terça-feira, 30 de junho de 2009

No se puede dejar la educación y formación académica de nuestros hijos, solamente en manos de los maestros, aunque éstos fueran perfectos, ya que el papel fundamental de educadores corresponde a los padres. Nuestros hijos, es el bien más preciado que tenemos y nuestra obligación es la de intentar anticipar y corregir cualquier error que pudiera cometer alguien con éllos. No vale decir !Yo no sabia! !Quien lo iba a decir! Por éso, hay que conocer bien a sus maestros y estar en continua comunicación con éllos. Deben saber si los maestros son responsables y eficaces. Nuestros hijos nos lo agradecerán y también los maestros estarán contentos y se sentirán estimulados a hacer bien su trabajo, si es que nos preocupemos del arduo trabajo que éllos realizan y si podemos compartir y trabajar con éllos en equipo, cuando sea conveniente.Estos puntos parecerán sacados de un mundo irreal, pero muchos padres están en permanente comunicación con los maestros de sus hijos, aunque no lo cuenten a los demás padres. He resumido lo hablado con muchos profesores y leído en muchos libros, donde quedan reflejadas las pautas que siguen los padres, que verdaderamente se preocupan por sus hijos, e invierten su tiempo y conocimiento en su educación, siempre en franca colaboración con los maestros. Estas son algunas de las preguntas y comprobaciones que los padres deben hacer a los maestros de sus hijos, en las entrevistas personales o en las reuniones colectivas del PTA. Los padres deben:
1.Comentar con los maestros las mejores formas de estudio y las más eficaces de la actualidad, especificas para cada caso particular, además de poner mucho énfasis, en recordarle a sus hijos los acuerdos, programas y estrategias que hayan establecido con los maestros, para mejorar la compresión de lo que aprenden en la escuela y en las tareas encomendadas.
2.Compartir con los maestros, la satisfacción que supone para el alumno, cuando siente que ha hecho cosas importantes y el dolor que sienten si son ridiculizados por sus errores o fallos. Deben pedirle al maestro que infunda ánimo, aliento y estímulo a sus alumnos, para que se superen más cada día.
3.Comprobar mediante entrevistas y reuniones, si los maestros se adaptan al ritmo de aprendizaje de la mayoría de los alumnos, sin olvidar a los más lentos. Es muy difícil para el maestro, tener el equilibrio profesional para llevar el ritmo de la clase, pues es muy atractivo trabajar con los mejores dotados e irse olvidando de los menos motivados, los que no tienen interés en aprender o con los que tienen menos capacidad. Los padres tienen que darse cuenta inmediatamente del ritmo de la clase y como le atañe a sus hijos. En conversaciones con los maestros, pueden estudiar estrategias o alternativas complementarias, para reforzar cualquier inicial desviación del camino programado.
4.Considerar a los maestros como un eslabón y engranaje muy importante en la cadena de la educación de los hijos, por lo tanto se debe comentar con el maestro, sin secretos, el entorno socio cultural y familiar, incluso los problemas que haya. De esta manera, se hará un equipo interesado en la educación y formación del hijo y por lo tanto las decisiones serán colegiadas y pensadas con todos los datos disponibles, para que no sean contradictorias.
5.Dialogar con los maestros, también en el caso de que sus hijos persisten en resultados escolares poco satisfactorios, para ver la parte de culpa, a quien le corresponde y en su caso someter los métodos y estilo de enseñanza a revisión y análisis. Y pedirle al maestro que si su hijo tiene negativismo, como conducta habitual, que le informe rápidamente para que su hijo no se convierta en ” alumno problema” y pueda recibir inmediatamente, la ayuda multiprofesional pertinente. 6.Formar con la unión con los profesores y educadores, una juventud mas sanan, responsable y comprometida, feliz, madura psicológicamente, coherente y fiel a sus principios, abiertos a la generosidad y a la bondad. No deben evitar a sus hijos las dificultades y esfuerzos, ni consentirles los caprichos. Deben enseñarles a ser responsables, respetuosos, ordenados y exigentes consigo mismo, desde los primeros años y con la necesaria firmeza.7.Hablar con los maestros sobre el control que ejercen sobre sus hijos, en relación con la enseñanza de una buena planificación del tiempo que dedica al estudio de cada materia, así como de la utilización de los textos oficiales y la enseñanza, para localizar otras fuentes de información, tales como la que se encuentra en las bibliotecas publicas y el Internet. 8.Pedir periódicamente a los maestros, un informe escrito sobre el nivel de expresión oral y escrita de su hijo, así como de su interés y aprovechamiento en el estudio, la integración y participación en las actividades escolares. Este informe, les servirá a los padres para compararlo con los periodos anteriores y ver las mejoras que van sucediendo. A los maestros, les servirá para que todos los datos vayan formando un expediente de cada alumno y también poder comprobar los adelantos, motivaciones o modificaciones que vayan ocurriendo. El hecho de hacerlo por escrito, supone que para realizarlo, tendrán que tener una importante dedicación y disciplina, la que le comprometerá oficialmente con los directores de la escuela y con los padres, en relación con la labor realizada y la que queda pendiente.
9.Persuadir a los maestros, para que hagan una evaluación continua, detallada y eficaz con los fracasos, logros y progresos de mis hijos. Para que el maestro comprenda que también es educador, ya que tienen una gran influencia sobre mis hijos con su propia superación y ejemplo vivo de entusiasmo, autocontrol y disciplina.
10.Preguntar al maestro y trabajar con él en localizar las causas, si las hubiera, cuando su hijo está falto de motivación. Debe compartir con el maestro, los remedios adecuados que éste le proponga, para corregir las malas situaciones. Estos remedios suelen ser conjuntos a desarrollar entre la familia y el maestro.

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