bloques y rompecabezas con el alfabeto, letras magnéticas
•los maestros responden a las solicitudes de los niños de que lean en voz alta y repitan alguna lectura
•los cuentos se amplían por medio de dramatizaciones, música, arte
•los maestros aportan información, preguntas, diálogos
Como prevenir las dificultades para leer
La mayoría de las dificultades para leer pueden evitarse, pero algunos niños no harán progresos satisfactorios en lectura y escritura. Las causas de los problemas para leer y escribir son muchas y muy variadas.
Una de las mejores formas de ayudar a un niño es aprovechar lo que ya sabe y lo que puede hacer. Los padres y los maestros pueden aumentar la autoestima de un niño y alentarlo en sus esfuerzos individuales. Los niños aprenden que es aceptable experimentar, hacer pausas, dudar, cometer errores y utilizar la repetición.
Recursos para padres y maestros
•Edwards, Sharon A. and Maloy, Robert W. Kids Have All The Write Stuff. New York: Penguin Books, 1992.
•Fisher, Bobbi. Thinking And Learning Together. Portsmouth, NH: Heinemann, 1995.
•Nicoll, Vivienne and Wilkie, Lyn. Literacy at Home and School. Primary English Teaching Association, 1991.
•Trelease, Jim. The New Read-Aloud Handbook. New York: Penguin Books, 1989.
Recursos en Internet
Las computadoras ofrecen a los niños otra manera de vincularse con el mundo escrito. Internet brinda recursos donde los niños pueden encontrar sus libros y autores favoritos, clubes de escritura, lugares para publicar y otros recursos. Consulte los siguientes sitios:
•Seussville - www.randomhouse.com/seussville
•The Children’s Literature Web Guide - www.acs.ucalgary.ca/~dkbrown
•The Read In! - www.readin.org
•The Young Writers Club - www.cs.bilkent.edu.tr/~david/derya/ywc.html
•YEAH - Young Eloquent Authors’ Haven - home.pacific.net.sg/~lambert/yeah2.htm
•The Quill Society - www.quill.net
•Midlink - longwood.cs.ucf.edu/~MidLink
•CyberKids - www.cyberkids.com
•Inkspot for Young Writers - www.inkspot.com/young
Número 8
Alimentar el amor por la lectura
Alimentar el amor por la lectura y la escritura es un papel que los padres pueden desempeñar en la vida de sus hijos. El éxito en la escuela y más tarde en su carrera dependerá de tener buenas aptitudes para leer y escribir. Hoy en día, oímos hablar constantemente sobre la importancia de la alfabetización.
¿Qué significa alfabetización? Es la habilidad para leer y escribir.
Ayude a su hijo a aprender a amar la lectura. La clave es empezar temprano. Léale en voz alta a su hijo regularmente. Las investigaciones demuestran que leer juntos apenas 30 minutos diarios aumenta la habilidad de su hijo para leer. Ayude a su hijo a entender que los libros pueden ser amigos para toda la vida.
Otra actividad importante para promover la alfabetización es usar la biblioteca. Pida una tarjeta de la biblioteca para cada niño y vaya a menudo a escoger libros nuevos. Consulte con el bibliotecario acerca de los libros más apropiados. Tómese el tiempo necesario para examinar sus actividades diarias y ayudar a su hijo a ver la relación de ellas con la lectura y la escritura. Cocinar, leer las etiquetas de los alimentos, inventar juegos con las palabras y escribir cuentos también puede ser útil.
Para los niños que no leen mucho, tal vez les tomará algún tiempo acostumbrarse a leer en voz alta, y más tarde, a leer para sí mismos. Hay que darles el tiempo que merecen. Es posible que usted se canse de leer las mismas historias una y otra vez, pero esa repetición es lo importante para su niño.
Los niños ven que los adultos que los rodean escriben y leen mensajes, notas, artículos o libros. Esto a menudo hace que quieran expresar sus ideas en voz alta, para que usted pueda escribirlas. Cuando están en los años del preescolar o un poco mayores, los niños empiezan a escribir, usando su propia ortografía inventada o lo que les parece que es correcto. Entienden que la escritura les ayuda a compartir información y experiencias importantes. Para los niños es menos importante escribir la palabra correctamente que disfrutar la experiencia. La ortografía correcta llegará un poco más tarde.
El reto de America Reads (América lee)
El analfabetismo generalizado entre niños y adultos es una de las situaciones más preocupantes que se plantean a nuestras comunidades actualmente. Sin las aptitudes básicas para leer y escribir a la gente le espera un futuro difícil con oportunidades limitadas.
En 1996, el Presidente Clinton inició un programa nacional llamado America Reads (América lee), cuya meta es asegurar que todos los niños de los Estados Unidos sepan leer al terminar el tercer grado. El programa estipula la movilización de un millón de instructores de lectura en todo el país para ayudar en este esfuerzo, donde participan voluntarios y estudiantes universitarios.
El Departamento de Educación distribuye muchas publicaciones que presentan actividades para lectura y escritura, consejos para empezar un programa destinado a la enseñaza de la lectura, un directorio de organizaciones que trabajan en alfabetización y otros materiales. Puede llamar al 1-800-USA-LEARN o visitar el sitio en la web: http://www.ed.gov
Más allá de los años de la niñez temprana
Una vez que el niño ya sabe leer y escribir independientemente, es común que muchos adultos decidan dejar al niño solo. Sin embargo, las actividades compartidas de lectura y escritura pueden continuar toda la vida. La lectura es una maravillosa actividad social: una oportunidad para compartir y recomendar materiales de lectura, y sostener conversaciones para ampliar los intereses, los conocimientos y las opiniones. Siga leyendo en voz alta con su hijo durante los años de la escuela primaria.
Algunas comunidades han creado festivales de autores (Authorfests) o Jornadas de lectura durante los cuales algunos autores o ilustradores dan talleres a los niños, a los padres y a otros invitados. Entre las actividades puede haber lecturas en voz alta, sketchs, conversaciones, narración de cuentos, decorados, personificación de autores y otros.
Los grupos llamados Pen Pals (amigos por carta) y los clubes de lectores son otras formas para que los niños más grandes disfruten la lectura. Puede crear un club de lectores en la biblioteca o escuela de su localidad; allí los niños pueden reunirse para hablar sobre un libro que se ha seleccionado con anterioridad y leer para la reunión del club. Estos clubes les dan a los niños otra visión en el mundo de los libros y una oportunidad de compartir opiniones con los amigos.
Actividades que usted y su hijo pueden realizar juntos
He aquí algunas actividades sencillas de lectura y escritura para hacer junto con sus hijos, ya sea en casa o en la escuela.
En casa:
•leer la correspondencia y dejarles a los niños lo que no necesite
•hojear juntos algunos catálogos
•mantener un calendario familiar con mensajes y recordatorios
•mandar tarjetas para los cumpleaños y otras ocasiones especiales con notas personales
•crear una biblioteca familiar con revistas, periódicos y libros
•reservar un espacio en la mesa de la cocina para dibujar y escribir
•pedir a su hijo que cuente una historia mientras usted la escribe
•leer libros con su hijo
En el automóvil:
•leer los anuncios de las calles y las tiendas
•jugar a buscar palabras que rimen ("¿qué rima con lata?") o inventar juegos con palabras (¿cuántas frutas puedes nombrar?)
•cantar canciones e inventar poemas
En la tienda:
•escribir listas de compras y recortar cupones
•conversar sobre recetas e ingredientes
•leer las etiquetas de los alimentos y los envases (a los niños les encantan las cajas de cereales)
•leer las palabras en las tortas de cumpleaños
Otros lugares:
•ir a la biblioteca, a ventas de objetos usados y a bazares benéficos en las escuelas, para comprar libros baratos
•leer los nombres y los números en las camisetas de los atletas
•pedir tarjetas de la biblioteca para toda la familia y visitarla regularmente.
Materiales de lectura y escritura
Puede animar a su hijo a que incluya la lectura y la escritura en sus actividades al darle un lugar especial para ello. Puede colocar una mesa o escritorio para niños y una estantería, baja y abierta, pero también puede servir un sitio especial en la mesa de la cocina. Un tablero para exhibir el trabajo terminado también es una buena idea. A continuación se indican algunos materiales que se recomienda tener a mano:
•tableros magnéticos con las letras del alfabeto y los números
•juegos para hacer poesías con palabras magnéticas
•pizarrones y tiza
•baldosas con el alfabeto y los números
•rompecabezas
•sellos y almohadillas de tinta
•carpetas de pinza y carpetas para archivar
•sobres y papel (distintos tamaños y colores, con y sin rayas)
•volantes publicitarios, catálogos, revistas, cupones
•bolsa o buzón de correos (utilice un bolso viejo o una caja de zapatos)
•lápices (corrientes y de colores) y plumas
•creyones y marcadores (no tóxicos, gruesos y finos)
•pinturas y pinceles
•pizarras mágicas
•materiales para encuadernar (engrapadora, perforadora, hilo de lana, tijeras)
•libros en blanco
¿Qué se debe buscar en un programa de cuidado de niños?
Los programas de cuidado de niños que son fuertes en actividades de alfabetización preparan a los niños para que tengan acceso fácil a una amplia variedad de materiales impresos y de juguetes tales como rompecabezas, legos y bloques. Los maestros pueden crear un ambiente cálido con muchas formas de interesar a los niños en la exploración de la lectura y la escritura. La lista que se da a continuación puede servirle para saber qué debe observar cuando está visitando un salón de clases o un programa de cuidado de niños:
•una amplia selección de libros para todas las edades
•libros en exhibición y al alcance de los niños todo el tiempo
•etiquetas en los recipientes y estantes utilizados en todo el salón de clases
•las ideas y los cuentos de los niños se reproducen y se exhiben
•los niños leen varias veces al día
•pizarras y caballetes
•un centro de escritura con una variedad de papel, marcadores, lápices de colores, sellos, tijeras, etc.
•baldosas con letras, bloques y rompecabezas con el alfabeto, letras magnéticas
•los maestros responden a las solicitudes de los niños de que lean en voz alta y repitan alguna lectura
•los cuentos se amplían por medio de dramatizaciones, música, arte
•los maestros aportan información, preguntas, diálogos
Como prevenir las dificultades para leer
La mayoría de las dificultades para leer pueden evitarse, pero algunos niños no harán progresos satisfactorios en lectura y escritura. Las causas de los problemas para leer y escribir son muchas y muy variadas.
Una de las mejores formas de ayudar a un niño es aprovechar lo que ya sabe y lo que puede hacer. Los padres y los maestros pueden aumentar la autoestima de un niño y alentarlo en sus esfuerzos individuales. Los niños aprenden que es aceptable experimentar, hacer pausas, dudar, cometer errores y utilizar la repetición.
Recursos para padres y maestros
•Edwards, Sharon A. and Maloy, Robert W. Kids Have All The Write Stuff. New York: Penguin Books, 1992.
•Fisher, Bobbi. Thinking And Learning Together. Portsmouth, NH: Heinemann, 1995.
•Nicoll, Vivienne and Wilkie, Lyn. Literacy at Home and School. Primary English Teaching Association, 1991.
•Trelease, Jim. The New Read-Aloud Handbook. New York: Penguin Books, 1989.
Recursos en Internet
Las computadoras ofrecen a los niños otra manera de vincularse con el mundo escrito. Internet brinda recursos donde los niños pueden encontrar sus libros y autores favoritos, clubes de escritura, lugares para publicar y otros recursos. Consulte los siguientes sitios:
•Seussville - www.randomhouse.com/seussville
•The Children’s Literature Web Guide - www.acs.ucalgary.ca/~dkbrown
•The Read In! - www.readin.org
•The Young Writers Club - www.cs.bilkent.edu.tr/~david/derya/ywc.html
•YEAH - Young Eloquent Authors’ Haven - home.pacific.net.sg/~lambert/yeah2.htm
•The Quill Society - www.quill.net
•Midlink - longwood.cs.ucf.edu/~MidLink
•CyberKids - www.cyberkids.com
•Inkspot for Young Writers - www.inkspot.com/young
Todos los padres se preguntan a veces si el comportamiento de su hijo es normal. Los niños de todas las edades exhiben comportamientos bochornosos o frustrantes: gimoteo, berrinches, pláticas sobre temas "tabú", malas palabras, o una tendencia a ser mandón con los compañeritos. Estos comportamientos ponen a prueba su paciencia y pueden hacer que pierda la cabeza. Aunque quiere mucho a su hijo, sus acciones le pueden hacerse sentir incómodo y susceptible a las críticas de otros.
Los padres se preguntan: "¿Por qué está haciendo esto?", "¿Perderá esta costumbre con la edad?", "¿Qué debo hacer?" Para cada comportamiento problemático, los padres luchan por saber cuáles comportamientos son normales, cuáles son aceptables, y cómo enfrentarlos. A veces es difícil distinguir entre el comportamiento inaceptable y el desarrollo normal.
¿Es normal este comportamiento?
Es difícil saber qué comportamiento es "normal" sin considerar no sólo el contexto o la intensidad sino también el comportamiento mismo. Los comportamientos pueden tornarse "anormales" si se prolongan por largo tiempo, si ocurren en un momento o un lugar inapropiado, o si sobrepasan de límites aceptables. Aquellos comportamientos que interfieren con las rutinas diarias también pueden clasificarse como anormales. Claramente, es importante identificar y cambiar estos comportamientos desde una etapa temprana.
Los padres con frecuencia recurren el uno al otro en busca de apoyo cuando el comportamiento de su hijo les abruma. Es importante buscar apoyo y expresar sus inquietudes. Esto le ayuda a concentrarse en el comportamiento y no en su propia incomodidad.
Las edades listadas a continuación constituyen pautas aproximadas. Los comportamientos listados ocurren más frecuentemente, pero no siempre, a estas edades. Los comportamientos pueden volver a aparecer en cualquier momento, particularmente en tiempos de estrés.
Desarrollo normal Cuándo consultar con otros
Berrinches (de 18 meses - 4 años) cuando los berrinches continúan más allá de la etapa preescolar; cuando aumentan en frecuencia o se trata de un comportamiento arriesgado
Uso de malas palabras o pláticas sobre temas "tabú" (de 3 años - adolescencia) cuando no responde a límites
Exclusión de otros o ser objeto de exclusión (de 4-12 años) cuando se trata de un comportamiento arriesgado; cuando la exclusión está basada en perjuicios
Tendencia a ser mandón o peleón (de 4-9 años) cuando no muestra ninguna empatía; cuando lastima a otros sin motivo; cuando se trata de un comportamiento arriesgado
Incapacidad de compartir (de 1-4 años) cuando no está limitado a artículos específicos; cuando no presenta ninguna mejora en el centro preescolar
Hiperactividad (de 2 años - adulto) cuando impide que el niño participe en actividades (como dormir, leer, actividades realizadas en grupo)
Deshonestidad o robo (de 4-10 años) cuando persiste por más de unos pocos meses; cuando recurre al comportamiento para ser el centro de atención
Melindroso para comer (de 2 años - adolescencia) cuando prefiere sólo alimentos no nutritivos; cuando el pediatra se preocupa; cuando posiblemente se trate de un desorden relacionado con la alimentación
Cómo comprender esos comportamientos bochornosos
A veces parece que los niños se resisten a todos y cada uno de los límites que uno fija. La resistencia y su reacción a ella ayudan a los niños a conocer los límites y las reglas para llevarse bien con los demás.
"¡Mira ese hombre en la silla de ruedas!" gritó Jimmy a su madre en la tienda.
Brian y Chris se reían mientras hacían ruidos groseros con las bocas y las manos mientras esperaban el comienzo de la película.
"¡Lo quiero, lo quiee-ro!" gritó Jennifer en el pasillo de los juguetes.
Los niños pueden comportarse de una manera inapropiada para obtener algo que quieren o para evitar hacer algo que no quieren hacer. A veces se comportan mal porque lo hacen sus amigos. Otras veces sencillamente están tratando de satisfacer su curiosidad. Sin embargo, la razón más común del mal comportamiento es sencillamente el deseo de ser el centro de atención.
A la mayoría de los niños les encanta tener un público. Cuando se encuentran en lugares públicos como tiendas o restaurantes, tienen la percepción de que usted puede ceder a sus deseos a fin de evitar un pleito. Algunos niños creen que si arman un escándalo, obtendrán lo que quieren o que la vergüenza que usted pueda sentir les permitirá conducirse de una manera inaceptable sin peligro de castigo.
¿Por qué los niños se portan mal?
•para ser el centro de atención,
•para satisfacer su curiosidad,
•para obtener algo que quieren,
•para evitar tener que hacer algo: trabajos en la casa, limpieza o tareas escolares,
•porque lo hacen sus amigos.
Comparación de los comportamientos
Algunos padres encuentran que ciertos comportamientos son tolerables o incluso adorables en la casa pero inquietantes cundo son observados por personas ajenas. Otros padres luchan con el temor de que su hijo simplemente "no se ajuste al molde". Y otros sienten la necesidad de tomar medidas disciplinarias respecto a comportamientos que son inaceptables o arriesgados. Todos los padres se preguntan cómo sus familiares, sus amigos y los profesionales juzgan sus acciones y las de su hijo.
Puede consolarse por el hecho de que todos los niños se portan mal algunas veces. Los niños actúan de diferentes maneras y los padres luchan para decidir sobre la mejor forma de reaccionar. Aunque usted no puede adivinar cuándo se presentará un comportamiento negativo, la forma en que reaccione afectará la duración del comportamiento.
La mayoría de los niños pelean o hacen trampas, asumen una actitud de timidez o se vuelven respondones en algún momento dado. Con la mayoría de los niños, tal conducta desaparece con la edad sin que usted tenga que hacer mucho esfuerzo.
Como reaccionar ante su hijo
Aunque cada niño y cada situación son diferentes, existen algunos lineamientos básicos que permiten abordar los comportamientos preocupantes. Primero, asegúrese de mantener fuera de peligro a su hijo y a los demás. Manténgase cerca de él para ayudarlo a controlar su comportamiento o establecer límites.
Puede ser una táctica eficaz hacer caso omiso de ciertos comportamientos, tales como el gimoteo o las pláticas sobre temas "tabú", la primera vez que ocurran. Posteriormente, puede discutir el comportamiento con su hijo. "Esas palabras pueden herir los sentimientos de las personas, y en nuestra familia no las usamos".
Con otros comportamientos, puede resultar más eficaz la táctica de la "redirección". "Sé que estás enojado pero no puedo dejar que golpees el televisor. Pero puedes golpear este almohadón todo lo que quieras". La redirección ayuda a crear una solución para los dos.
De la misma manera, es mejor poner fin a ciertos comportamientos antes de que se descontrole la situación. Cuando vea que su hijo de 10 años está a punto de reventar porque ha sido objeto de burlas y excluido de las actividades, intervenga para aliviar la presión. Ofrezca una actividad alternativa a todos los niños. "¿Por qué no jugamos todos ahora Captar la Bandera?"
Ayude a su hijo a encarar las consecuencias de sus acciones. Esto puede ser incómodo para él, pero es importante que usted le dé orientación muy clara y le ofrezca la oportunidad de componer la situación. "Kevin, necesitamos llevar estos caramelos de regreso a la tienda y explicar al empleado que tú no los pagaste". Explique claramente a su hijo que el acto de robar los caramelos fue inaceptable y que debe encarar las consecuencias.
Estrategias para enfrentarse con las situaciones
•No existe una sola forma 'correcta' o fórmula mágica para asegurar el éxito.
•Sea paciente y no se dé por vencido cuando la situación se vuelva difícil.
•No pierda el sentido del humor.
•No se preocupe de que otras personas presentes crean que usted es un mal padre. Todos los padres han experimentado esa situación por lo menos una vez en su vida.
•Apoye a su hijo, pero sea firme respecto a sus expectativas con relación a su comportamiento. Si la situación se torna imposible, saque a su hijo del lugar, mantenga la calma y luego hable sobre lo sucedido.
•Hable con maestros, consejeros, médicos y otros padres para obtener apoyo, consejos y sugerencias.
•Dele a su hijo una amonestación y ofrézcale alternativas para su comportamiento negativo.
Los padres se preguntan: "¿Por qué está haciendo esto?", "¿Perderá esta costumbre con la edad?", "¿Qué debo hacer?" Para cada comportamiento problemático, los padres luchan por saber cuáles comportamientos son normales, cuáles son aceptables, y cómo enfrentarlos. A veces es difícil distinguir entre el comportamiento inaceptable y el desarrollo normal.
¿Es normal este comportamiento?
Es difícil saber qué comportamiento es "normal" sin considerar no sólo el contexto o la intensidad sino también el comportamiento mismo. Los comportamientos pueden tornarse "anormales" si se prolongan por largo tiempo, si ocurren en un momento o un lugar inapropiado, o si sobrepasan de límites aceptables. Aquellos comportamientos que interfieren con las rutinas diarias también pueden clasificarse como anormales. Claramente, es importante identificar y cambiar estos comportamientos desde una etapa temprana.
Los padres con frecuencia recurren el uno al otro en busca de apoyo cuando el comportamiento de su hijo les abruma. Es importante buscar apoyo y expresar sus inquietudes. Esto le ayuda a concentrarse en el comportamiento y no en su propia incomodidad.
Las edades listadas a continuación constituyen pautas aproximadas. Los comportamientos listados ocurren más frecuentemente, pero no siempre, a estas edades. Los comportamientos pueden volver a aparecer en cualquier momento, particularmente en tiempos de estrés.
Desarrollo normal Cuándo consultar con otros
Berrinches (de 18 meses - 4 años) cuando los berrinches continúan más allá de la etapa preescolar; cuando aumentan en frecuencia o se trata de un comportamiento arriesgado
Uso de malas palabras o pláticas sobre temas "tabú" (de 3 años - adolescencia) cuando no responde a límites
Exclusión de otros o ser objeto de exclusión (de 4-12 años) cuando se trata de un comportamiento arriesgado; cuando la exclusión está basada en perjuicios
Tendencia a ser mandón o peleón (de 4-9 años) cuando no muestra ninguna empatía; cuando lastima a otros sin motivo; cuando se trata de un comportamiento arriesgado
Incapacidad de compartir (de 1-4 años) cuando no está limitado a artículos específicos; cuando no presenta ninguna mejora en el centro preescolar
Hiperactividad (de 2 años - adulto) cuando impide que el niño participe en actividades (como dormir, leer, actividades realizadas en grupo)
Deshonestidad o robo (de 4-10 años) cuando persiste por más de unos pocos meses; cuando recurre al comportamiento para ser el centro de atención
Melindroso para comer (de 2 años - adolescencia) cuando prefiere sólo alimentos no nutritivos; cuando el pediatra se preocupa; cuando posiblemente se trate de un desorden relacionado con la alimentación
Cómo comprender esos comportamientos bochornosos
A veces parece que los niños se resisten a todos y cada uno de los límites que uno fija. La resistencia y su reacción a ella ayudan a los niños a conocer los límites y las reglas para llevarse bien con los demás.
"¡Mira ese hombre en la silla de ruedas!" gritó Jimmy a su madre en la tienda.
Brian y Chris se reían mientras hacían ruidos groseros con las bocas y las manos mientras esperaban el comienzo de la película.
"¡Lo quiero, lo quiee-ro!" gritó Jennifer en el pasillo de los juguetes.
Los niños pueden comportarse de una manera inapropiada para obtener algo que quieren o para evitar hacer algo que no quieren hacer. A veces se comportan mal porque lo hacen sus amigos. Otras veces sencillamente están tratando de satisfacer su curiosidad. Sin embargo, la razón más común del mal comportamiento es sencillamente el deseo de ser el centro de atención.
A la mayoría de los niños les encanta tener un público. Cuando se encuentran en lugares públicos como tiendas o restaurantes, tienen la percepción de que usted puede ceder a sus deseos a fin de evitar un pleito. Algunos niños creen que si arman un escándalo, obtendrán lo que quieren o que la vergüenza que usted pueda sentir les permitirá conducirse de una manera inaceptable sin peligro de castigo.
¿Por qué los niños se portan mal?
•para ser el centro de atención,
•para satisfacer su curiosidad,
•para obtener algo que quieren,
•para evitar tener que hacer algo: trabajos en la casa, limpieza o tareas escolares,
•porque lo hacen sus amigos.
Comparación de los comportamientos
Algunos padres encuentran que ciertos comportamientos son tolerables o incluso adorables en la casa pero inquietantes cundo son observados por personas ajenas. Otros padres luchan con el temor de que su hijo simplemente "no se ajuste al molde". Y otros sienten la necesidad de tomar medidas disciplinarias respecto a comportamientos que son inaceptables o arriesgados. Todos los padres se preguntan cómo sus familiares, sus amigos y los profesionales juzgan sus acciones y las de su hijo.
Puede consolarse por el hecho de que todos los niños se portan mal algunas veces. Los niños actúan de diferentes maneras y los padres luchan para decidir sobre la mejor forma de reaccionar. Aunque usted no puede adivinar cuándo se presentará un comportamiento negativo, la forma en que reaccione afectará la duración del comportamiento.
La mayoría de los niños pelean o hacen trampas, asumen una actitud de timidez o se vuelven respondones en algún momento dado. Con la mayoría de los niños, tal conducta desaparece con la edad sin que usted tenga que hacer mucho esfuerzo.
Como reaccionar ante su hijo
Aunque cada niño y cada situación son diferentes, existen algunos lineamientos básicos que permiten abordar los comportamientos preocupantes. Primero, asegúrese de mantener fuera de peligro a su hijo y a los demás. Manténgase cerca de él para ayudarlo a controlar su comportamiento o establecer límites.
Puede ser una táctica eficaz hacer caso omiso de ciertos comportamientos, tales como el gimoteo o las pláticas sobre temas "tabú", la primera vez que ocurran. Posteriormente, puede discutir el comportamiento con su hijo. "Esas palabras pueden herir los sentimientos de las personas, y en nuestra familia no las usamos".
Con otros comportamientos, puede resultar más eficaz la táctica de la "redirección". "Sé que estás enojado pero no puedo dejar que golpees el televisor. Pero puedes golpear este almohadón todo lo que quieras". La redirección ayuda a crear una solución para los dos.
De la misma manera, es mejor poner fin a ciertos comportamientos antes de que se descontrole la situación. Cuando vea que su hijo de 10 años está a punto de reventar porque ha sido objeto de burlas y excluido de las actividades, intervenga para aliviar la presión. Ofrezca una actividad alternativa a todos los niños. "¿Por qué no jugamos todos ahora Captar la Bandera?"
Ayude a su hijo a encarar las consecuencias de sus acciones. Esto puede ser incómodo para él, pero es importante que usted le dé orientación muy clara y le ofrezca la oportunidad de componer la situación. "Kevin, necesitamos llevar estos caramelos de regreso a la tienda y explicar al empleado que tú no los pagaste". Explique claramente a su hijo que el acto de robar los caramelos fue inaceptable y que debe encarar las consecuencias.
Estrategias para enfrentarse con las situaciones
•No existe una sola forma 'correcta' o fórmula mágica para asegurar el éxito.
•Sea paciente y no se dé por vencido cuando la situación se vuelva difícil.
•No pierda el sentido del humor.
•No se preocupe de que otras personas presentes crean que usted es un mal padre. Todos los padres han experimentado esa situación por lo menos una vez en su vida.
•Apoye a su hijo, pero sea firme respecto a sus expectativas con relación a su comportamiento. Si la situación se torna imposible, saque a su hijo del lugar, mantenga la calma y luego hable sobre lo sucedido.
•Hable con maestros, consejeros, médicos y otros padres para obtener apoyo, consejos y sugerencias.
•Dele a su hijo una amonestación y ofrézcale alternativas para su comportamiento negativo.
La paternidad y la maternidad no son materia de la Universidad, ni hay un manual de recetas.
Se busca ayudar a los padres a interiorizarse en su propia experiencia de paternidad, a vivenciar sus vínculos actuales, procesando sus vínculos pasados para rescatar lo positivo y no repetir lo perjudicial, que ha causado dolor y sufrimiento.
Se encara el trabajo clínico a partir de la integración del psicoanálisis con otras teorías y la dinámica del grupo multifamiliar.
Ser padre o madre no son atributos esenciales sino que se constituyen en una realidad cotidiana, en el seno de una sociedad con modos de relacionarse específicos y con los avatares de las influencias de las condiciones materiales de existencia: economía, educación, trabajo, recreación, etc.. Estos reciben influencias de la moral social predominante en la sociedad, con la cual pueden o no coincidir, pero la posición relativa a la ética familiar, tiene efectos en el modo de crianza y de encuentro o desencuentro con lo que hacen otros padres del entorno cercano.
“La Escuela” no se orienta hacia la enseñanza catedrática, aunque si se ofrece cierta información cuando es necesario, pero más bien se tiende hacia el aprendizaje y la interiorización de una experiencia como vehículo de cambio, a partir de lo conflictivo como también de lo que otros padres tienen más resuelto.
Nuestro trabajo está íntimamente relacionado con la concepción de la salud, la enfermedad mental, lo no elaborado transmitido trans-generacionalmente y la complejidad de la mente en relación con otras mentes. Como influye lo intrasubjetivo (el propio psiquismo), lo intersubjetivo (los vínculos entre las personas) y lo transubjetivo (de otras generaciones). Al mismo tiempo que lo que sucede en el “entre”, en los vínculos más significativos, va a conformar lo intrasubjetivo, el mundo interno. El modo en que han sido vivenciado los afectos, de cómo uno se ha sentido tenido en cuenta es el modo en que son internalizados los vínculos dentro de la mente articulados en un mundo interno, condicionando la manera de percibir “la realidad”.
La realidad es mucho menos objetiva de lo que creen muchas personas, se puede cambiar la realidad de acuerdo a lo que la persona genere con los otros, es decir, si alguien se siente conforme y confía en sus proyectos, genera confianza y “buena onda”, por lo que dan ganas de seguirlo o estar compartiendo con él. En cambio, cuando nos encontramos con gente resentida, llena de odio, nos alejamos. Generar que la gente se acerque o se aleje de uno, abre o cierra puertas, las puertas son la oportunidad de vivir una vida más plena, desarrollando las posibilidades internas.
Se busca ayudar a los padres a interiorizarse en su propia experiencia de paternidad, a vivenciar sus vínculos actuales, procesando sus vínculos pasados para rescatar lo positivo y no repetir lo perjudicial, que ha causado dolor y sufrimiento.
Se encara el trabajo clínico a partir de la integración del psicoanálisis con otras teorías y la dinámica del grupo multifamiliar.
Ser padre o madre no son atributos esenciales sino que se constituyen en una realidad cotidiana, en el seno de una sociedad con modos de relacionarse específicos y con los avatares de las influencias de las condiciones materiales de existencia: economía, educación, trabajo, recreación, etc.. Estos reciben influencias de la moral social predominante en la sociedad, con la cual pueden o no coincidir, pero la posición relativa a la ética familiar, tiene efectos en el modo de crianza y de encuentro o desencuentro con lo que hacen otros padres del entorno cercano.
“La Escuela” no se orienta hacia la enseñanza catedrática, aunque si se ofrece cierta información cuando es necesario, pero más bien se tiende hacia el aprendizaje y la interiorización de una experiencia como vehículo de cambio, a partir de lo conflictivo como también de lo que otros padres tienen más resuelto.
Nuestro trabajo está íntimamente relacionado con la concepción de la salud, la enfermedad mental, lo no elaborado transmitido trans-generacionalmente y la complejidad de la mente en relación con otras mentes. Como influye lo intrasubjetivo (el propio psiquismo), lo intersubjetivo (los vínculos entre las personas) y lo transubjetivo (de otras generaciones). Al mismo tiempo que lo que sucede en el “entre”, en los vínculos más significativos, va a conformar lo intrasubjetivo, el mundo interno. El modo en que han sido vivenciado los afectos, de cómo uno se ha sentido tenido en cuenta es el modo en que son internalizados los vínculos dentro de la mente articulados en un mundo interno, condicionando la manera de percibir “la realidad”.
La realidad es mucho menos objetiva de lo que creen muchas personas, se puede cambiar la realidad de acuerdo a lo que la persona genere con los otros, es decir, si alguien se siente conforme y confía en sus proyectos, genera confianza y “buena onda”, por lo que dan ganas de seguirlo o estar compartiendo con él. En cambio, cuando nos encontramos con gente resentida, llena de odio, nos alejamos. Generar que la gente se acerque o se aleje de uno, abre o cierra puertas, las puertas son la oportunidad de vivir una vida más plena, desarrollando las posibilidades internas.
La cuestión de la parentalidad está ligada a posibilitar que el hijo pueda devenir sujeto
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Puede ser que muchos padres busquen un consejo de qué hacer con los hijos. Recuerdo una mamá que contó que en un libro decía que debía dejar llorando a su bebé cinco minutos la primera vez, luego diez y así hasta que aprendiera a dormir solito.
Puede ser que le haya servido en esa circunstancia, pero ser padres con manual, habla de padres que tienen interceptada la brújula interna, la conexión entre mente y afecto, que es la única guía verdadera.
La crianza de un hijo, implica desde mi punto de vista, crear un clima y condiciones suficientemente favorables, para que pueda desarrollar su subjetividad, es decir, llegar a sentirse dueño de su vida y su futuro, pudiendo al mismo tiempo ser responsable del cuidado de si mismo.
No hay nada sentido como tan natural y sin embargo tan difícil como criar a un hijo. En nuestra cultura se le da muy poco lugar a la ternura y es uno de los ingredientes básicos de una buena relación.
Sin embargo, muchas veces se confunde la enseñanza de las reglas del buen comportamiento y la incorporación de conocimientos (educación formal) con una crianza que favorezca el desarrollo pleno de la subjetividad.y la posibilidad de sentir y expresar afecto.
Dicho de un modo más sencillo, lo importante es que se posibilite la adquisición de uno de los logros fundamentales para la existencia: el desarrollo de la propia identidad; junto con la confianza en uno mismo y el deseo propio.
Educar solo pensando en lo mental y lo correcto, arma personas compulsivas, educar pensando en la ternura estimula el deseo de querer conocer, eso estimula el estudio, promueve sentirse querido por los padres y así se genera el deseo de querer sentirse bien y por eso poder llegar a querer cuidarse a sí mismo.
Hay que entender que la vitalidad no se genera por imposición “de lo que se debe hacer”, sino por la vivencia de placer, de ternura y del compartir. Estos elementos permiten poder crecer como persona y tener un proyecto propio, ponen en marcha las herramientas internas.
Pero estas herramientas no son dadas por los padres, cada uno las tiene de modo potencial, como las semillas de una planta que deben ser regadas para que germinen y crezcan. Los padres pueden facilitar el desarrollo de dichas herramientas, con un entorno suficientemente propicio, captando la singularidad de cada uno.
Se podría pensar en dos concepciones acerca de qué es criar un hijo:
Dar herramientas para que poder arreglarse en la vida, ofrecer educación y capacitación.
Favorecer el desarrollo de un potencial con el que todos nacemos a partir de generar condiciones propicias. Esta postura desde su misma formulación implica una confianza en la posibilidad del hijo.
Ahora bien, dado que las concepciones no son excluyentes es necesario aclarar el modo en que podrían articularse. En primer lugar debería decirse que entre a y b hay una diferencia de importancia, en tanto (b) posibilita la estructuración del ser, condición de posibilidad de la emergencia del Yo autónomo. Es a partir de este desarrollo que el hijo puede aprovechar lo que los padres le ofrecen como educación formal (a), esto es en un momento posterior. Por ejemplo, la formación escolar es muy importante, pero cuando un niño no se siente bien con él mismo, no la puede aprovechar.
Para precisar el tema, habría que diferenciar la capacitación y la formación de un individuo, que son imprescindibles en el mundo actual, del desarrollo del ser, que es previo y básico y se va construyendo a lo largo de la vida, pues los cimientos son muy tempranos y si estos fallan, surgen síntomas e inhibiciones en las etapas posteriores.
Podríamos interrogarnos, ¿Cómo se favorece el desarrollo de la propia potencialidad?
Se trata de que los padres puedan construir un espacio tierno (esto no quiere decir sin límites), donde transmitan confianza en las posibilidades del hijo y que no le quieran evitar experiencias, no tratarlo como “pobrecito, no puede”. Sí, capacitarlo para discernir, escuchar sus opiniones, no imponer.
Cuando los padres no pueden es porque ellos mismos tienen alguna dificultad con ese hijo, quizás ellos mismos no se sienten con recursos internos.
Recuerdo una familia que se caracterizaba por su desesperanza, esto traía aparejado que nunca pudieran sostener proyectos, aunque ellos no relacionaban la desesperanza con esta imposibilidad. Sin darse cuenta, trasmitían a sus hijos una desconfianza en las motivaciones personales.
La tarea de ser padres tiene que ver con involucrarse emocionalmente con ese hijo, tener empatía, adaptarse a sus necesidades y sus tiempos (esto no significa aguantar cualquier cosa), tener autoridad para marcar un rumbo, y respetar la autoridad del niño que va experimentando, hasta que poco a poco, pueda comenzar a decidir el suyo. Primero lo hará con su cuerpo y sus juguetes y luego se irá ampliando su radio de acción. Las dificultades surgen cuando los adultos encargados de la crianza de los niños no tienen muy claras sus propias ideas por sus vivencias infantiles (ver capítulo de Patología).
Jugar y tener juguetes
Un modo posible de ilustrar esto puede encontrarse en la relación con los juguetes generada por los padres. La elección que hacen los adultos puede estar influida por una “teoría mental” de que estimular a sus hijos es proveerlos de objetos y que esto de por sí es positivo. En este caso, le compran juguetes con luces, a control remoto, y otros que quizás no están en condiciones de manejar aún y finalmente no pueden jugar porque corren peligro de romperse o los exceden (no tienen la fuerza suficiente para darles cuerda). Esto sobreestimula excitando, pero no aporta necesariamente una adquisición interna. Todo lo contrario, puede hacerlo sentir torpe e inseguro, porque es común que un niño pequeño rompa sus juguetes o que los juguetes mecánicos fallen. En muchas oportunidades ocurre que los padres se enojan con el niño o entre ellos por haber roto el “costoso juguete”, creen que el niño desvaloriza el esfuerzo paterno. No es así, el tema no pasa por la valoración o no, sino por la necesaria exploración del mundo. Estos padres terminan involuntariamente por apropiarse de un área que le pertenece al menor, adueñándose de sus juguetes, del juego, anulando entonces el espacio de creatividad personal del hijo.
En cambio, un niño que explora los objetos, que maneja lo que lo rodea, puede comenzar a organizar un juego y así desarrollar su imaginación. Lo importante no son tanto los juguetes en sí, sino el desarrollo de un espacio de creatividad, en el que estos objetos no son más que un medio.
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Puede ser que muchos padres busquen un consejo de qué hacer con los hijos. Recuerdo una mamá que contó que en un libro decía que debía dejar llorando a su bebé cinco minutos la primera vez, luego diez y así hasta que aprendiera a dormir solito.
Puede ser que le haya servido en esa circunstancia, pero ser padres con manual, habla de padres que tienen interceptada la brújula interna, la conexión entre mente y afecto, que es la única guía verdadera.
La crianza de un hijo, implica desde mi punto de vista, crear un clima y condiciones suficientemente favorables, para que pueda desarrollar su subjetividad, es decir, llegar a sentirse dueño de su vida y su futuro, pudiendo al mismo tiempo ser responsable del cuidado de si mismo.
No hay nada sentido como tan natural y sin embargo tan difícil como criar a un hijo. En nuestra cultura se le da muy poco lugar a la ternura y es uno de los ingredientes básicos de una buena relación.
Sin embargo, muchas veces se confunde la enseñanza de las reglas del buen comportamiento y la incorporación de conocimientos (educación formal) con una crianza que favorezca el desarrollo pleno de la subjetividad.y la posibilidad de sentir y expresar afecto.
Dicho de un modo más sencillo, lo importante es que se posibilite la adquisición de uno de los logros fundamentales para la existencia: el desarrollo de la propia identidad; junto con la confianza en uno mismo y el deseo propio.
Educar solo pensando en lo mental y lo correcto, arma personas compulsivas, educar pensando en la ternura estimula el deseo de querer conocer, eso estimula el estudio, promueve sentirse querido por los padres y así se genera el deseo de querer sentirse bien y por eso poder llegar a querer cuidarse a sí mismo.
Hay que entender que la vitalidad no se genera por imposición “de lo que se debe hacer”, sino por la vivencia de placer, de ternura y del compartir. Estos elementos permiten poder crecer como persona y tener un proyecto propio, ponen en marcha las herramientas internas.
Pero estas herramientas no son dadas por los padres, cada uno las tiene de modo potencial, como las semillas de una planta que deben ser regadas para que germinen y crezcan. Los padres pueden facilitar el desarrollo de dichas herramientas, con un entorno suficientemente propicio, captando la singularidad de cada uno.
Se podría pensar en dos concepciones acerca de qué es criar un hijo:
Dar herramientas para que poder arreglarse en la vida, ofrecer educación y capacitación.
Favorecer el desarrollo de un potencial con el que todos nacemos a partir de generar condiciones propicias. Esta postura desde su misma formulación implica una confianza en la posibilidad del hijo.
Ahora bien, dado que las concepciones no son excluyentes es necesario aclarar el modo en que podrían articularse. En primer lugar debería decirse que entre a y b hay una diferencia de importancia, en tanto (b) posibilita la estructuración del ser, condición de posibilidad de la emergencia del Yo autónomo. Es a partir de este desarrollo que el hijo puede aprovechar lo que los padres le ofrecen como educación formal (a), esto es en un momento posterior. Por ejemplo, la formación escolar es muy importante, pero cuando un niño no se siente bien con él mismo, no la puede aprovechar.
Para precisar el tema, habría que diferenciar la capacitación y la formación de un individuo, que son imprescindibles en el mundo actual, del desarrollo del ser, que es previo y básico y se va construyendo a lo largo de la vida, pues los cimientos son muy tempranos y si estos fallan, surgen síntomas e inhibiciones en las etapas posteriores.
Podríamos interrogarnos, ¿Cómo se favorece el desarrollo de la propia potencialidad?
Se trata de que los padres puedan construir un espacio tierno (esto no quiere decir sin límites), donde transmitan confianza en las posibilidades del hijo y que no le quieran evitar experiencias, no tratarlo como “pobrecito, no puede”. Sí, capacitarlo para discernir, escuchar sus opiniones, no imponer.
Cuando los padres no pueden es porque ellos mismos tienen alguna dificultad con ese hijo, quizás ellos mismos no se sienten con recursos internos.
Recuerdo una familia que se caracterizaba por su desesperanza, esto traía aparejado que nunca pudieran sostener proyectos, aunque ellos no relacionaban la desesperanza con esta imposibilidad. Sin darse cuenta, trasmitían a sus hijos una desconfianza en las motivaciones personales.
La tarea de ser padres tiene que ver con involucrarse emocionalmente con ese hijo, tener empatía, adaptarse a sus necesidades y sus tiempos (esto no significa aguantar cualquier cosa), tener autoridad para marcar un rumbo, y respetar la autoridad del niño que va experimentando, hasta que poco a poco, pueda comenzar a decidir el suyo. Primero lo hará con su cuerpo y sus juguetes y luego se irá ampliando su radio de acción. Las dificultades surgen cuando los adultos encargados de la crianza de los niños no tienen muy claras sus propias ideas por sus vivencias infantiles (ver capítulo de Patología).
Jugar y tener juguetes
Un modo posible de ilustrar esto puede encontrarse en la relación con los juguetes generada por los padres. La elección que hacen los adultos puede estar influida por una “teoría mental” de que estimular a sus hijos es proveerlos de objetos y que esto de por sí es positivo. En este caso, le compran juguetes con luces, a control remoto, y otros que quizás no están en condiciones de manejar aún y finalmente no pueden jugar porque corren peligro de romperse o los exceden (no tienen la fuerza suficiente para darles cuerda). Esto sobreestimula excitando, pero no aporta necesariamente una adquisición interna. Todo lo contrario, puede hacerlo sentir torpe e inseguro, porque es común que un niño pequeño rompa sus juguetes o que los juguetes mecánicos fallen. En muchas oportunidades ocurre que los padres se enojan con el niño o entre ellos por haber roto el “costoso juguete”, creen que el niño desvaloriza el esfuerzo paterno. No es así, el tema no pasa por la valoración o no, sino por la necesaria exploración del mundo. Estos padres terminan involuntariamente por apropiarse de un área que le pertenece al menor, adueñándose de sus juguetes, del juego, anulando entonces el espacio de creatividad personal del hijo.
En cambio, un niño que explora los objetos, que maneja lo que lo rodea, puede comenzar a organizar un juego y así desarrollar su imaginación. Lo importante no son tanto los juguetes en sí, sino el desarrollo de un espacio de creatividad, en el que estos objetos no son más que un medio.
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